Alimentación

Cómo cultivar alcachofas

Alcachofas
Arroz con pato y alcachofas

Las alcachofas son uno de los alimentos más recomendables para llevar una dieta sana y equilibrada, ya que tienen propiedades que son muy beneficiosas para la salud, especialmente cuando tu objetivo es perder peso. Hoy te damos todas las pautas para que sepas cómo cultivar alcachofas y puedas sacarle el máximo partido a esta planta que puede formar parte de numerosos platos.

Pertenecientes a la familia de las Compuestas, las alcachofas tienen como nombre científico Cyanara scolymus y se las conoce también como cardo de comer, alconcil o alcaucil. Es una planta perenne que tiene su origen en el sur de Europa y el norte de África y que en una producción hortícola de regadío suele durar 2-3 años.

¿Cómo es la planta de las alcachofas?

Esta planta tiene un rizoma con raíces gruesas y yemas que brotan durante todo el año, con hojas largas y grandes en color verde claro por encima y algodonosas por debajo. Sus nervios centrales están muy marcados y tiene un limbo dividido en lóbulos laterales que suelen ser más profundos en las hojas basales y menos en las hojas de tallo.

Sus flores son gruesas y están recubiertas por escamas membranosas y carnosas en la base, lo que es la parte comestible y que le da esa estética tan reconocible. Entre sus variedades más conocidas destacan la blanca de Tudela, la violeta de Provenza, violeta de Palermo, romana gruesa, precoz de Catania, camus de Bretaña o blanca de Hierois, entre otras. La blanca de Tudela es la más cultivada en nuestro país.

Condiciones para cultivar alcachofas de manera correcta

  • Temperatura: para que se dé una buena cosecha es recomendable que la temperatura oscile siempre en un rango entre los 7-29ºC, totalmente a salvo de heladas ya que podría arruinarse toda la cosecha con temperaturas muy bajas. La temperatura adecuada para un desarrollo óptimo está entre los 15-21ºC.
  • Clima: los climas secos y cálidos pueden provocar que las hojas se abran rápidamente, lo que echa a perder esa ternura tan característica de la parte comestible del fruto. Esto provoca a su vez que el sabor sea amargo.
  • Suelo: la planta de la alcachofa tiene un sistema de raíces muy profundo y fuerte que se adapta fácilmente a multitud de suelos, aunque los prefiere profundos, fértiles, arenosos y bien drenados. Es recomendable evitar suelos ligeros con un drenaje excesivo ya que conservarán poco la humedad, así como mantener el suelo siempre llano y libre de hierbas. La elección del terreno es muy importante ya que son plantas que estarán varios años ahí.
  • Preparación: el suelo debe prepararse de manera que se asegure la buena permeabilidad y aireación, realizando después pases de fresadora para desmenuzarlo superficialmente.
  • Siembra: se realiza en hileras de 90 a 120 cm, con una distancia entre plantas de entre 70-100 cm. Los retoños se plantan en primavera, y si realizas la siembra a partir de semillas debe hacerse también en primavera.
  • Plantación: se realiza en pleno verano, lo que sería julio-agosto en España, con una densidad de unas 10.000 plantas por hectárea. Los plantones no se deben enterrar mucho ya que podrían pudrirse. Evita trasplantar cuando el terreno está muy frío.
  • Riego: se puede realizar mediante manta, aspersión o goteo, aunque el primero de ellos es el que más se utiliza. El sistema por aspersión tiene la gran ventaja de que crea un ambiente de humedad alrededor de la planta que favorece su desarrollo y producción. Es importante que se realice un riego de plantación que proporcione humedad suficiente como para lograr un buen arraigado, y después deberás regar con frecuencia durante la fase de crecimiento, ya que la carencia de humedad puede provocar una mala calidad en los frutos.
  • Abono: al cultivar alcachofas debes tener en cuenta que necesitan menos fertilizantes que la gran mayoría de los cultivos hortícolas para obtener el mejor rendimiento. Aplica ⅕ de abono de fondo, y después un fertilizante a intervalos semanales durante todo el cultivo.
  • Malas hierbas: es imprescindible que estés pendiente de eliminar todas las malas hierbas que aparezcan.
  • Poda: tras realizar la primera recolección se suele realizar una poda severa, cuando ha empezado a secarse, así favorecerá el desarrollo de hijuelos que garantizarán la producción del año siguiente.
  • Plagas y enfermedades: son el temor de cualquier planta o cultivo, y en este caso debes saber que las que más le afecta son gusanos del suelo, taladro de la alcachofa, vanesa de la alcachofa, mosca, polilla, pulgones, caracoles, babosas, oidio, mildiu, podredumbres y virosis.
  • Recolección: la época de recolección suele darse desde el otoño hasta la primavera y se realiza de manera escalonada y manual, cortando unos 8-10 cm de tálamo floral. Es recomendable esperar al segundo año para recolectar, así el primer año se desarrollarán mucho mejor las flores. A los 5 años se deben desenterrar en verano y poner retoños en otra ubicación.

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