El último tramo de ‘Chino’: más de 300 personas despiden a un alma del automovilismo balear
Miguel Ángel Socias, piloto de rally y miembro de la federación, falleció desplomado de un infarto


Son Ferrer se tiñó de luto este jueves con la emotiva despedida a Miguel Ángel Socias, más conocido como Chino, una figura muy querida dentro del automovilismo balear. Más de 300 personas se reunieron en la iglesia parroquial de Sant Juníper Serra para rendirle homenaje, en una ceremonia marcada por el silencio, la emoción y el respeto de toda una comunidad volcada con su despedida.
Socias, de carácter afable, comprometido y siempre dispuesto a ayudar, dejó una huella imborrable tanto en los circuitos como fuera de ellos. Conocido por su pasión por los rallyes y por su implicación constante como colaborador de la Federación Balear de Automovilismo, su muerte ha supuesto un duro golpe para el deporte del motor en las Islas Baleares.
Hasta la puerta del templo se acercaron decenas de coches de rally, en su mayoría conducidos por amigos y compañeros de competición. Algunos de ellos llevaban en sus parabrisas fotografías del mítico Renault Clio azul con el que ‘Chino’ solía correr, como homenaje simbólico a su trayectoria y al vínculo inquebrantable que mantenía con este mundo.
“Estamos rotos. Chino ha sido mi compañero de taxi, de carreras, de fútbol -gran seguidor del Mallorca- y de vida en general. Ha sido piloto, cronometrador, responsable de seguridad, control… lo ha sido todo. Allí donde se le necesitaba, siempre estaba. La gran familia del automovilismo está muy triste y desolada por su pérdida”, declaró conmovido Javier Matías, directivo y portavoz de la Federación.
Más allá de los rallyes, quienes lo conocían destacan su calidad humana, su sentido del humor, su cercanía y, sobre todo, su compromiso con los demás. Era habitual verlo implicado en cada carrera, colaborando con la organización, animando a los más jóvenes y aportando su experiencia.
La noticia de su fallecimiento ha causado una gran conmoción, ya que fue algo totalmente inesperado. Según relatan sus allegados, Miguel Ángel se sintió indispuesto en la mañana del jueves y acudió por su propio pie al centro de salud. Al llegar, se desplomó en la entrada. Un infarto fulminante acabó con su vida en cuestión de segundos. Un final abrupto para una vida activa, marcada por la vitalidad y el deporte.
Uno de sus mayores sueños, según contaron sus amigos, era poder correr algún día junto a su hijo, que actualmente tiene 14 años. «Su gran ilusión era que su hijo cumpliera los 16 para poder correr juntos. Lamentablemente, no podrá cumplir ese sueño. Pero ya le he dicho a su familia que, si el chaval quiere, cuando llegue el momento, correrá conmigo. Así su padre estará presente, de alguna forma, en cada curva”, concluyó Matías, visiblemente emocionado.
La pérdida de Miguel Ángel Socias deja un vacío enorme entre familiares, amigos, compañeros de equipo y aficionados. Pero también deja un legado imborrable de entrega, compañerismo y amor por el automovilismo. Su recuerdo seguirá vivo en cada carrera, en cada tramo, y en cada motor que ruja por las carreteras de Baleares.