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El negocio portugués de CaixaBank, en el foco por su crecimiento y sus riesgos en África

La entidad catalana está muy ilusionada con el crecimiento esperado del banco en su mercado local, aportando un 20% del beneficio

El negocio portugués de CaixaBank, en el foco por su crecimiento y sus riesgos en África
Jordi Gual, presidente de Caixabank, y su CEO Gonzalo Gortázar, este viernes 1 de febrero de 2019 en la presentación de resultados anuales en Valencia

Caixabank, una antigua caja de ahorros enfocada durante más de un siglo al negocio regional y nacional, entró en 2017 en el mercado portugués con la adquisición de Banco Portugués de Investimento (BPI), la tercera entidad bancaria más grande del país por activos. Con BPI entró en un mercado nuevo y pujante y salió de España por primera vez, y adquirió todos los activos de BPI con sus fortalezas y alguna debilidad.

Todas ellas fueron explicadas a los inversores en su presentación de resultados de la pasada semana en Valencia, donde la influencia de BPI tuvo mucha relevancia no sólo en las preguntas de la prensa lusa sino también en los inversores, especialmente por los negocios que el banco con sede en Oporto mantiene en África.

Planes ambiciosos de crecimiento

Según Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank, «BPI ha tenido un año muy positivo y en los últimos dos años han bajado en control de costes del 70% al 60% -para 2021 buscan llegar al 50%-. Están consiguiendo grandes sinergias por tener detrás la plataforma del grupo. Nuestras líneas ahora son crecer, ganar cuota de mercado, reducir provisiones, mantener un control de los gastos. Su calidad crediticia es con mucho la mejor de Portugal y BPI está muy bien encaminado para tener una rentabilidad de doble dígito en los dos próximos años».

El banco luso quiere crecer al 5% anual y un 3% de crédito por año, destacando los recurso que quedan fuera del balance (fondos y seguros). Este año ha cerrado con 490 millones de euros de beneficio, una cifra importante si se tiene en cuenta que todo el grupo ha registrado un beneficio de 1.985 millones de euros. 

De este beneficio tan importante del BPI, parte viene justificado por un extraordinario que es la venta de su participación en Viacer, que le reportó 59,6 euros.

Dudas de los inversores sobre los negocios africanos

Pero BPI tiene más aristas y una de las más polémicas es que es accionista de un 48% en Banco de Fomento de Angola (BFA), una participación que Caixabank quiere vender pero aún no sabe cuándo se desprenderá de ello. BFA ha provocado una pérdida de 139 millones que los inversores no habían tenido en cuenta. Por tanto, al aparecer la partida de pérdidas el viernes algunos analistas reaccionaron mal ante este deterioro que no habían previsto, ayudando en la caída de la acción que se vivió el viernes.

La pérdida de 139 millones por un «ajuste contable» en el banco angoleño no había sido calculada por los analistas, aseguraba una fuente financiera

Preguntado sobre este punto en la conferencia con analistas, Gortázar aseguró que se trataba tan solo de «una decisión contable, lo que hemos visto es que el cálculo inicial no se sostenía y este ajuste ayuda a aclarar nuestra cuenta de resultados de ahora en adelante».

El banco angoleño ha causado ciertas dudas en el pasado para Caixabank en cuanto que es la principal participación en el extranjero de BPI. El BCE ya solicitó hace unos meses a Caixabank que salga cuando pueda del mercado angoleño, que según dijo Gortázar «está creciendo y queremos ayudarle a crecer», por el riesgo de esta participación inusual.

«Estar pendiente de algo más»

Tantas fueron las dudas de los analistas sobre esta situación que preguntaron a los directivos del banco catalán si había que estar pendientes de futuras sorpresas con BFA. Gortázar insistió en que se trataba tan solo de una situación contable y que sólo se reconocerían los dividendos pagados por BFA una vez recibidos. Y que la situación no cambiaba el valor en libros del banco, sino que por el contrario hacía más predecible su evolución.

«Creo que los analistas no han tenido en cuenta este ajuste contable de BFA, y cuando lo han visto han podido reaccionar mal, pero esto es porque ellos no lo tienen en cuenta, no porque no estuviera previsto. A veces con los mercados pasa esto: ellos construyen sus expectativas y a veces no valoran toda la información», comentaba a este diario una fuente financiera.

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