CATALUÑA

Un enjambre de carteristas revienta una campaña callejera de una marca de joyería en Barcelona

Los joyeros terminaron arrojando al aire los collares de oro para poder escapar de los altercados

Carteristas y ladrones acosaron al público obligando a intervenir a la Guardia Urbana

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Un enjambre de carteristas y ladrones sembró el caos durante la campaña callejera de una conocida marca de joyería en el centro de Barcelona. Sucedió la tarde del viernes en la Plaza de la Universidad de la ciudad, cuando los joyeros pretendían regalar al público un centenar de collares de oro de 18 kilates.

El acto, ya desbordado por una avalancha de jóvenes asistentes, devino en caos y altercados al acudir decenas de delincuente y carteristas conocidos por la Policía a la irresistible llamada del oro. La empresa ya ha pedido disculpas públicamente por los altercados en los que los ladrones llegaron a perseguir a los pocos que se hicieron con el apreciado regalo.

La campaña de marketing de la empresa Gold Dealers terminó en robos y caos en la plaza de Universitat, donde la empresa de joyería quería repartir cien collares de oro gratis. Frente a las previsiones de los joyeros que calculaban una asistencia de 50 personas, en la plaza se congregaron más de 500 jóvenes ansiosos de conseguir su premio. El desbarajuste empeoró cuando entre la multitud destacaron decenas de carteristas y ladrones que comenzaron a acosar a los jóvenes y a robar todo lo que encontraban de valor por el método del tirón.

Pronto empezaron los empujones y las carreras de los jóvenes intentando huir de los carteristas y de los ladrones que les acosaban sin parar. La multitud llegó a cortar la circulación, mientras huía para librarse de la plaga de ladrones, muchos de origen magrebí.

Josep, uno de los asistentes, se había citado con un modelo para hacer su propia campaña de ropa aprovechando el acto. Sin embargo, los carteristas lo pusieron en su objetivo debido a las cajas en las que llevaba sus productos creyendo que se trataba de alguien de la organización. Entre empujones y amenazas, consiguió librarse durante un tiempo de los carteristas, pero estos le siguieron y le obligaron a abrir sus cajas bajo amenazas sustrayendo alguno de sus productos.

Finalmente, tal y como se ve en las imágenes, la Guardia Urbana de Barcelona se vio obligada a intervenir para garantizar la seguridad del evento y poner en fuga al enjambre de carteristas y ladrones. La tensión ante la horda de ladrones llegó a tal punto que la organización sólo consiguió repartir un par de decenas de collares y arrojó al aire el resto para poder escapar del acoso de los carteristas que estaban haciendo el agosto entre la confusión del evento.

La Guardia Urbana de Barcelona, obligada a intervenir de urgencia, confirma que la empresa no había comunicado el evento y ha abierto un expediente por el que los organizadores se enfrentan a una multa de entre 600 y 30.000 euros acusados de alterar el orden público.

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