Biden renunció a su candidatura tras amenazarle Obama con promover su incapacitación como presidente
Obama amenazó a Biden con el visto bueno de la vicepresidenta Kamala Harris
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha renunciado a su candidatura presidencial después de que le amenazase el ex presidente de Estados Unidos Barack Obama con promover su incapacitación a través de la 25ª enmienda de la Constitución de EEUU, que justifica una destitución de un presidente por discapacidad.
La amenaza se produjo, con el visto bueno de Kamala Harris, la vicepresidenta de Estados Unidos, después de que Joe Biden cancelase su campaña tras contagiarse de Covid en Las Vegas (Nevada).
Entonces, el domingo 21 de julio, Obama llamó a Biden después del desayuno y le dijo: «Aquí está el trato. Tenemos la aprobación de Kamala para invocar la 25ª enmienda», según fuentes de la Casa Blanca, después de ver cómo había salido reforzado el ex presidente Donald Trump tras el atentado en Butler (Pensilvania).
La referida enmienda dispone que cuando el vicepresidente y otros cargos consideran que el presidente no es apto para ejercer los poderes y deberes de su puesto, el vicepresidente asumirá dichas funciones, como está escrito en la Sección 4 de la citada enmienda.
Los tres grandes, la ex portavoz de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, el líder de la mayoría del Senado, Charles Schumer, de Nueva York, y el representante de la minoría demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, también participaron en la decisión de forzar la renuncia de Joe Biden a mantenerse como candidato a la reelección.
Obama también le dejó claro a Biden que no iba a apoyar de inmediato a Kamala Harris, según ha confirmado el periodista de investigación Seymour Hersh. Por eso, tardó varios días en anunciar su respaldo, lo cual alimentó el rumor de que podía querer que su esposa Michelle Obama se presentase como candidata del Partido Demócrata tras la renuncia de Joe Biden.
Antes de la llamada del sábado 20 de julio, el ex presidente Barack Obama sentenció a Biden cuando reconoció a sus aliados el 18 de julio que «el camino del presidente Biden hacia la victoria ha disminuido mucho». Entonces, destacó que «el presidente necesita considerar seriamente la viabilidad de su candidatura». En ese momento, en un lenguaje muy medido, propio del ex presidente demócrata de Estados Unidos, Barack Obama, reconoció que «debe reconsiderar seriamente su futuro». Obama sólo había hablado con Biden una vez desde su desastroso debate televisivo frente a Trump.
Tras esa llamada, Biden supo que tenía que renunciar. Los Clinton estaban en silencio: dejaron claro desde un principio que estaban esperando directrices de los Obama.
En realidad, Biden se sentenció a sí mismo el pasado 27 de junio tras el desastroso debate en Atlanta (Georgia) contra Donald Trump. Ese día se pusieron de manifiesto los problemas cognitivos del presidente de Estados Unidos, que la Casa Blanca había ocultado durante meses. En los días siguientes, los grandes donantes y congresistas demócratas empezaron a presionar para que Biden renunciara después de comprobar que era imposible que ganase al candidato republicano Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre.