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Hacienda lo hace oficial: adiós al límite de 3.000 euros en tarjetas y cuentas del banco

límite 3.000 euros
Maria Jesús Montero, ministra de Hacienda.
Blanca Espada

La Agencia Tributaria ha confirmado que, a partir de 2026, los bancos deberán informar de todos los cobros con tarjeta que reciban autónomos y empresas, sin excepciones y sin el límite de 3.000 euros que llevaba años marcando el umbral. Es un cambio de Hacienda que afectará tanto a pequeños negocios como a profesionales que manejan decenas de operaciones al día, y que llega en un momento en el que cada vez más pagos se realizan desde el móvil o con tarjetas virtuales.

La reforma forma parte del Real Decreto del 1 de abril y supone además un cambio profundo en la forma de comunicar datos. Lo que hasta ahora se enviaba una vez al año pasará a remitirse de manera mensual, un movimiento que busca reducir las zonas opacas en las que podían quedar los pequeños cobros del día a día. Para preparar el terreno, Hacienda ya ha empezado a enviar cartas informativas a autónomos y profesionales explicando cuál será el volumen de información financiera que manejará a partir de 2026: cuentas nuevas, saldos, cobros con tarjeta y pagos a través de móvil como bizum. Estos cambios han generado inquietud entre pequeños negocios, que temen un nivel de control más exhaustivo y una mayor presión para cuadrar cada operación declarada con los ingresos que sus entidades financieras comuniquen al fisco. Aun así, desde Hacienda insisten en que el objetivo no es endurecer la vida administrativa de nadie, sino reforzar la transparencia y adaptar la vigilancia fiscal a un panorama cada vez más digitalizado.

Además de las dudas sobre la carga administrativa, muchos autónomos reconocen que el anuncio les ha pillado por sorpresa. Hasta ahora, el límite de 3.000 euros permitía distinguir entre operaciones grandes y pequeños cobros cotidianos, algo habitual en comercios de barrio, profesionales que trabajan por citas o negocios con tickets pequeños. Con la nueva normativa, incluso un pago de tres o cuatro euros quedará registrado en los informes mensuales que deberán remitir las entidades. La obligación de declarar ingresos sigue siendo la misma, pero sí cambia el nivel de detalle con el que Hacienda podrá cruzar cada movimiento con las cifras recogidas en las declaraciones trimestrales.

El límite de 3.000 euros desaparece

La medida central es la supresión absoluta del umbral mínimo de 3.000 euros. De este modo, a partir de 2026 cualquier cantidad recibida mediante tarjeta ( débito, crédito, prepago o virtual ) deberá ser comunicada a la Agencia Tributaria. Lo mismo ocurre con los pagos recibidos por teléfono móvil, como bizum, siempre que el receptor sea un negocio o un autónomo. Según ha explicado Hacienda, el cambio se realiza con el fin de evitar la pérdida de información relevante. Con esto, el fisco tendrá una trazabilidad completa de la actividad económica de cada profesional.

Informes mensuales: más frecuencia y más detalle

A partir de enero de 2026, bancos y entidades de pago tendrán que informar cada mes de:

  • Todas las cuentas nuevas que abran particulares y empresas.
  • Todos los cobros con tarjeta que reciban autónomos y profesionales.
  • Todos los pagos por bizum vinculados a una actividad económica.

Los primeros envíos llegarán a Hacienda en febrero de 2026, con los datos de enero. Los saldos de las cuentas se seguirán notificando de forma anual, por lo que ese aspecto no cambia.

¿Afecta también a los ciudadanos particulares? 

La supresión del límite de 3.000 euros sólo se aplica a negocios y autónomos, no a particulares. Aun así, hay cambios:

  • Los bancos deberán informar mensualmente de todas las cuentas nuevas que abra cualquier ciudadano.
  • Hacienda recibirá un informe anual con los movimientos de las tarjetas, pero únicamente de aquellas cuyo volumen anual de cargos y abonos supere los 25.000 euros. Si una tarjeta no supera esa cifra, queda fuera del radar informativo.

Por qué Hacienda da este paso

El Ministerio argumenta que la digitalización ha transformado por completo la forma de pagar y cobrar. Con fintech, tarjetas virtuales, neobancos y plataformas electrónicas, el sistema previo, basado en grandes importes, se había quedado obsoleto. El nuevo modelo busca detectar:

  • Ingresos no declarados.
  • Actividad económica irregular.
  • Cobros que no coincidan con la facturación presentada.
  • Intentos de evasión fiscal mediante pagos digitales.

Es, en sus palabras, el paso de un sistema fragmentado a un modelo de transparencia casi total en los cobros profesionales.

Advertencias sobre privacidad y carga administrativa

Algunos expertos alertan de que esta medida ampliará de manera notable la cantidad de información financiera que maneja la Administración, lo que abre dudas sobre privacidad y sobre posibles confusiones cuando un autónomo mezcla movimientos personales y profesionales en la misma cuenta o tarjeta. Otros temen que el control más exhaustivo termine generando más carga indirecta para los pequeños negocios, que deberán llevar un registro contable más pulido.

Hacienda sin embargo, defiende que la medida se limita estrictamente a cobros profesionales y que las operaciones entre particulares se van a quedar fuera de esta obligación.

 

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