Malas noticias si quieres ahorrar en tu factura de la luz
Los cambios en la factura de la luz
La incertidumbre en torno a la factura de la luz ha sido una constante para los consumidores, especialmente en España, donde las fluctuaciones en el Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) han llevado a muchos a buscar estrategias para ahorrar. Sin embargo, las esperanzas de ahorro se ven amenazadas con la implementación de la nueva tarifa regulada de la luz a principios de 2024, marcando un cambio significativo en la forma en que se calculan y aplican los precios eléctricos.
En octubre de 2022, se presentó una propuesta de Real Decreto con el objetivo de reducir la volatilidad del PVPC, que finalmente se convirtió en una nueva tarifa regulada en junio de 2023. Diseñada para estabilizar los precios y evitar las bruscas oscilaciones diarias, la nueva fórmula de cálculo incorpora un sistema a medio y largo plazo, manteniendo referencias a corto plazo para incentivar el ahorro y el consumo eficiente.
La promesa inicial era que los cambios no serían drásticos. Los precios diarios serían menos volátiles, lo que debería reflejarse en un costo mensual más predecible. Para aquellos que no seguían de cerca las franjas horarias, la noticia era positiva, ya que los precios serían progresivamente más bajos en las horas punta. Sin embargo, para quienes buscaban activamente las horas más baratas para ahorrar, las señales de advertencia se hicieron evidentes rápidamente.
Impacto en la factura de la luz
La nueva tarifa está teniendo un impacto negativo en aquellos que solían beneficiarse de las fuertes bajadas de precios debido al exceso de disponibilidad de fuentes renovables. Las horas en las que la electricidad solía ser prácticamente gratuita ya no tienen el mismo impacto, ya que ahora están limitadas por los precios a largo plazo.
Durante el primer mes de aplicación, el nuevo PVPC resultó en un precio medio ponderado de 0,1413 euros/kWh, en comparación con los 0,1313 euros/kWh de la tarifa anterior, que estaba indexada únicamente al mercado diario. Esto implica que un cliente en el mercado regulado habría pagado más por la energía en enero con la nueva tarifa que con la antigua, sin contar impuestos.
Esta tendencia se intensificará en los próximos meses, con previsiones de descenso en los precios a corto plazo, pero con una parte a futuro fijada a precios más altos. En este escenario, el ahorro para los consumidores se ve comprometido, incluso en momentos de abundancia de energías renovables.
La paradoja se agrava con la nueva metodología de fijación de precios, que incorpora el factor de los mercados de futuros. Aunque esta medida busca estabilizar los precios y evitar fluctuaciones abruptas, también limita el ahorro en un mercado con una clara tendencia a la baja.
Debido al desplome de los precios del gas, el ‘pool’ eléctrico podría volver a niveles de 2019, alcanzando mínimos de 45 euros/MWh. Sin embargo, la nueva metodología de cálculo de la tarifa regulada parece contrarrestar este beneficio al limitar las reducciones de precios para los usuarios.
Mercado regulado
Con la tarifa regulada aprobada en junio del año pasado, se enfrenta la pregunta de si compensa seguir en el mercado regulado. Antes del verano de 2021, el PVPC contaba con más de 10,5 millones de clientes, pero la escalada de precios y la fuga de clientes al mercado liberalizado redujeron esa cifra a alrededor de 8,5 millones.
Históricamente, los clientes en el mercado regulado pagaban menos, pero la situación actual, con mercados internacionales al alza, ha cambiado el panorama. La nueva tarifa, diseñada en un contexto diferente, ha limitado el ahorro incluso en un mercado de precios a la baja.
Además, la subida de impuestos y la variabilidad en las tarifas eléctricas han cambiado el juego. El IVA de la electricidad ha vuelto al 21%, y el Impuesto Especial sobre la Electricidad ha aumentado del 0,5% al 2,5%, afectando directamente a los recibos de los consumidores.
La incertidumbre se amplía aún más al considerar la situación internacional y los cambios en la política fiscal. En enero, el IVA de la electricidad subió al 10%, y el Impuesto Especial sobre la Electricidad pasó del 0,5% al 2,5%, aumentando alrededor de un euro al mes en el recibo.
La nueva metodología de cálculo también ha afectado la estrategia de precios diferenciados por tramos horarios. Aunque originalmente diseñados para incentivar el ahorro moviendo el consumo a horas más baratas, el auge de la producción renovable ha alterado los patrones de consumo. Ya no resulta más económico dejar la lavadora programada por la noche, ya que las horas del día ahora ofrecen tarifas más asequibles.
Por tanto, la implementación de la nueva tarifa regulada de la luz ha traído consigo un escenario menos favorable para aquellos que buscan ahorrar en sus facturas de electricidad. Aunque la estabilidad en los precios es el objetivo principal, la limitación en el ahorro para los consumidores en momentos de bajos precios podría ser una consecuencia no deseada de esta nueva fórmula de cálculo. Los consumidores se encuentran ahora ante la encrucijada de evaluar si permanecer en el mercado regulado sigue siendo una opción viable en un panorama energético en constante cambio.
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