Pi y Ciudadanos desaparecen de las instituciones; Podemos casi

Pi, Ciudadanos y Podemos son los grandes derrotados de la noche electoral. Los regionalistas pierden su representación en el Parlamento y deberán conformarse con seguir en algunos Ayuntamientos, los naranjas quedan definitivamente borrados del mapa político balear y los morados han quedado tiritando, con un solo diputado, y por Menorca. La cabeza de lista Antonia Jover y la vicepresidenta del Parlament, Gloria Santiago, no tendrán representación en la próxima legislatura.

La debacle de Podemos, perjudicada por una candidata de muy poco peso que además cometió errores tan graves como involucrar a la hija de Marga Prohens en un debate electoral, se puede interpretar también en clave nacional como castigo a la Ley del Sí es Sí impulsada por Irene Montero que ha puesto en libertad o ha reducido la pena a más de 1.000 delincuentes sexuales. Sea como sea, se ha dejado seis diputados en el camino y apenas conserva uno. Su presencia en el próximo Parlament será residual.

Peor le ha ido aún a Ciudadanos, que pese a contar con la portavoz nacional, Patricia Guasp, ha sufrido el batacazo que ya vaticinaban las encuestas previas. Han sido los menos votados y desaparecen del Parlament, pero en su caso, al igual que Podemos, se han visto arrastrados por la corriente nacional. Incluso Begoña Villacís en Madrid se ha quedado fuera.

Ya en clave regional el Pi ha sufrido un durísimo golpe que de entrada se ha cobrado ya la cabeza de Josep Melià, y que compromete seriamente la continuidad del partido, aunque su presencia en varios Ayuntamientos y su fortaleza en la Part Forana le juegan a favor. El Pi ha pagado su deriva nacionalista y los tumbos hacia la izquierda de Armengol, además de asumir un duro peaje por la marcha de su indiscutible líder, Jaume Font, sin que nadie haya sido capaz de cogerle el relevo.