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¿Es posible la inmortalidad? Un estudio sugiere que sí, pero no como lo imaginamos

La búsqueda de la inmortalidad nos obliga a reflexionar sobre nuestra propia mortalidad y a valorar la vida en todas sus formas.

El científico que cree en la inmortalidad humana

Emperadores chinos buscaban la inmortalidad

Cerca de revertir el envejecimiento

Inmortal
La inmortalidad.
Francisco María
  • Francisco María
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Desde tiempos inmemoriales, el sueño de la inmortalidad y de la eterna juventud se ha encontrado con un obstáculo insalvable. Se trata de la segunda ley de la termodinámica. Esta ley establece que los sistemas tienden a pasar de un estado más ordenado a uno menos ordenado, un proceso conocido como entropía.

Sin embargo, la propia ciencia ha demostrado que lo que en un momento dado parecía imposible, tiempo después se convierte en una realidad. ¿Es posible pensar en la vida eterna? Hay iniciativas científicas que sugiere que sí.Del sueño a la realidad: cómo Sam Altman, genio de la Inteligencia Artificial, va a detener el envejecimiento y a conseguir la inmortalidad

La exploración científica

Actualmente, los científicos exploran diversas estrategias para desafiar los límites naturales del envejecimiento y aumentar la longevidad humana. Estas estrategias incluyen:

  • Manipulación genética. Se centra en identificar y modificar genes relacionados con el envejecimiento para potenciar su efecto positivo sobre la vida humana.
  • Clonación de partes del cuerpo. Se estudia la posibilidad de clonar tejidos y órganos, reemplazándolos periódicamente para mantener el cuerpo joven.
  • Criogenia y microrobótica. Hace referencia a detener el metabolismo mediante criogenia y, posteriormente, reparar células utilizando microrobótica.

Uno de los proyectos más audaces en este campo es “Rusia-2045”, una idea que parece sacada de una película de ciencia ficción. Este proyecto tiene como objetivo preservar la mente humana en su totalidad, transfiriéndola a un soporte digital. Los científicos detrás de este proyecto creen que podrán lograr este objetivo en aproximadamente 17 años.

Rusia 2045

Rusia 2045 es una iniciativa del millonario Dmitry Itskov. Este audaz proyecto cuenta con el respaldo de un equipo de científicos comprometidos con hacer realidad el sueño. Entre ellos se encuentra Ray Kurzweil, director de Ingeniería de Google, quien también predice que la inmortalidad digital podría ser alcanzable en un futuro cercano.

También hay empresas que se han creado con el objetivo de contribuir a esta meta. Un ejemplo es Nectome, una compañía estadounidense fundada por graduados del MIT. Es respaldada por la incubadora de Silicon Valley y Combinator.

¿Cómo funcionaría?

Nectome trabaja en la preservación del cerebro mediante un avanzado proceso de embalsamamiento. El propósito de esta técnica es permitir la descarga de la mente en un superordenador. De este modo se preservaría la sabiduría de personas que han fallecido.

Randal Koene, director científico de la iniciativa, señala que el cerebro convierte entradas de información y datos sensoriales en respuestas y comportamientos a través de procesos computacionales. Este concepto es la base de la teoría que busca transferir el cerebro a un superordenador.Células, inmortalidad

Firmas como Nectome, que se dedican a preservar cerebros con la esperanza de futuros avances tecnológicos, a menudo son vistas con escepticismo. Algunos comparan estos esfuerzos con la criogenización de cadáveres, una técnica que lleva décadas en el mercado sin resolver el tema de la inmortalidad.

Un camino alternativo

Hoy en día, las aplicaciones móviles ofrecen la posibilidad de crear una versión digital de uno mismo para el futuro. MindBank AI, por ejemplo, promete ser una especie de psicólogo personal que almacena la conciencia del usuario. Emil Jiménez, el creador de la aplicación, se inspiró en la interacción de su hija con Siri y quiso dejarle una copia digital de sí mismo para el futuro.

Otra start-up, Story File, ofrece la posibilidad de recrear la historia de personas fallecidas mediante vídeos y entrevistas. Utilizan una combinación de inteligencia artificial, reconocimiento de voz y cámaras de ordenadores.

En el Metaverso, empresas como Somnium Space están trabajando en la creación de versiones digitales de personas para que puedan “seguir viviendo” en el entorno virtual. Character AI también permite conversar con figuras famosas, tanto vivas como fallecidas.

Un caso notable es el de Joshua Barbeau, quien utilizó el proyecto December para crear un chatbot que imitaba a su novia fallecida, Jessica. Este proyecto, desarrollado por Jason Rohrer, usa la tecnología GPT-3 de OpenAI para diseñar chatbots con la personalidad que elijan los usuarios.

Curación de enfermedades

En las últimas décadas, los avances en la medicina y la tecnología han sido asombrosos. Cada vez estamos más cerca de curar enfermedades que antes eran consideradas incurables, y la esperanza de vida de la población mundial ha aumentado significativamente. Con la posibilidad de reemplazar órganos dañados, regenerar tejidos y controlar el envejecimiento celular, es tentador creer que la inmortalidad podría ser una realidad en un futuro no muy lejano.

Como vemos, la tecnología también ha desempeñado un papel fundamental en la búsqueda de la inmortalidad. La inteligencia artificial y la nanotecnología, por ejemplo, han abierto nuevas posibilidades en el campo de la medicina y la longevidad. Con la capacidad de monitorear constantemente la salud de una persona y detectar cualquier anomalía antes de que se convierta en un problema grave, es posible que en el futuro podamos prevenir enfermedades antes de que se desarrollen.

Desafíos éticos y sociales

Pero, a pesar de los avances prometedores en la medicina y la tecnología, la búsqueda de la inmortalidad plantea una serie de desafíos éticos y sociales que no deben pasarse por alto. ¿Qué significaría realmente vivir para siempre? ¿Cómo afectaría a nuestra sociedad y a nuestras relaciones personales?

Uno de los principales desafíos éticos es la cuestión de la desigualdad. Si la inmortalidad se convierte en una posibilidad accesible solo para aquellos que pueden pagarla, ¿no aumentaría la brecha entre ricos y pobres? ¿Cómo garantizar que todos tengan acceso a los avances médicos que podrían prolongar su vida de manera significativa?

Además, la idea de vivir para siempre plantea preguntas filosóficas profundas sobre la naturaleza de la vida y la muerte. ¿Qué significado tendría la vida si no hubiera un final natural? ¿Cómo afectaría nuestra percepción del tiempo y nuestra relación con el mundo que nos rodea?

Lecturas recomendadas

En busca de la inmortalidad

Debate sobre la inmortalidad del alma

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