Elecciones Andalucía 2022

La mano de Ferraz y las malas expectativas de Espadas desatan la guerra en el PSOE en plena campaña

Pedro Sánchez y Juan Espadas en el acto público del PSOE en Torredelcampo.
Pedro Sánchez y Juan Espadas en el acto público del PSOE en Torredelcampo.
Joan Guirado

De alta tensión. Así describen el ambiente los conocedores del lugar, en el número 37 de la calle San Vicente de Sevilla, sede del PSOE de Andalucía. A dos semanas vista para las elecciones andaluzas del 19 de junio, que salvo sorpresa evidenciará la hecatombe socialista en esta comunidad autónoma, con el PP de Juanma Moreno rozando la mayoría absoluta, los problemas para Juan Espadas no se centran únicamente en las malas perspectivas de los sondeos. La mano de Ferraz, para intentar tener el control de la campaña y colocar a sus fieles, y los malos resultados que pronostican las encuestas, han desatado una nueva guerra interna en el PSOE andaluz en pleno arranque de la campaña. Una batalla por el poder que se está saldando con la deserción de varios cargos autonómicos en plena campaña electoral. Tal como avanzó OKDIARIO, los socialistas han tenido que optar por una dirección de campaña colegiada al no encontrar a nadie que se quisiera poner al frente.

Con un Espadas prácticamente desconocido más allá de Sevilla como demuestran los sondeos, jugando un papel más bien pacificador y empático de puertas hacia dentro de un PSOE de Andalucía «todavía dividido», su número dos, Noel López, es el encargado de hacer el trabajo sucio en el partido. El ex alcalde de Maracena, uno de los hombres fuertes de la formación en Granada, tiene el encargo de borrar todo rastro de la etapa de Susana Díaz a partir del 20 de junio. De ahí que las listas se hayan renovado en un 70%, que ninguno de sus consejeros vuelva a repetir en el Parlamento de Andalucía y que sus colaboradores más cercanos bajen unas cuantas posiciones en las listas -hasta lugares difícilmente elegibles con las previsiones actuales-.

De hecho en el entorno de Noel López es donde se ha producido una de las fugas más relevantes en el equipo de Juan Espadas en los últimos días. Se trata de Francisco Martín, coordinador de Organización, que fue alcalde de Fuentevaqueros en su día. Martín decidió cesar de sus cargos orgánicos, siendo la mano derecha de López, «desbordado» por la situación. Lo que llevó a Francisco Martín a dimitir fueron las «tensiones internas» que se viven en la sede de la calle San Vicente por las injerencias de Ferraz y las malas perspectivas electorales. Los dos hombres que ha puesto Sánchez al frente de la campaña desde Madrid, Santos Cerdán y Javier Izquierdo, «no dejan de meter baza en todas las decisiones que se toman», denuncian. Mientras, Moncloa rebaja la presencia del presidente en la carrera hacia las urnas. Este mismo jueves, sin nada en su agenda, rompió la tradición de arropar a su candidato en el inicio de campaña.

Además de Martín, otra baja importante en el equipo de Espadas es la de Pedro Martínez, coordinador de redes y responsable de la campaña en las plataformas digitales. Martínez era el responsable de la imagen digital del candidato socialista, un puesto clave teniendo en cuenta el impacto que tienen las redes sociales y la comunicación digital en los electores. Las discrepancias en cómo afrontar la campaña han provocado su salida dejando el hueco vacante. En los próximos días, ya casi sobre la línea de arranque de la campaña, hasta dos dirigentes más podrían coger la puerta de salida, según relatan a OKDIARIO personas al corriente de la situación que se vive en San Vicente. La elección de algunos eslóganes, como el de «si votamos, ganamos» han generado un profundo malestar en el PSOE andaluz. «No hemos entendido nada», denuncian.

Ferraz

Aunque a Juan Espadas le aupó Pedro Sánchez pensando que, a diferencia de con Susana Díaz, al ex alcalde de Sevilla podría manejarlo sin problema alguno, la realidad es bien diferente. El nuevo líder de los socialistas andaluces «está tomando decisiones que no se comparten desde Ferraz», aseguran desde Madrid. Y eso es algo que no gusta y que recuerda a otras etapas de la relación entre la Ejecutiva Federal y la autonómica. Que aviva el temor a que «Andalucía siempre va por libre». Sánchez quiere atar en corto a Espadas para que «haga lo que se diga». El presidente es consciente de que en estas elecciones, tal como están las cosas, se juega más él a nivel nacional que su candidato a nivel autonómico.

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