La soledad de Neymar le empuja al PSG

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Neymar, en el banquillo del Camp Nou. (Foto: Getty)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Neymar se siente sólo en el Barcelona. El brasileño piensa que no tiene el respaldo suficiente ni en el vestuario ni en el club culé como para despuntar como la superestrella que se le presupone. El delantero ha tomado la determinación de salir del club culé y ya ha puesto a su padre manos a la obra para que le encuentre un destino donde pueda ser feliz.

El jugador se encuentra decepcionado con las calabazas que el club ha cosechado este verano cuando intentó fichar tanto a Paulinho como a Lucas Lima, dos amigos con los que contaba Neymar para esta temporada y que no vendrán al menos hasta enero.

El Paris Saint Germain, viendo el percal, se ha aproximado al entorno del jugador con intención de atraerle a su proyecto. Además de contar con infinitas posibilidades económicas, el jeque Al-Khelaifi le ofrece la posibilidad de entrar en un vestuario donde sería el líder indiscutible apoyado en compañeros de la selección brasileña como Dani Alves, Thiago Silva, Lucas Moura o Marquinhos.

El jugador tiene una cláusula 222 millones de euros, un precio que se aumentó el 30 de junio en virtud al acuerdo de renovación alcanzado por el jugador y el club el año pasado. Si el PSG se hubiese movido antes de esa fecha podría haber sacado a Neymar por 200 millones sin negociar.

En el Barcelona la postura es no negociar bajo ningún concepto la salida del jugador que consideran que será la bandera del equipo en un futuro no muy lejano. El PSG ya se cerró en banda con el tema Verratti y en el club culé consideran que están en potestad de hacer lo mismo.

Neymar, sin embargo, no comparte la opinión de la directiva culé tras ver renovar a Messi hasta 2021 –curiosamente el mismo año en que acaba contrato él– y saber que casi le duplicará el sueldo anualmente. El brasileño sabe que tendrá que vivir a la sombra del argentino. Y no le gusta, al igual que en el club le fichen un amigo. «Estaría bien tener a alguien cercano en mi mismo equipo», dijo en una entrevista reciente el jugador.

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