Maroto hace el ridículo: anuncia el compromiso de Alcoa de vender la planta de Lugo y la empresa lo niega
Pedro Sánchez no es el único que hace el ridículo en las relaciones de España con Estados Unidos. Su ministra de Industria, Reyes Maroto, también ha protagonizado una situación bochornosa en su visita a la sede de Alcoa en Pittsburgh: tras reunirse con el presidente de la empresa, Roy Harvey, aseguró que el gigante del aluminio se ha comprometido a vender la planta de San Cibrao (Lugo), algo que desmintió la propia compañía.
El Ministerio de Industria envió un comunicado titulado «Maroto logra el compromiso de Alcoa de desbloquear el proceso de venta de San Cibrao». “Alcoa ha sido receptiva a nuestras propuestas y el CEO se ha comprometido a desbloquear el proceso de venta de la planta y a analizar las propuestas que les hemos presentado, y nos dará respuesta en las próximas dos semanas. Además, el señor Harvey ha reconocido que está dispuesto a vender directamente a terceros”, sostenía el texto.
La propia Alcoa tuvo que salir al paso de estas afirmaciones con un ‘contracomunicado’ en el que aseguraba rotundamente que «Harvey no se comprometió a realizar una venta directa a un tercero» y lamentaba que el Gobierno español no contemple «una venta directa a la SEPI», tal como se había acordado inicialmente. Es decir, ni compromiso de venta, ni plazo de dos semanas.
Alcoa lo que quiere es cerrar la planta de aluminio de Lugo porque el elevado precio de la luz impide que la producción sea rentable (y eso, cuando estaba lejos de los récords históricos actuales). De ahí que planteara un ERE, que fue anulado por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, fallo que está recurrido en el Supremo. Ante esta anulación, la compañía accedió a vender la planta a la SEPI y que el holding público a su vez la colocara a un tercero (y tenía un comprador interesado, GFG Alliance).
Todos tienen miedo a acabar en los tribunales
¿Por qué Alcoa no quiere vender la planta directamente a un tercero? Aparte de que no quiere venderla, sino cerrarla, como se ha dicho, teme verse implicada en nuevos problemas judiciales tras el ERE y la venta de las otras dos plantas que tenía en España -La Coruña y Avilés-, por la que ha sido condenada en la Audiencia Nacional. De hecho, el citado comunicado alude a «los riesgos de vender plantas inviables en las que el vendedor es el que contribuye económicamente en la transacción, a pesar de contar con la supervisión de todos los actores involucrados en el proceso».
El Gobierno, después de no tomar ninguna medida para abaratarle la factura eléctrica -que es lo que habría solucionado el problema porque la planta sería rentable-, aceptó hacer la operación a través de la SEPI. Pero en mayo se echó atrás por sorpresa, como adelantó en su día OKDIARIO. La razón fue el miedo a que la operación también acabara en los tribunales con varios altos cargos imputados tras el precedente del escándalo de Plus Ultra.
El comité de empresa de Alcoa en San Cibrao también considera que la solución de la venta a un tercero a través de la SEPI es la mejor opción para mantener la actividad y el empleo. Su presidente, José Antonio Zan, pide que se establezca un marco regulador para la venta: «Ese marco regulador funcionaba con la SEPI, que sería la que nos daría garantía a nosotros (los trabajadores), le daría garantías al comprador y al vendedor, en este caso Alcoa, y a todos nos valía ese marco que lo puso en su momento el Gobierno».
Tras esta marcha atrás del Gobierno, que pone en peligro 500 empleos directos y unos 1.500 indirectos, las dos partes se han mantenido en sus trece. De ahí la reunión de Maroto con Harvey, con el fin de desbloquear la situación. Pero después de este ridículo de la ministra con el desmentido de Alcoa, las perspectivas siguen siendo igual de oscuras.
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