Parece turrón, pero este manjar de dioses sólo existe en Castilla-La Mancha y se lo comen todo el año

En España el turrón es parte de la Navidad. Ideal para regalar, para compartir, para cerrar una comida larga con un postre sabroso y barato. El original se hace con almendra, miel y clara de huevo, pero cada vez surgen más variaciones: desde los de chocolate crujiente hasta los de tocinillo del cielo. Las empresas no paran de buscar fórmulas nuevas que llamen la atención.
En Castilla-La Mancha no sólo se come turrón. Allí hay un dulce muy típico, parecido, pero con una personalidad propia. Es sabroso y sorprende por lo mucho que recuerda al turrón sin serlo.
Este es el manjar que comen en Castilla-La Mancha y parece turrón
El nombre de este dulce típico es el alajú. Su origen tiene raíces antiguas. Viene de tiempos de la dominación árabe, y su nombre (que procede del árabe al-hasú, «relleno») ya da pistas sobre su estructura. Hoy se sigue preparando sobre todo en Cuenca y en otras zonas de la región, donde nunca ha dejado de formar parte de la repostería casera.
Aunque a simple vista puedan parecerse, el alajú y el turrón tienen diferencias claras. El alajú se elabora con miel, pan rallado, frutos secos y va prensado entre obleas. Su textura es más densa y el sabor, más especiado, más rústico.
El turrón tradicional, en cambio, se hace con almendras, miel, azúcar y a veces clara de huevo. Puede ser duro o blando, y no lleva obleas. Es otro tipo de dulce, con otra textura y otro proceso.
El alajú se sigue haciendo como antes, con lo justo. No necesita rellenos extraños ni envoltorios brillantes. No es muy conocido, pero para quien visita Castilla-La Mancha, es algo que merece la pena probar o llevarse como souvenir.
¿Cómo se hace este dulce típico de Castilla-La Mancha?
La receta es sencilla y muy sabrosa. Sólo hace falta seguirla al pie de la letra y tener ganas de sorprender a la familia.
Ingredientes:
- 400 g de miel.
- 250 g de almendra marcona sin piel.
- 200 g de pan rallado fino.
- Unas gotas de esencia de naranja o ralladura.
- 6 obleas redondas (de unos 20 cm de diámetro)
Procedimiento:
- Reservar unas 15 almendras enteras por cada torta de alajú. Picar el resto.
- Calentar la miel en un cazo a fuego medio.
- Añadir el pan rallado y las almendras picadas. Remover sin parar para que no se pegue.
- Cuando la mezcla esté espesa y homogénea, añadir la esencia o ralladura.
- Apartar del fuego y dejar que pierda un poco de calor.
- Colocar parte de la pasta sobre una oblea. Extender bien, sin llegar del todo al borde.
- Incrustar las almendras enteras por dentro de la masa.
- Cubrir con otra oblea.
- Presionar con una tabla para que quede uniforme.
Hay que manipular las obleas con cuidado porque se rompen con facilidad. Una vez hecho, se deja reposar para que asiente bien y los sabores se integren.
El alajú se come cuando apetece, con un café, con un té o solo. Tiene un sabor profundo, con ese punto tostado y aromático que lo hace especial. Y aunque su aspecto recuerde al turrón, su carácter es otro.