NUEVO GOBIERNO

Sánchez y Díaz se vuelven a citar hoy para intentar pactar los ministros entre vetos mutuos y peleas

La voluntad del presidente es anunciar los ministros este lunes

Sánchez ministros
Pedro Sánchez durante el debate de investidura en el Congreso.
Joan Guirado

Las prisas que tenía Pedro Sánchez para ser investido, algo que logró el pasado jueves con una mayoría absoluta de 179 escaños, choca con la calma que el presidente se ha tomado para nombrar sus ministros. Los vetos cruzados, entre dirigentes de su propio partido, y la pelea entre Sumar y Podemos -socios de coalición-, están detrás del retraso en el anuncio de los nombres. Este domingo Sánchez se reunirá con la líder de Sumar, Yolanda Díaz, para intentar dejar cerrado el nuevo gabinete, con el objetivo de anunciarlo el lunes y que el martes se pueda reunir por primera vez. La voluntad de Sánchez era anunciar los ministros el pasado viernes.

La tarea que tiene sobre la mesa el jefe del Ejecutivo no es sencilla. Primero, porque quiere reducir la estructura gubernamental, algo que parece complicado -al menos en número significativo- teniendo en cuenta que Sumar le exige mantener los cinco ministerios que tenía Unidas Podemos. La otra cuestión que le está provocando quebraderos de cabeza es dónde colocar algunas piezas clave de su núcleo duro que quiere que sigan, pero a los que no tiene fácil encontrarles un traje a medida.

Tal como avanzó este periódico, se da por hecho que ni Ione Belarra ni Irene Montero repetirán en el Gobierno. Tampoco hay previsión de que ningún dirigente que en la actualidad ostente un cargo en Podemos ocupe un ministerio. Nacho Álvarez, hasta ayer en la dirección del partido morado y secretario de Estado de Derechos Sociales y Agenda 2030, dimitió de sus cargos y rechazó la propuesta de Díaz de ser ministro. Renunció por la oposición de Belarra. Podemos no dará por bueno para el Ministerio de Igualdad ningún candidato que no sea Montero. Es una cartera que, en esta ocasión, Sánchez se reserva para los socialistas.

Más allá de la pelea visible entre Sumar y Podemos, que amenaza también al propio funcionamiento del grupo parlamentario y a la estabilidad de la legislatura, los vetos cruzados dentro del propio PSOE añaden complejidad a la hora de configurar el nuevo gabinete. Y es que perfiles como el de José Luis Ábalos -que tiene muchos números de volver al Gobierno-y el del expresidente valenciano, Ximo Puig, aseguran «que no son compatibles».

Algo similar ocurre entre el director de gabinete del presidente, Óscar Lopez, y el actual ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños. Tal como explicó hace unos días este periódico, Bolaños apunta esta vez a Justicia. Y López, recuperado por Sánchez hace dos años tras superar su enemistad, podría ocupar la cartera de Presidencia. El director de la oficina del presidente ha ganado mucho peso entre los que susurran a Sánchez, desplazando así a Bolaños. En Moncloa muchos opinan que «le ha comido la tostada».

El plácet de ERC y Junts

Otra cuestión que el Sánchez tiene en cuenta con el nombramiento de sus ministros es la aritmética parlamentaria, para sobrevivir los cuatro años de legislatura. Según ha podido saber este periódico, a través del secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, Sánchez mantiene contacto con ERC y Junts, de cara a que los socios validen algunos de los nombres que formarán su gabinete. A la hora de engrasar la interlocución con los independentistas, es crucial que estos den su beneplácito a las personas que ocuparán algunas carteras estratégicas.

Es el caso del Ministerio del Interior. Se da por hecho que Fernando Grande-Marlaska no repetirá, por la oposición de los partidos que han dado su apoyo a la investidura. El cambio de cartera de Bolaños, de Presidencia a Justicia, también respondería a esto mismo. La buena relación que mantiene el actual ministro, principalmente con ERC, le convierte en «su principal aliado» para dirigir un ministerio que será clave en la defensa de la amnistía y en una posible reforma constitucional que dé encaje -más allá del artículo 92- a un referéndum pactado vinculante.

Óscar Puente y Ximo Puig

Los separatistas han transmitido a Moncloa su deseo de que el ex alcalde de Valladolid, Óscar Puente, así como el ex presidente valenciano, Ximo Puig, formen parte del nuevo Gobierno. Son dos nombres que Sánchez tiene sobre la mesa de los futuribles ministros y que podrían acabar dirigiendo un departamento.

Otro nombre que no correría la misma suerte, también por la opinión de los separatistas, es el de Miquel Iceta. Aunque Sánchez pensaba en él para Política Territorial, tras haber defendido el referéndum, ERC le sigue vetando. Los independentistas ya le cortaron el paso en su día para presidir el Senado. De ahí que el presidente haya comprobado en los últimos días que difícilmente podrá seguir contando con él.

La cuota catalana, de cara a satisfacer a sus socios, la ocuparía bien la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlon; la alcaldesa de L’Hospitalet, Nuria Marín -que en la pasada legislatura presidió la Diputación de Barcelona con- o la portavoz del PSOE en el Senado, Eva Granados.

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