Cómo pelar gambas crudas
Hay muchas recetas con gambas en las que es necesario usar este marisco crudo y pelado. Si hay que usar cantidad suficiente y se quiere disponer de una técnica adecuada, hay diferentes métodos para hacerlo de una forma sencilla y práctica. Se trata de quitar la cáscara de la gamba y retirar el intestino, lo que en la práctica puede llevar algún tiempo.
Nutricionalmente, cada gamba mediana tiene muy pocas calorías (en torno a 6 o 7 calorías). Por otra parte, nos aportan un buen número de proteínas, de alto valor biológico y muy útiles para favorecer a nuestro organismo en muchas de sus funciones.
Con tijeras
Una de las mejores técnicas para pelar gambas crudas es utilizar tijeras de cocina. Se comienza separando las cabezas de todas las gambas. Si son frescas, se pueden congelar las cabezas para aprovecharlas en otra ocasión. Si son congeladas, también pueden usarse para elaborar un fumet, que a su vez podría congelarse después.
Una vez que separamos la cabeza de la gamba de una forma manual, solo habrá que ir cogiendo cada cola y cortar la cáscara con las tijeras, haciendo un corte a lo largo. El intestino que nos molesta por la tierra que puede tener, puede retirarse también con las mismas tijeras.
Las tijeras que vamos a utilizar para ello serán limpias, porque estamos manipulando alimentos, y también pequeñas, porque se manejarán mejor. Siempre es mejor hacer un corte largo, limpio, para no ir dañando en exceso la carne del marisco.
Pelar gambas de forma manual
Para pelar este pequeño marisco sin tijeras, también hay que empezar por separar la cabeza del resto del cuerpo. Después se siguen pelando las gambas desde las patas, separándolas con un tirón hacia afuera; de esa forma, la carne de la gamba quedará a la vista. Las gambas tienen una cáscara blanda, por lo que esta acción se hace fácilmente.
Una vez que la cáscara del cuerpo de la gamba se ha separado de las patas, conseguiremos quitarla fácilmente del resto del cuerpo. Quedará la cola, que puede dejarse para que el resultado final del cocinado de la gamba sea mucho más atractivo. También puede retirarse sin más: para ello, se aprieta levemente haciendo presión, y nos quedaremos con el cuerpo de la gamba totalmente limpio.
Después habrá que retirar la tripa. Para ello se hace una incisión con el cuchillo a lo largo del cuerpo de la gamba. Entonces aparecerá la tripa a la vista, que se retirará con la punta del cuchillo. El último paso será pasar la gamba por el gripo, para dejarla ya lista para el cocinado.