La cara es el espejo del alma: el rostro y las ojeras de Sánchez demuestran que es un hombre derrotado

Dicen que la cara es el espejo del alma. Y a la vista de lo que se pudo ver en el Debate a 3 de RTVE, la de Sánchez, con ojeras y el rostro más desmejorado, muestra a un hombre abatido y derrotado.

En esta ocasión no han sido las palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, las que más han llamado la atención durante el debate electoral que se ha celebrado en Radiotelevisión Española. El jefe del Ejecutivo ha aparecido en el plató número 6 de los estudios de Prado del Rey, en Pozuelo de Alarcón, con un aspecto bastante desmejorado, incluso con unas ojeras que el maquillaje no ha podido disimular.

Sánchez, a diferencia de Santiago Abascal -que casi no iba maquillado- y Yolanda Díaz, venía maquillado de casa, desde el Palacio de La Moncloa. Como es habitual, el equipo de imagen del presidente ha sido el encargado de prepararle antes de desplazarse hasta los estudios de RTVE.

Un maquillaje que, según lo visto por televisión, no ha conseguido evitar que Sánchez pareciese demacrado y cansado. No ha podido tapar unas ostensibles ojeras, (pese a que apenas ha tenido actos electorales durante esta campaña), ni las arrugas que han destacado en el rostro del presidente como nunca antes. El calor de los focos y el sudor han vuelto a perlar un rostro con brillos que el maquillaje tampoco ha podido ocultar el candidato del PSOE. Ojeras, arrugas, patas de gallo, brillos en la cara… el cóctel perfecto para dar en el debate una imagen de agotamiento cuando menos le conviene al candidato Sánchez.

A juzgar por la opinión de algunos de los periodistas presentes en Prado del Rey, se ha pasado «de pantone». Con más pintura de la que debería llevar encima, con un maquillaje anaranjado que poco o nada tiene que ver con su tono de piel habitual.

Los focos del plató número 6 de la televisión pública han hecho resaltar las claras diferencias entre el maquillaje de su cara y su tono natural, que podía apreciarse en su cuello. Como lo ha hecho en varias ocasiones el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Sánchez se ha pasado de tono de maquillaje y ha ofrecido una imagen más parecida a un disfraz que a una adecuada para transmitir un mensaje político.

La corbata

El presidente del Gobierno ha optado por elegir una corbata bermellón de pequeños rombos negros, muy parecida a la que usó en el cara a cara con Alberto Núñez Feijóo. Es un tipo de corbata que el líder del PSOE le gusta de repetir habitualmente.

Argumentos

La argumentación de Pedro Sánchez en el debate de este lunes ha sido más bien floja. El secretario general del PSOE ha buscado en todo momento evidenciar que su propuesta electoral no es únicamente la que representan las siglas de su partido. Si no que quien le vote el 23 de julio debe saber que él quiere ser presidente de un gobierno de coalición con Sumar. De ahí que haya buscado en distintas ocasiones la aprobación de la vicepresidenta segunda -refiriéndose constantemente a ella así- Yolanda Díaz durante el debate.