Sinner sofoca el ímpetu de Griekspoor y ‘su’ Italia conquista la Copa Davis
Un trabajado triunfo del número uno del mundo da a su país la tercera Ensaladera de su historia
Jannik Sinner, el rey de la velocidad
¿Dónde está la victoria? Pregunta el himno de Italia. En Málaga responden Matteo Berrettini primero y Jannik Sinner después. Sus victorias ante Van de Zanschulp (6-4, 6-2) y Griekspoor (6-3, 6-2) respectivamente confirman el arribo del combinado italiano por segundo año consecutivo en el cielo del tenis de naciones. Italia es campeona de la Copa Davis. Territorio inhóspito en los 46 anteriores.
Se dice que cuando algo funciona es mejor no tocarlo. La fórmula Berrettini y Sinner había dado resultados excelentes en semifinales. ¿Para qué cambiar? debió pensar Filippo Volandri, capitán de la selección italiana. Matteo primero, Jannik después y marchando otra Ensaladera. Hoja de ruta inmaculada.
«Ojalá volver a disfrutar sobre la pista este domingo», reazaba Berrettini durante su conversación con OKDIARIO a 24 horas de competir. Se siente como en casa el italiano, que cuenta con el empuje de gran parte de una grada teñida de azul para la ocasión. Ha renacido el italiano en esta Davis. Se diluye Van de Zandschulp ante su empuje. Poca resistencia puede ofrecer a los cañonazos que le llegan desde el otro lado de la pista.
Su lenguaje corporal se mantiene perenne. Paso parsimonioso y rostro inalterado. Se aferra a su servicio en los primeros compases. Hace lo propio Berrettini. Hasta que se quiebra Van de Zandschulp. Se percata Matteo. Era el momento de apretar. Se apunta la rotura con una derecha a la línea y el Carpena vibra. «Matteo, Matteo». Zozobra momentánea la que sufre Botic.
Momento para el romano, que vuelve a ponerle contras las cuerdas nada más iniciar la segunda manga. Brazos en jarra del holandés. Sus subidas no son efectivas. Berrettini encuentra en ellas una mina que explotar. Respondía Van de Zanschulp con un saque directo para tratar de detener la avalancha que se le estaba viniendo encima. Aprieta Botic al servicio, responder Matteo con un resto ganador que vuelve a quebrar al tulipán.
Matteo ha recuperado la chispa y vuelve a lucir con brío sobre la exigente pista dura del Carpena. La descifra bien el romano, que sale así de la oquedad en la que se encontraba física y anímicamente. Las lesiones han mermando su tenis desde la pandemia. Se enfrentó al coronavirus, una lesión en el oblicuo, el tobillo en el US Open 2023 y el paso por el quirófano para solucionar su problema en la muñeca.
La misma que suelta en Málaga. Sufre al revés, pero posee un cañón en el saque y en la derecha que lo mitiga. Así consolida su break y precinta la segunda manga y en consecuencia el primer punto de la final paras Italia. Su presencia vestida de corto era una incógnita antes del torneo, pero una certeza visto su rendimiento sobre la pista. Acelera y se lleva el partido aprovechando la solidez en su servicio. Turno para Sinner.
Griekspoor pone en aprietos a Sinner
Jannik recoge el testigo con determinación. Dos aces consecutivos para empezar el camino hacia la segunda Ensaladera consecutiva. Se siente cómodo sobre una superficie que alimenta su tenis. Saque potente y derecha castigadora. Su golpeo, además, crece en intensidad a medida que se desarrolla el punto. Sinner es inmisericorde. Más todavía en pista dura. Encuentra siempre un resquicio que no tapa su rival.
Y si no lo hay, se lo fabrica. No importa que la pelota le venga desviada por la red, que esté obligado a golpear a bote pronto, o que su rival le envíe un ganador a la esquina. Llega a todos los rincones con su plasticidad. Su balance es de 185 victorias y 49 derrotas. Apabulla también en indoor con un 73-21. Es el rey de la velocidad.
Pero Griekspoor juega sin red tras la derrota de Van de Zanschulp y, cuando eso sucede, impulsa el atrevimiento. Tallon es buen conocedor de su estrategia a seguir. Solidez al servicio y puntos cortos, que Sinner no tenga tiempo para pensar. Iguala el partido a través del saque. Celebra con el sector naranja papaya cada juego.
Cae la resistencia holandesa
Ha sido Griekspoor una dura piedra para Jannik este año. Obligando al italiano a desarrollar su mejor tenis en cada enfrentamiento. Más todavía en indoor. Se reproducen esas dificultades en el Carpena, convertido en una exhibición al saque que desemboca en tie break inclinado del lado italiano por pura clase. Clase magistral de cómo jugar una muerte súbita. Seguro al servicio y determinante en el golpeo. Set para Sinner, golpe al mentón para un combativo Griekspoor.
No se desconecta pese a la caída. Tampoco cuando Sinner le quiebra en la primera oportunidad de la segunda manga. Se revuelve el holandés que le devuelve el break de manera vigorosa. ‘Si quieres el trofeo deberás jugar más que al máximo», parece lanzarle Griekspoor. Acepta Jannik el reto desde el otro lado de la pista.
Otro rotura. Esta vez no tiene billete de vuelta. La consolida el italiano con un juego en blanco. El muro holandés se ha mantenido en pie con mayor firmeza de lo imaginado, pero acaba cayendo por insistencia. Lo celebra Sinner, que cuando mira al lado ya tiene una estampida de jugadores italianos queriendo fundirse en un abrazo. Se cierra el curso tenístico con doble merecimiento. El de Italia en general y el de Sinner en particular.