MADRID

El jurado declara culpable de asesinato y de profanación de cadáver al ‘descuartizador de Valdemoro’

descuartizador Valdemoro
El jurado popular declara culpable al descuartizador de Valdemoro
Ángel Moya

Los nueve hombres y mujeres del Tribunal del Jurado han declarado al descuartizador de Valdemoro culpable del asesinato y de la profanación del cadáver de la joven Emilce en 2019. La novia del carnicero asesino, Celia, que le ayudó a limpiar la escena del crimen y luego avisó a la Guardia Civil, queda absuelta del delito de encubrimiento. El jurado no ve la posibilidad de que el descuartizador sea condenado a Prisión Permanente Revisable.

El jurado popular no ha tenido en cuenta los argumentos de la defensa del despacho Marcos García Montes, que buscaba el reconocimiento de los atenuantes por confesión y por consumo de drogas. La defensa del descuartizador de Valdemoro insiste en que el condenado confesó de forma espontánea a los guardias que le interceptaron en la calle, que había matado por accidente a su víctima. Igualmente, la defensa insistía en el consumo habitual de cocaína por parte de Leonardo, antes y durante la noche en la que sucedieron los hechos.

Sin embargo, el Tribunal da por probado que el 15 de octubre de 2019 el acusado recibió en su domicilio a la joven Emilce de 18 años, a la que conocía de haberle realizado tatuajes y venderle medicamentos sin receta. Allí, Leonardo se colocó súbitamente tras Emilce e intentó ahogarla haciéndole un mataleón con su brazo. Tras unos minutos interminables de agonía para la víctima, el carnicero intentar ahogarla con un cable de ordenador sin conseguirlo. Finalmente, apuñaló a la joven con un cuchillo.

Fue un asesinato con alevosía y lo que ocurrió después fue terrible. Leonardo metió el cadáver en la bañera y con un bisturí lo recortó siguiendo el patrón de una lámina que colgaba en la pared representando a una mujer con los mismos tatuajes que la víctima. El descuartizador de Valdemoro recortó el rostro y los tatuajes de su víctima para guardarlos como trofeo. Finalmente, intentó quemar los restos de la chica en la barbacoa del patio del chalet.

El descuartizador de Valdemoro no consiguió hacer desaparecer el cuerpo. El carnicero llamó a su ex pareja, Celia, que le acompañó a comprar los útiles para borrar las huellas del crimen. Horas después, Celia aprovechó que Leonardo salió de la casa unos minutos, para sacar fotos del escenario del crimen y correr a denunciarlo a la Guardia Civil. Allí mismo fue detenida por encubridora. Poco después, los guardias sorprendieron al carnicero en el momento en que intentaba deshacerse de más restos de Emilce en un carrito de la compra. Les dijo que «ha sido un accidente de tipo sexual», más tarde la autopsia echaría abajo la manifestación del descuartizador. En la casa del Leonardo, los guardias hallaron 51 armas blancas y cuatro réplicas de armas de fuego, un escenario macabro con figuras del diablo,  e ilustraciones con escenas de sadismo y canibalismo. También un arsenal de pastillas para su propio consumo y venta ilegal.

Ahora será el presidente del Tribunal el que en los próximos días redactará la sentencia, calificando los delitos concretos y fijando la pena.

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