Sánchez prometió que no iba a indultar a los golpistas catalanes pero luego lo hizo en aras de «la convivencia»
El Ejecutivo aprobó en junio de 2021 el indulto a los nueve golpistas catalanes que estaban en prisión
Sánchez consuma la infamia: indulta a los golpistas en abierto desafío al Tribunal Supremo
Sánchez monta un ‘Aló presidente’ para presumir de gestión y oculta los indultos que prometió no conceder
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no iba a indultar a los golpistas catalanes presos. Pero, como acostumbra, finalmente, cambió de opinión y en junio de 2021 firmó el indulto de Oriol Junqueras y el resto de los presos independentistas condenados por sedición y malversación por el Tribunal Supremo, poco menos de dos años antes de la rúbrica del citado perdón.
Fue Sánchez, ya presidente del Gobierno, quien tras conocerse la sentencia del Tribunal Supremo proclamó en una comparecencia institucional en la Moncloa: «El acatamiento de la sentencia implica su cumplimiento. Insisto, su íntegro cumplimiento». Uno de tantos compromisos del líder socialista que el paso del tiempo ha convertido en falsos.
El Consejo de Ministros, presidido por Pedro Sánchez, aprobó el martes 22 de junio de 2021 los decretos de los indultos a los nueve golpistas que permanecían en la cárcel pese al rechazo del tribunal que les condenó por unanimidad. En una comparecencia vetada a las preguntas de los periodistas, el presidente del Gobierno reiteró que la medida de gracia con quienes violentaron el Estatuto de Cataluña y la Constitución española en 2017 serviría para la reconciliación en Cataluña y de Cataluña con el resto de España.
Sánchez justificó su decisión por razones «de utilidad pública para restablecer la convivencia y la concordia en el seno de la sociedad española y catalana». «España sin Cataluña no sería España, como Cataluña sin España no sería Cataluña», aseguró entonces. «El Gobierno no pone en cuestión la sentencia del Tribunal Supremo», indicó, recordando la «parcialidad» y la «condicionalidad» de la medida.
El indulto, afirmó Sánchez, «no exige que deban cambiar sus ideas, jamás pensamos tal cosa. De hecho, no fueron condenados por ello. El Gobierno va a seguir trabajando por el entendimiento, y no por el enfrentamiento». Con ello, dijo, se abre «una nueva etapa de diálogo».
El lunes anterior, previo a la preceptiva «deliberación del Consejo de Ministros», Sánchez acudió a Barcelona para dar un discurso de media hora desde el escenario del Gran Teatro del Liceo.
Allí, ante un auditorio con aforo a la mitad, con las butacas reservadas a representantes del independentismo vacíos y con los constitucionalistas sin invitación, Sánchez se regodeó en la concordia y el entendimiento con el que ha vestido sus indultos. Encuentro: un proyecto de futuro para España, tituló Moncloa aquel libreto de única función.