debate de expertos

Las políticas en torno a la nicotina en España «hacen más daño que bien»

El daño no lo produce la nicotina sino la mezcla de elementos químicos que se encuentra en los productos de combustión

Las medidas "antitabaco" son contrarias a las que han conseguido reducir el consumo en otros países de Europa

tabaco nicotina
Los cigarrillos electrónicos son menos nocivos que el tabaco convencional.

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En Suecia, Noruega e Islandia el consumo de tabaco se ha reducido por debajo de la media europea facilitando la transición al abandono «con todas las herramientas posibles», incluyendo apoyo terapéutico, medicamentos y menores impuestos a los productos con nicotina que no funcionan con combustión (algo que sí hacen los cigarrillos).

Karl Fagerström, psicólogo clínico y creador del test de Fagerström (la prueba para evaluar la dependencia del tabaco); Konstantinos Farsalinos, cardiólogo e investigador de la Universidad de Patras en Atenas y Fernando Fernández Bueno, portavoz de la Plataforma para la Reducción del Daño por Tabaquismo, han compartido en un encuentro virtual las últimas evidencias sobre medidas de apoyo para el abandono del tabaco. Ha sido precisamente este último quien ha apuntado que, mientras Suecia se ha convertido en el primer país que ha conseguido cumplir los estándares para considerarse ‘libre de humo’, las medidas que se están adoptando en España, lejos de aprovechar ese ejemplo, «nos llevan en la dirección opuesta, el gobierno quiere que sigamos fumando».

El riesgo de combinar elementos químicos

Los productos de bajo riesgo, en los que no hay combustión, y que contienen solamente nicotina, están siendo castigados por políticas de castigo «que empujan al consumo de cigarrillos de combustión, porque se limita la cantidad de nicotina que pueden contener (por debajo de 0,99mg) y eso no es suficiente cuando se ha desarrollado dependencia», han planteado los expertos.

En los registros europeos utilizados por Fagerström se muestran no únicamente las tasas de consumo de tabaco, sino los daños asociados a este producto. Los varones que residen en Suecia son el grupo de población con menor tasa de mortalidad derivada de enfermedades asociadas al consumo de tabaco.

«Específicamente, los individuos con menor riesgo son los que disponen de productos alternativos para reducción de esos daños», ha explicado. En Suecia se ha documentado un declive en las ventas de tabaco en general durante los últimos 50 años, con un aumento del consumo de los productos de riesgo reducido.

“La nicotina hace que la gente siga necesitando productos con tabaco. No obstante, el daño no lo produce esta sustancia, sino la mezcla de elementos químicos que se encuentra en los productos de combustión, los cigarrillos convencionales y algunos aerosoles de los cigarrillos electrónicos”, ha argumentado.

Asimismo, citaba a Scott Gottlieb y Mark McClellan, miembros de la agencia estadounidense que regula los medicamentos y productos de alimentación (FDA, de Food and Drug Administration), que firmaban en la revista científica JAMA un artículo razonando que «para los adultos fumadores actualmente adictos a la nicotina, la oportunidad de pasar a productos no combustibles que ofrecen esa sustancia sin los riesgos para la salud que acarrea la combustión debería ser una parte de la agenda de salud pública».

El experto se declara satisfecho porque el gobierno de Suecia «apoye todos los sistemas de abandono del tabaquismo, con menores impuestos a los productos seguros y mayores gravámenes (20%) a los productos de combustión». En sus palabras, «han conseguido que la ventaja del precio se concentre en los productos menos dañinos, y eso hace más exitosa la lucha antitabáquica».

También ha matizado que la legislación sueca se parece a la que se aplica al alcohol, con mayores impuestos aplicados a los productos que llevan asociados mayores riesgos para la salud, y considera que ese tipo de medidas serían las más adecuadas en el control del tabaco.

Los estudios epidemiológicos han mostrado también que, con un consumo más elevado de las bolsas orales de nicotina, la prevalencia de cáncer oral en Suecia es una de las menores.

España, en retroceso

Para Konstantinos Farsalinos, «desgraciadamente, España está retrocediendo respecto a las medidas acordadas en Europa en 2014, sobre todo considerando la información de la cual disponemos ahora, que debería precisamente servir para tomar las decisiones más adecuadas».

Las bolsas y los parches de nicotina son productos más seguros por dos motivos fundamentales -añadía-: «Solamente contienen elementos farmacológicos, aprobados como tales y controlados como sustancias medicamentosas (sabores aparte); además, no hay combustión ni calentamiento, de modo que sus componentes no se degradan».

A su modo deber, introducir un límite de nicotina en cada producto (0,99mg) hace que sean ineficaces y que los fumadores busquen otras formas de obtenerla. «El gobierno español debería crear una legislación más equilibrada, basada en los datos científicos, que ahora son abundantes. Dando por hecho que tienen buena intención, en salud pública adoptar medidas ineficaces es más dañino que no regular en absoluto; están haciendo más daño que bien», ha asegurado. Para Fernández Bueno, es fácil rechazar las actuales políticas en esta materia «con los datos científicos en la mano».

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