El asesino de Mocejón confesó el crimen delante de su padre: «Mi otro yo mató al niño»

El asesino de Mocejón mató al pequeño Mateo, se marchó andando tranquilamente de la escena del crimen y a la Guardia Civil le ha desvelado que fue su «otro yo» el «que apuñaló al niño». Juan, de 20 años, confesó el crimen a los agentes delante de su padre. Una precaución necesaria y a la vez un detalle de humanidad ya que, según el padre, el asesino tiene diagnosticada una grave discapacidad intelectual del 70%.

Juan eligió su víctima al azar, así lo ha explicado ante los agentes que en los próximos días lo pasarán a disposición judicial. Era la hipótesis principal de los agentes, que también tenían claro que el homicida era alguien de la zona, probablemente del pueblo, ya que conocía el polideportivo a la perfección y se tapó la cara con una camiseta para evitar que lo reconocieran.

Según la reconstrucción de los agentes, hecha a través de las cámaras de seguridad que grabaron al asesino, tal y como adelantó OKDIARIO, Juan salió de su casa y se dirigió hacia el polideportivo con un arma blanca en la mano y andando tranquilamente, y antes de llegar a las instalaciones deportivas se tapó la cara con una camiseta. Tras un amago con un primer grupo de menores que estaba en el polideportivo, Juan se dirigió directamente hacia los tres menores que estaban jugando al fútbol y estos salieron corriendo despavoridos en todas las direcciones. Juan atrapó a Mateo y le apuñaló en más de 10 ocasiones.

A continuación, tal y como se ve en las cámaras de seguridad, el asesino, de 20 años y nacido en Madrid, se alejó del lugar andando tranquilamente, tiró el arma a una acequia y se fue a ducharse a casa de su abuela. Juan, hijo de Juan Francisco y Victoria, pasa los veranos con su padre en el pueblo, cuya familia es muy conocida en la zona.

La alarma saltó rápidamente y los guardias montaron una Operación Jaula con la descripción que dieron los testigos. El primer perfil con el que se comenzó a buscar al asesino hablaba de un joven rubio, con el pelo corto, delgado, de piel blanca y de entre 16 y 20 años. Otros testigos dijeron posteriormente que se trataba de un joven de pelo moreno y eso desconcertó en principio a los agentes dificultando la investigación.

El bulo propagado en redes sociales sobre la posible fuga del homicida en un coche tampoco ayudó a los investigadores, que horas después consiguieron centrar al sospechoso definitivamente gracias a las cámaras de seguridad que le grabaron andando por el pueblo. Todo coincidía salvo el color del pelo del homicida.

Ahora la investigación se centra en conocer la motivación de este atroz crimen y en encontrar el arma con la que cometió el asesinato. El propio asesino ha confesado que la tiró a una acequia y los agentes se centraron a lo largo del día de ayer en buscarla en el Tajo, en la zona donde dice que la arrojó ya que no consiguieron recoger el cuchillo tras los registros en casa de su padre y de su abuela.