Espadas, cum laude en hipocresía
Si a la candidata de Vox, Macarena Olona, la izquierda y el PSOE le dijeron de todo por su empadronamiento en la localidad granadina de Salobreña, el candidato socialista, Juan Espadas, tendrá que explicar por qué mintió a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía en 2001 y dio un domicilio falso para tratar de lograr así una plaza para el colegio de sus hijos. Y es que Espadas, que reside cerca de la estación sevillana de Santa Justa, fijó falsamente su domicilio en la avenida de Miraflores, en casa de sus padres, para obtener así más puntos y lograr escolarizar a sus hijos en el colegio deseado. En suma, que el candidato socialista mintió y cometió un fraude de libro en un momento en el que, además, era cargo público al ostentar el puesto de director general de Prevención y Calidad Ambiental de la Consejería de la Junta de Andalucía con el Gobierno de Manuel Chaves. Si alguien, por razones obvias, estaba a obligado a decir la verdad era él, que ostentaba un puesto de responsabilidad.
La prueba que evidencia el fraude de Juan Espadas está en el propio Boletín Oficial de Andalucía del 28 de agosto de 2001 que reconocía no encontrar al señor Espadas en esa vivienda. Y es que en ese boletín citan al hoy candidato socialista por anuncio al no haber sido encontrado en el domicilio que dio para que sus hijos pudieran ser escolarizados. No lo encontraron, porque no residía en él y, tras descubrirse el engaño, sin embargo, Espadas logró su propósito.
O sea, que el mismo que acusó a Macarena Olona de empadronarse de manera fraudulenta, cometió un fraude en toda regla. Esta es la doble moral de la izquierda, este es el cinismo del PSOE. ¿Qué se puede esperar de un candidato que pretende dar lecciones de ética cuando él falseó un documento a conciencia?