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Emperadores chinos que buscaban la inmortalidad…y morían

¿Qué ocurrió con algunos emperadores chinos que buscaban la inmortalidad? Aquí te contamos datos históricos muy interesantes.

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Emperadores China
Emperadores chinos
Francisco María
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Alcanzar la inmortalidad ha sido una de las aspiraciones más anheladas en la historia de la humanidad. Desde tiempos inmemorables, el hombre se ha dedicado a buscar fuentes de vida eterna en cualquier rincón del mundo, incluso hubo hombres de gran poder que morían en el intento. Entre los emperadores chinos que buscaban la inmortalidad, estaba el primer emperador, «señor de los diez mil años», Qin Shi Huang, quien trató de obtenerla de todas las formas posibles.

Qin Shi Huang, el emperador chino que se obsesionó con la inmortalidad

El primer emperador de China, Qin Shi Huang, marcó un antes y un después en la historia de China en el siglo III antes de Cristo. Sus acciones son muestra de ello: no solo logró unificar China, al conquistar todos los reinos combatientes, también emprendió la construcción de la Gran Muralla, puso en marcha un sistema de carreteras y cambió la cultura china con la estandarización de su escritura de caracteres.

Sin lugar a dudas, fue un hombre poderoso, despiadado y de trayectoria implacable, pero su desmesurado poder solo tenía un límite: la muerte. Siendo consciente de ello, Qin Shi Huang, mandó a construir un mausoleo del tamaño de una ciudad y un ejército de guerreros de terracota, para que le protegiesen en el más allá.Guerreros terracota

Su temor por el futuro y obsesión con la inmortalidad, le llevó a consultar con magos y a emprender la búsqueda, desesperada, del elixir de la inmortalidad. Una de estas expediciones más conocidas, fue la que lideró el alquimista Xu Fu en la montaña mitológica Penglai, junto con cientos de hombres y mujeres. Su misión era encontrar un mago llamado Anqi Sheng, quien, según la leyenda, conocía el secreto de la vida eterna.

La expedición de Xu Fu nunca regresó, pero tras recibir un sinfín de respuestas negativas de las distintas comunidades, el emperador se convenció de que tal secreto se encontraba en el mercurio.

El elixir de la inmortalidad

La razón por la cual Qin Shi Huang pensaba que el mercurio le concedería la vida eterna no está documentada. Pero, es probable que esta convicción tuviera una estrecha relación con la descomposición lenta de los cadáveres de la gente que había consumido muchísimo mercurio durante su vida.

Por otro lado, la tradición taoísta de preparar y tomar “pastillas de la inmortalidad” hechas de óxido de mercurio y óxido de plomo, también tuvo mucha influencia en el emperador.

Los remedios alquímicos que prometían ser la fuente de vida eterna acabaron por quebrantar la salud del emperador, pues, como era de esperarse, le proporcionaron grandes cantidades de mercurio y otros elementos tóxicos a su organismo. Qin Shin Huang murió en el 210 AC, a los 49 años, tras 11 años de reinado imperial.

Curiosamente, Qin Shin Huang fue solo el primero de varios emperadores chinos que buscaban la inmortalidad y morían intoxicados por tomar los mismos brebajes tóxicos. Los expertos creen que lo hacían con la idea de que resucitarían convertidos en seres inmortales.

¿Sabías que el formidable ejército de terracota de Qin Shi Huang sigue aún en pie como testimonio de su obsesión con la inmortalidad?

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