Fusión bancaria

CaixaBank-Bankia: la reforma de Escrivá favorecerá los despidos frente a las prejubilaciones 

CaixaBank Bankia
CaixaBank y Bankia negocian su fusión.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Las prejubilaciones, la medida estrella para reducir plantilla en las fusiones bancarias con costes a cargo del Estado, serán menos atractivas para los empleados de la fusión de CaixaBank y Bankia que adelantó OKDIARIO. El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, quiere aprobar una reforma que penalice esta figura para las rentas más altas, lo que obligará a la nueva entidad a optar prioritariamente por los despidos y las bajas voluntarias.

En la anterior oleada de fusiones provocada por la crisis y el rescate de las cajas de ahorros, las reducciones de plantilla se hicieron en buena medida mediante prejubilaciones en vez de despidos (voluntarios o forzosos) con indemnización. Esta medida consiste en que los trabajadores, a partir de cierta edad, se van al paro y cobran la prestación los dos años que permite la ley, normalmente complementada por la empresa. A partir de ahí, la compañía paga un porcentaje del salario -y las cotizaciones a la Seguridad Social- hasta que el empleado alcanza los 61 años y accede a la jubilación anticipada, con lo que pasa a cobrar la pensión.

La prejubilación tenía, hasta ahora, grandes ventajas tanto para la empresa como para el trabajador. La primera se ahorraba buena parte de las indemnizaciones, que en banca suelen ser las más altas de todos los sectores empresariales, a costa del erario público. Y el empleado mantenía un elevado porcentaje de su sueldo hasta que se prejubilaba, y entonces lo hacía con la pensión máxima en el caso generalizado de los de banca.

Escrivá extenderá la penalización a las rentas altas

Pero los diferentes Gobiernos socialistas han querido minimizar dicho atractivo. Ya el de Zapatero impuso en 2011 una especie de tasa a las grandes empresas en beneficios que acometieran prejubilaciones para compensar en parte ese coste el evidente coste para el Estado que tiene esta figura. Y ahora el de Pedro Sánchez quiere restarle atractivo para el trabajador.

Según explicó el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, en el Congreso, existe una distorsión en el sistema por la que los empleados con salarios más bajos que se prejubilan sufren una penalización en el cálculo de su pensión, pero no así los que tienen sueldos más altos. Y lo que pretende el Ejecutivo no es eliminar la penalización para todos, sino endurecerla para las rentas altas.

Eso significa que la opción de la prejubilación será mucho menos atractiva para los miles de trabajadores que tengan que salir en la fusión de CaixaBank y Bankia porque les quedará menos pensión… siempre que la reforma de Escrivá se apruebe antes de que se lleve a cabo el ERE, claro. Si es así, obligará a la entidad catalana a tener que dar más peso a los despidos con indemnización, más caros. Ahora bien, como también ha informado OKDIARIO, aunque este coste sea elevado, a CaixaBank le saldrá gratis gracias al fondo de comercio negativo (badwill), un beneficio contable de la integración que puede llegar a 8.000 millones.

Distintos analistas calculan que la reducción de plantilla en la fusión puede alcanzar los 15.000 empleados, la mayoría de Bankia, y La Vanguardia publica que las prejubilaciones podrían aplicarse desde los 52 años.

CaixaBank, el banco que mejores prejubilaciones paga

CaixaBank dio las mejores condiciones tanto en despidos como en prejubilaciones en las adquisiciones que cometió en la anterior oleada. La palma se la llevaron los empleados del antiguo Barclays en 2015: despidos con indemnización de 38 días por año trabajado más una prima de entre 10.000 y 30.000 euros (en función de la antigüedad) con tope de 250.000 euros y prejubilaciones a partir de 52 años con hasta el 90% del sueldo (los mayores de 56) con un máximo de entre 250.000 y 320.000 euros.

Tampoco salieron mal parados los 1.500 trabajadores de Banca Cívica en mayo de 2012: en los despidos, 45 días por año con un tope de 42 mensualidades o 300.000 euros para los que se apuntaran en un plazo de dos meses, que se reducían a 35 días, 24 meses y 200.000 euros para los que lo hicieran después. Además, daba un plus mínimo de 10.000 euros para los que llevaran menos de cinco ejercicios en la entidad y de 30.000 para los que llevaran más de 20. En el caso de las prejubilaciones, la entidad pagó el 75% del salario hasta los 63 años sin ningún tope.

En ambos casos, las condiciones fueron mucho mejores que las ofrecidas por Bankia a los 4.500 empleados afectados por el ERE posterior a su rescate: indemnización de 30 días con un tope de 20 mensualidades para los menores de 54 años, aunque endulzada por un plus más generoso que el de Fainé: 2.000 euros por cada tres años y otro de voluntariedad de entre 4.000 y 25.000 euros más, según la antigüedad. Para los mayores de 54, pagó la prejubilación pagó el 60% del sueldo neto durante cinco años, con un tope muy elevado de 350.000 euros y con un mínimo de 20 días por año.

En estos procesos, se solían ofrecer también planes de recolocación en el sector financiero, algo que ahora se antoja inviable dada la situación de nula rentabilidad del sector y la ulterior reducción del número de entidades que vamos a ver.

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