Podemos se inventa el ‘agrofeminismo’: quiere condicionar parte de las ayudas al campo a que trabajen mujeres
Podemos quiere trasladar el feminismo a cada rincón de la economía y de la vida social. Incluido el campo. Por eso exigirá que una parte de las ayudas europeas a las producciones agrícolas (PAC) se conceda bajo la condición de contar con mujeres trabajando en las plantaciones.
Pese a que el Ministerio de Agricultura está bajo la tutela del socialista Luis Planas, ese obstáculo parece no preocuparle al partido de Pablo Iglesias que quiere, una vez más, que sea el Ministerio de Igualdad de Irene Montero el que abandere la lucha feminista, pero esta vez trasladada al campo español. El ‘agrofeminismo’ persigue, entre otras cosas, alterar la política agraria imponiendo el feminismo también en el campo.
Con ese fin, el partido morado quiere remodelar los criterios de asignación de la Política Agrícola Común (PAC). Para hacerla “más justa”. Los datos de los morados señalan que España tiene cerca de 800.000 explotaciones agrarias y ganaderas, la mayoría de ellas familiares. Podemos considera que el objetivo de la PAC no puede ser “mantener un sistema de derechos históricos, sino apoyar a quienes de verdad desempeñan la actividad: los productores y las productoras, y hacerlo de manera proporcionada a sus necesidades económicas, con menos complejidad burocrática y con mayor transparencia en los mecanismos de gestión y aplicación de los fondos”.
¿Y cómo quieren lograr esa “justicia”? Pues “destinando al menos el 10 % de los fondos a establecer medidas eficaces que corrijan los desequilibrios del mercado, introduciendo ayudas directas a la incorporación de mujeres y complementarias para las que continúan la actividad […]”.
Más trabas
En resumidas cuentas, que si en estos momentos el campo se pelea por conseguir menos imposiciones y poder disfrutar de ayudas que le permitan mantener su sistema productivo, Podemos responde a los agricultores diciéndoles que se condicionará parte del dinero enviado de Europa al hecho de que haya mujeres en el campo.
Se trata de una de las exigencias de Podemos para el campo. Una que cobra fuerza estos días precisamente por el 8M y por la batalla que mantiene Irene Montero desde el Ministerio de Igualdad, y Pablo Iglesias desde la Vicepresidencia Social, por demostrar que ellos, y no el PSOE, son los auténticos feministas.
La pugna por la bandera feminista, de hecho, ha provocado ya los primeros choques claros entre las dos formaciones en alianza en el Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez. Enfrentamientos que no sólo han propiciado ya escenas visibles en público, sino también la crítica generalizada del PSOE al texto de la futura Ley de Libertad Sexual de Irene Montero. Y es que han tachado a la norma de “chapuza” y han criticado la falta de técnica jurídica y detalle de la futura ley. Críticas justificadas, pero que demuestran también que los dos partidos compiten por el colectivo feminista y están dispuestos a sacar las uñas por no perder a sus votantes.