¡Pedro, échale algo a Iván!

¡Pedro, échale algo a Iván!

Quién ha visto y quién ve a Iván Redondo, antaño todopoderoso chico para todo de presidente Sánchez, y ahora reducido al triste papel de escribir a voz en grito en La Vanguardia un «Pedro, dame algo» permanente. Y mira que Redondo es perseverante a la hora de buscar cariño por parte del poder. Se tiró meses vendiendo en este mismo medio que Yolanda Díaz era la «nueva lideresa laborista» que España necesitaba. Visto su último artículo en el diario de los Godó se ve que o Yoli no le ha hecho mucho caso, o no consiguió los ministerios que a Iván le interesaba.

Líbreme Dios de sugerirles a ustedes que compren habitualmente La Vanguardia, uno de los medios más serviles con el independentismo y el sanchismo. Pero pagar por el artículo del lunes de Iván Redondo no sólo es didáctico. Es, sobre todo, divertido, porque leer como se arrastra es un placer al que no deberían renunciar. Todo el texto es un auténtico disparate, como casi todos los suyos, pero hay dos perlas que son, realmente, espectaculares. La más destacada es el certero análisis del talante del nuevo gobierno sanchista: «Tras los resultados de la ultraderecha neerlandesa de Wilders y con Portugal en el alero, probablemente el gobierno más moderado de la UE sea hoy, de largo, el de España. Echen un vistazo también fuera».

Sí. El Gobierno apoyado por Arnaldo Otegi, los fanáticos golpistas de Esquerra Republicana y el prófugo de Waterloo es «el más moderado de la UE». Exacto, el Gobierno que merece los elogios de Hamás. El Gobierno que cuenta entre sus ministros a personajes tan siniestros como Ernest Urtasun o Silvia Rego. El Gobierno que pacta con los golpistas una amnistía que garantiza su impunidad. El Gobierno que ha colonizado el Tribunal Constitucional. El Gobierno que intenta convertir al poder judicial en su corralito particular. Este es el baremo de «moderación» para Iván Redondo. El popular periodista deportivo José María García inventó unos cuantos adjetivos, que se hicieron muy populares, para definir este tipo de actitudes. Elijan ustedes el que más les guste.

Por si Pedro no lee La Vanguardia – situación altamente probable –, el bueno de Iván lanza un mensaje de cariño para quien seguramente sí la lea – el trabajo sucio es su especialidad –, el omnipresente Félix Bolaños. Redondo define como «bulo» la actitud de la «derecha» de atacar al Superministro con el argumento de que «ha congregado» en su cargo los tres poderes del Estado y le espeta a Feijóo y los suyos que «los españoles saben que el Ministerio de la Presidencia es, en sentido estricto, el ministerio de Relaciones –la palabra ayuda– con la Presidencia, las Cortes y la Justicia. Un ministerio del poder ejecutivo y, por consiguiente, muy didáctico y democrático».

¡Félix, que Iván dice que eres «didáctico» y «democrático»! ¿Cuánto vas a tardar en echarle algo, que se le ve muy necesitado? ¿Cómo puedes tener el corazón tan duro con quien te dejó la poltrona bien calentita? Si Bolaños o Sánchez no lo remedian, pronto veremos a Redondo en la puerta de Moncloa con una pizarra digital en la que se podrá leer «es triste pedir, pero más triste es acabar de tertuliano en Canal Red». La duda es si en su misión menesterosa iría acompañado de un perrito, un gatito o de José Luis Ábalos.

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