El consumo de pescado durante el embarazo puede provocar obesidad infantil
Muchos son los aspectos que la embarazada debe vigilar durante el periodo de gestación, en pro de su propia salud pero también de la de su bebé. No obstante, donde debe prestar más atención es en materia de alimentación, ya que de esta dependerá que su organismo funcione correctamente, que no tenga que hacerle frente a complicaciones, tales como el colesterol y la hipertensión, y que el pequeño vaya creciendo de la manera adecuada.
Pero, además de por esos motivos, es fundamental que ponga cuidado en lo que come porque, como hoy se ha hecho público a través de diversos medios de comunicación, así puede prevenir que su hijo en la edad infantil sufra obesidad.
El estudio
Esa última información, la de que la dieta de la gestante puede prevenir o favorecer la obesidad infantil de su hijo en el futuro, ha sido dada a conocer por revista JAMA Pediatrics, que pertenece a la Asociación Médica de Estados Unidos. Se trata de una publicación que ha llegado a dicha conclusión a partir de un estudio que ha realizado la Universidad de Creta.
Exactamente un equipo griego, liderado por la doctora Leda Chatzi, es el que ha procedido a investigar la relación de la alimentación de la embarazada con lo que es el crecimiento infantil y la mencionada obesidad. Y la ha analizado a partir del trabajo con más de 26.000 mujeres y sus respectivos vástagos hasta que estos han cumplido seis años de edad.
Conclusiones
La principal conclusión a la que se ha llegado acometiendo este estudio es que las mujeres que durante el periodo de gestación consumen pescado más de tres veces a la semana favorecen que sus pequeños sufran problemas de peso durante su infancia. Y eso es debido a que el citado alimento aporta al organismo humano unas sustancias llamadas Contaminantes Orgánicos Persistentes (COPs), que lo que hacen es alterar el funcionamiento endocrino del cuerpo y, por tanto, provocar que aumenten los riesgos de sufrir obesidad.
De la misma manera, el estudio acometido por la mencionada universidad griega ha venido a constatar que es necesario que las futuras mamás también controlen su ingesta de pescado porque este puede provocar retrasos en el crecimiento de sus vástagos. ¿Por qué? Porque dicho producto tiene entre sus componentes mercurio de metilo y dioxinas, entre otros.
El pescado y el embarazo
Partiendo de todas estas premisas, es fundamental que la mujer que ahora se encuentra en estado vigile por tanto el consumo de pescado que realiza. Esto no significa que deba eliminarlo de su dieta, porque le aporta nutrientes muy valiosos, sino simplemente que controle cuál come, en qué cantidad y cómo lo prepara:
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Como se ha mencionado en la mencionada investigación acometida, no debe tomar pescado más de tres veces a la semana.
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A la hora de comerlo hay que quitarle la piel, ya que en esta es donde se encuentran las sustancias químicas que no resultan beneficiosas para el organismo.
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Es recomendable que la futura mamá no coma siempre el mismo tipo de pescado, sino que vaya alternando.
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Bajo ningún concepto debe ingerir este alimento si antes no ha estado previamente congelado. Y es que esta es la manera de evitar que pueda verse afectada por bacterias y parásitos tales como el anisakis, que es perjudicial tanto para su salud como para la del bebé.
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Nunca debe tomar pescado crudo, es necesario que esté perfectamente cocinado, ya sea cocido, a la plancha o al horno. Y es que sólo así se puede conseguir acabar con los contaminantes que posee. De ahí que durante los nueve meses tenga prohibido ingerir propuestas de este tipo tales como el sushi.
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Los pescados ahumados, en salazón o marinados también debe dejarlos de lado durante el embarazo, ya que pueden transmitir el anisakis porque no están cocinados para prevenir la aparición del citado parásito.
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El pescado azul es muy beneficioso para la gestante, porque aporta no sólo ácidos grasos omega-3 sino también calcio, vitaminas o hierro, lo que contribuye a que pueda tener bajo control tanto el colesterol como la hipertensión. Por eso, debe optar por comer atún en lata, sardinas, boquerones, caballa o verdel, entre otros.
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El pescado blanco es el que más presencia debe tener en la alimentación de la embarazada, no sólo porque cuenta con menos grasa y es más ligero de comer sino también porque dispone de menos cantidad de mercurio. En su caso, aporta tanto yodo como vitaminas del tipo B. Por eso, en la dieta debe optar por incluir modalidades del mismo tales como la merluza, el lenguado, la pescadilla, el bacalao, el rape o el gallo.
Estas son las principales reglas que hay que cumplir en cuanto al consumo de pescado durante el periodo de gestación. No obstante, cuando se tenga cualquier duda y en pro de evitar graves consecuencias, lo mejor es consultar al médico.