Lo que quisieron que nos creyéramos sobre el método educativo de Montessori

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Lo que quisieron que nos creyéramos sobre Montessori.

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Hace 70 años que falleció la Dottoressa Maria Montessori y hoy su método está más vigente que nunca. ¿Cuál es la diferencia con respecto a la educación que llamamos tradicional?

La revista Nature publicó en 2017 un interesante artículo en el que Chloë Marshall analizaba los estudios realizados hasta la fecha sobre esta pedagogía, y la primera conclusión es clara: difícilmente se puede comparar con la educación tradicional, ya que su punto de partida es radicalmente distinto.

Para Montessori, el objetivo de la educación es permitir el desarrollo integral del niño (intelectual, físico, emocional, social y espiritual), mientras que para la mayoría de los sistemas educativos actuales el enfoque está en logro en materias académicas como alfabetización y matemáticas (competencias que se miden con exámenes y notas).

Hoy más que nunca deberíamos detenernos a pensar cuál debería ser el objetivo principal de la educación y de qué manera queremos lograrlo.
La educación clásica asocia la bondad con la inmovilidad, viendo al alumno como un ente pasivo al que hay que llenar de conocimientos. El enfoque es mecánico y conductista, en el que los castigos son una herramienta más de la disciplina.

El movimiento de la Nueva Educación empezó a defender en el siglo XIX un enfoque distinto en el que el niño es un sujeto activo de la educación, capaz de “construir su propio aprendizaje”. Y para esto es importante que se desenvuelva en un ambiente preparado y que esté acompañado de adultos que guíen su camino desde una posición muy distinta a la anterior.

En la era de la tecnología en la que tenemos toda la información a golpe de click, ¿por qué seguimos intentando “llenar de conocimientos” las mentes de los niños para que reciten en un examen sin aprender de verdad? ¿Y si empezáramos a trabajar las tan ansiados soft skills (habilidades blandas) tan valoradas a la hora de buscar un empleo en la edad adulta? ¿Qué pasa con la creatividad, el trabajo en equipo, la resolución de problemas o el pensamiento crítico?

¿Es la pedagogía Montessori una novedad o una moda?

Más de 100 años después de la creación de la primera escuela Montessori, todo lo que la Dottoressa descubrió tras más de cuarenta años de observación a niños y niñas hoy ha quedado contrastado por la neurociencia. Y aunque en los últimos años se habla cada vez más de esta pedagogía, hay que tener presente que en algunas ocasiones se busca utilizar el nombre como reclamo, simplificando un método que no es sencillo ni milagroso.
Hay que tener en cuenta que Maria Montessori escribió 21 libros, muchos de ellos publicados en un idioma diferente al que fueron escritos, y que cada uno trata un área distinta con lo que no es posible alcanzar un conocimiento profundo de esta pedagogía a través de una única lectura.
En este artículo vamos a desgranar algunos de los mitos más extendidos alrededor de este método que hoy sigue más vigente que nunca.

Pedagogía elitista

Quizá una de las mayores críticas se basa en la idea de que se trata de una pedagogía solo accesible para determinadas clases sociales. Sin embargo, si bien es cierto que las escuelas basadas en este método son iniciativas de familias que carecen de apoyo y financiación por parte de las administraciones, cada vez hay más escuelas tradicionales que están desarrollando proyectos de transformación en sus aulas. Por tanto, la realidad está cambiando y hoy en día es posible que nuestros hijos accedan a una educación basada en estos principios de forma más sencilla y asequible económicamente. Sin ir más lejos el colegio público San Benito en Madrid, el Ricardo Codorníu en Murcia, o el C.E.I.P Antonio Machado en Talavera de la Reina. Son muchos centros los que implementan, al menos parcialmente, esta metodología como parte de una modernización de la pedagogía empleada.

Los materiales son caros

En un aula Montessori no se suelen encontrar libros de texto, fichas ni juguetes, y esto es quizá una de las peculiaridades que más llaman la atención.

Los materiales Montessori no son juguetes, son materiales científicos diseñados con unos propósitos educativos muy concretos. La Dottorresa había estudiado también ingeniería y tuvo la enorme capacidad de crear un material específico para cada aprendizaje.

El método enfatiza en la experimentación sensorial, por lo que en lugar de utilizar plástico apuesta por materiales naturales como la madera, la lija, la porcelana, el cristal, las telas, el metal, etc.

Los materiales, además, se fabrican con mucha precisión para asegurar que el control del error lo identifique el niño sin la necesidad de preguntar a un adulto (por eso se habla de autoeducación).

