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Cómo funciona la ruleta del barquillero y qué hace el barquillero

Cómo funciona la ruleta del barquillero y qué hace el barquillero

Fue una de las mejores y más figuras típicas de Madrid. Ahora que la ciudad está de celebración, rescatamos el barquillero, su ruleta, qué llevaban y su función.

En general, hay que destacar que el barquillero era como una especie de oficio. Pues se dedicaba a vender barquillos en la calle. Llevaban una gran lata cilíndrica de color rojo con una ruleta en la parte superior.

Según la RAE, lo atribuye tanto a la persona que hacía el oficio y vendía el barquillo como el recipiente en sí, que es metálico en el que los barquilleros llevan su mercancía y que suele tener en la tapa un mecanismo giratorio que sirve para determinar por la suerte el número de barquillos que corresponden a cada tirada.

Quién era el barquillero

Según la web de Cuadernos Manchegos, el barquillero fue una figura muy popular durante los siglos XIX y principios del  XX que actuaba y ejercía su oficio en la calle.

Vendía esos famosos barquillos, unas galletas rugosas que se elaboraban con agua, harina, azúcar, aceite y limón o canela y eran onduladas. Tenían forma de barco y por esto reciben este nombre.

Hay que distinguir entre los que hay actualmente, que son redondos, más pequeños, en forma de cilindros.

Por si no lo sabías, los barquilleros realizan un oficio que estaba dentro de la repostería. Casi siempre estaban en la calle, que era donde hacían su oficio, vendiendo los diversos barquillos. Así llevan una barquillera a sus espaldas y también la cesta de mimbre donde dejaban los barquillos para poder venderlos.

Carabanchel.net establece en su web que se cree que el barquillo empezó a fabricarse alrededor del siglo IX. En un primer momento se vendía a la puerta de las iglesias, haciéndose allí mismo en hornos portátiles de carbón.

En la Edad Media, los barquillos estaban muy extendidos y formaban parte de la dieta de la nobleza. También se vendían por la calle. Es un dulce que se puede encontrar comúnmente en España, Latinoamérica y el Sudeste asiático.

¿Cómo funcionaban los barquilleros?

Eran los que vendían tales galletas y lo hacen gracias a las latas rojas. Además llevaban una ruleta, sobre las latas, mediante las que se podía jugar y así todo era mucho más ameno.

Los clientes giraban esta ruleta para ver qué les podía quedar. De esta forma, se daba la vuelta y se apuntaba a variedad de números. Cuando el cliente que compraba jugaba a esta ruleta y entonces ésta apuntaba a una cifra menor que el resto (si había más personas), entonces pagaba todos los barquillos.

Cuando había un único cliente, pagaba y podía llevarse un barquillo en cada jugada. Pero como todo en la ruleta, según donde caía el número, entonces también lo perdía todo.

Cómo iban vestidos los barquilleros

Conozcamos más sobre esta figura, puesto que además de vender estas galletas y amenizar la calle con el juego de la ruleta, destacaban por llevar un atuendo realmente distinto y vistoso.

El barquillero era un personaje emblemático de Madrid que hasta llevaba un blusón con rayas, una gorra características además de alpargatas.

Cuando Madrid se engalanaba de fiesta, en especial durante San Isidro, cambiaba de traje siendo más destacado y de gala, e iban entonces con el típico vestuario de chulapo: con su safo en el cuello y la parpusa en la cabeza.

Qué decían los barquilleros

Otra de las curiosidades de este oficio es que comentaban sus productos para venderlos por la calle, algo que se estilaba entonces y luego para que todo el mundo se enterase. Para llamar la atención del resto, solían cantar o entonar algunas frases:

¡Al rico barquillo de canela para el nene y la nena”; “Son de coco y valen poco”; “Son de menta y alimenta”; ”De vainilla, !qué maravilla” y de limón, qué ricos, qué ricos que son!; “Barquillos de canela y miel, que son buenos para la piel”.

Puedes encontrar el personaje en algunos rincones de Madrid

Definitivamente es una figura en desuso y ya no se estila, pero en fiestas quizás todavía puedas verlos y te sorprenderá su figura. ¿Dónde los puedes ver? En días festivos como en San Isidro,  y en lugares clave como el Retiro, La Catedral de la Almudena, El Palacio de Oriente, siempre en lugares concurridos, donde hay familias y niños para que puedan vender, jugar y dejarse mezclar por la historia más reciente de Madrid.

Hay cantidad de oficios que ya no existen, pero las fiestas suponen días para poder recuperarlo. Es todo un hallazgo que atrapa a quienes no los han visto nunca, como adolescentes y niños que así puede sumergirse más dentro de las tradiciones de diversas zonas de España, como es la capital.

Según Cuadernos Manchegos, el oficio fue realmente popular durante tiempo. tanto es así que  se compuso una Zarzuela del maestro  Ruperto Chapí, y tenía este nombre, en honor a estas personas con tal oficio: “El barquillero”, que se ambienta en Madrid y no se puede olvidar el coro de barquilleros de la zarzuela “Agua azucarillos y aguardiente”, del maestro Chueca.

 

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