Por tanto, es cierto que cuando se prepara un aula Montessori se requiere una inversión inicial, pero a largo plazo puede resultar más económica que un aula tradicional, ya que se ahorra en libros y en material fungible (cuadernos, lápices, etc.). Por lo tanto, es muy importante detenerse a analizar estos cálculos.

Falta de autoridad

Maria Montessori decía muy claramente que libertad y límites son dos caras de una misma moneda, no puede haber una sin la otra.
Una de las bases científicas del método son la motivación intrínseca y la libre elección, ya que está demostrado que de este modo se produce el aprendizaje significativo.

Los alumnos pueden elegir cada día los materiales con los que van a trabajar, pero dentro de una preselección que ya han realizado los maestros o guías: este pequeño detalle hace la diferencia y a veces no se conoce.
En Montessori nada es al azar, todo tiene un porqué, los materiales están secuenciados para guiar el aprendizaje y los niños saben que sólo pueden trabajar con aquellos que les ha presentado su guía.

Además, no es casualidad que solo haya un material de cada tipo, ya que de este modo se trabaja la capacidad de espera, algo tan importante en un mundo en el que cada día impera más la cultura de la velocidad.
Montessori lo resumió magistralmente al decir que no es lo mismo que el niño quiera hacer todo lo que hace, que dejarle hacer todo lo que quiere.

Los ‘niños Montessori’ son más precoces

Es importante tener una visión global de la educación y preguntarse qué es lo más adecuado para cada niño. ¿Es necesario que a los 4 años reconozcan las vocales y que a los 5 sepan leer?

Teniendo en cuenta que la educación de 0 a 6 años no es obligatoria, un niño debería poder entrar a primaria si haber adquirido el aprendizaje de la lectoescritura sin ser señalado o encontrarse con muchos obstáculos. Noruega, uno de los países que mejor puntúa en el Informe Pisa de la OCDE, defiende un acercamiento a la alfabetización a los 6 años, ya que no hay nada peor que forzar un aprendizaje para el que el cerebro puede no estar preparado a nivel cognitivo.

En Francia también hay diferencias importantes respecto a la manera de enfocar los objetivos curriculares de las diferentes etapas.
Montessori no es una verdad absoluta ni hace milagros. Tampoco cree en los dogmas.

Recordemos que se habla de este enfoque educativo como el método de la pedagogía científica y, por tanto, está basado en la observación: si un niño tiene interés por las letras que ve a su alrededor no se le prohíbe este aprendizaje. Si otro no muestra interés hasta más adelante, se respetan sus ritmos y se atienda a sus periodos sensibles para que aproveche al máximo cada aprendizaje.

Válida solo para la etapa infantil

Esta idea es quizá la que más merece la pena cuestionar.
Solemos asociar las pedagogías a la etapa de los 0 a 6 años, porque sobre todo pensamos que en esa etapa básicamente solo hay que “guardar” los niños mientras trabajamos y quizá somos más flexibles a la hora de buscar soluciones para poder conciliar.

Sin embargo, cuando nuestros hijos tienen que empezar a aprender matemáticas, lengua o ciencias no nos planteamos buscar un colegio que tenga una educación primaria con un enfoque diferente, y mucho menos secundaria, etapa en la que hay que preparar a los chicos y chicas para la Universidad.

Cada vez existen más proyectos de éxito que continúan aplicando esta pedagogía en la primaria y afortunadamente estamos ante y aumento en la secundaria.

En el Congreso Internacional Montessori de este año 2022, que se celebra coincidiendo con el Día Internacional del Docente, habrá todo un eje temático dedicado a la adolescencia.

Miriam Escacena, al frente de la organización, explica que ´se darán a conocer diferentes proyectos, en España y en América Latina, donde se han formado alumnos bajo las directrices de esta pedagogía desde la etapa infantil hasta el final de la educación secundaria.
Entre otros, el Congreso Internacional Montessori contará con Cristina Pereira y Guiomar Tillous Davies, de Eleven School, un colegio de Montessori de Vigo homologado por la Xunta de Galicia y certificado por el British Council, que cubre la educación hasta los 16 años.
También participará Alicia Landívar, neurocientífica y directora de Erdkinder Estancia Montessori, una comunidad de aprendizaje para jóvenes de 12 a 18 años en Gurabo (Puerto Rico) con casi 20 años de existencia.

Congreso Internacional Montessori |Enlace 

Para cualquier información adicional sobre el evento o posibles patrocinios se puede escribir directamente a la organización ([email protected]).

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