Estas son las enfermedades que transmiten las plagas urbanas de palomas

La alveolitis alérgica (neumonitis) es una reacción por hipersensibilidad a las plumas y al polvo fecal de las palomas y se produce por una exposición continua de las personas a estas aves

La psitacosis o clamidiasis puede conllevar cuadros similares a una neumonía o a la gripe y también dolencias digestivas

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Suministrar alimentos a las palomas causa graves problemas y muchos gastos para las administraciones locales.

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La adaptabilidad de las palomas en los entornos urbanos las han convertido en habitantes comunes de plazas, parques y edificios en ciudades de todo el mundo. Sin embargo, esta convivencia aparentemente pacífica se ve amenazada por el hecho de que las palomas pueden transmitir diversas enfermedades a los seres humanos. A medida que la población de estas aves aumenta en las áreas urbanas, es esencial abordar de manera proactiva el problema de salud pública que representan, evaluando los riesgos asociados y explorando estrategias efectivas para mitigar estos peligros emergentes. Además, la preservación de edificios y, sobre todo, monumentos históricos frente al impacto de los excrementos de estas aves es un problema que requiere la colaboración de las autoridades, los ornitólogos y la ciudadanía. «Para abordar la superpoblación de las palomas hay que llevar a cabo estrategias que limiten su reproducción, controlar su acceso a alimentos y su nidificación», declaran para OKSALUD los expertos del Departamento de Control de Vectores de Madrid Salud, organismo del Ayuntamiento de Madrid .

El mantenimiento de poblaciones de palomas bravías en número y en densidad adecuadas es uno de los cometidos del departamento de Control de Vectores de Madrid Salud que aseveran: «El ‘problema’ de las palomas bravías, depende en gran medida del propio ciudadano, ya que el suministro intencionado de alimentos por los vecinos en ciertos puntos de la ciudad es la causa principal de sobrepoblaciones». En el caso de la prevención de las sobrepoblaciones, el diagnóstico de los problemas y de las causas últimas que los motivan suelen estar muy claros para los especialistas de este departamento: «Identificar y corregir esos problemas es la medida más eficiente (eficaz y económicamente sostenible), más correcta, y más beneficiosa para los ciudadanos, para los propios animales y para el patrimonio».

«Es importante que los ciudadanos entiendan que suministrar alimentos a las palomas causa graves y constatados problemas y gastos, y que tampoco beneficia a las palomas, en la medida que esas sobrepoblaciones que se producen también facilitan, por ejemplo, la difusión de enfermedades y de parásitos entre ellas. Hacerlo en las inmediaciones de un monumento o edificación histórica supone, además, un grave riesgo potencial para la conservación de nuestro patrimonio histórico y cultural», explican los expertos del Ayuntamiento de Madrid.

Las estrategias y las metodologías para la prevención y, en su caso, la mitigación o la eliminación de riesgos en salud pública debe siempre obedecer o enmarcarse en medidas legales, proporcionales y técnicamente precisas. «Esta vigilancia y la gestión efectiva y sostenible de la biodiversidad (fauna) en ciudades no puede ni debe catalogarse como ‘ética’ o no», declaran desde el departamento de Control de Vectores.

Se están adoptando nuevas medidas, como es el caso de la Puerta de Alcalá, en que se cuenta con expertos en cetrería para que dos halcones sobrevuelen el monumento y  espanten a las palomas; aunque ello no depende del departamento de Control de Vectores, sus especialistas declaran que es un ‘proyecto piloto’ que les parece bien, sobre todo después de la restauración a la que se ha sometido el monumento. 

Riesgos para la salud 

En el Plan Estratégico de Salud y Medioambiente 2022-2026 elaborado por los Ministerios de Sanidad y para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, explica la relación con los animales con los que convivimos forma parte del entorno social y medioambiental de las personas. Este plan resalta la importancia de tener en cuenta los aspectos relacionados con la salud animal, debido al estrecho contacto que mantenemos con los animales a diferentes niveles. Recopilando los diagnósticos de salud animal, se pueden crear alertas tempranas y modelos predictivos que permitan realizar intervenciones más efectivas para prevenir la enfermedad en origen, antes de afectar al ser humano.

Dentro de este plan estratégico, se lleva a cabo la vigilancia entomológica de la detección a nivel municipal de los principales vectores y las potenciales enfermedades que pueden portar los animales, sobre todo los introducidos desde otros entornos o países. En el caso de las aves, desde la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) explican que estos animales pueden ser causas de diversas enfermedades como la clamidiosis aviar, la criptococosis o la histoplasmosis.

Los catedráticos de la Universidad de Murcia, Juan Seva Alcaraz y José Manuel Sanes Vargas explican en un informe que «aunque las palomas forman parte de la biodiversidad de las ciudades, cuando su densidad aumenta de forma desproporcionada se convierten en una plaga con capacidad de contaminar, deteriorar infraestructuras y patrimonio arquitectónico y transmitir enfermedades que generan riesgo para la salud humana».

En este informe explican que han sido constatadas varias zoonosis (enfermedades transmisibles al ser humano) procedentes de estas aves. Por ejemplo, señalan la alveolitis alérgica (neumonitis) que es una reacción por hipersensibilidad a las plumas y al polvo fecal de las palomas y se produce por una exposición continua de las personas a estas aves. Provoca la inflamación de los alvéolos de los pulmones y los síntomas son: tos, dificultad para respirar, fiebre y escalofríos. 

Otra enfermedad que pueden transmitir al ser humano, explican estos expertos es la psitacosis o clamidiasis que puede conllevar cuadros similares a una neumonía o a la gripe y también dolencias digestivas. Y por último, la criptococosis por Cryptococcus neoformans puede estar presente en el excremento de las palomas, y sobre todo en el suelo. La transmisión de esta enfermedad se produce por inhalación de hongos, aunque puede ocurrir ocasionalmente por ingestión. Al respirar el hongo entra por la vía aerógena y llega a los pulmones, donde puede generar la infección o diseminarse, sobre todo en personas inmunodeprimidas.

Daños en las edificaciones

Las heces de paloma contienen ácido úrico, que puede corroer la piedra y otros materiales de construcción con el tiempo. Además, las deposiciones pueden acumularse en capas, creando una película que atrapa la humedad y acelera la degradación. Esto no sólo afecta a la estética de los monumentos, sino que también compromete su integridad estructural.

Un diseño adecuado de las edificaciones es otra de las recomendaciones de los expertos del Ayuntamiento de Madrid: «Hay que evitar en la medida de lo técnicamente posible introducir en éste elementos que pudieran resultar atractivos y facilitar el perchado y, muy especialmente, el anidamiento de las palomas bravías (y otras aves urbanas con potencialidad de generar daños o riesgos en la salud). Obviamente, esta medida es muy necesaria y efectiva para el caso de los edificios e instalaciones no monumentales». 

En el caso de los edificios históricos, los científicos del departamento de Vectores creen que puede valorarse la instalación de elementos de protección física (por ejemplo, redes u otros sistemas de exclusión o de disuasión del posamiento-perchado). En todo caso, debe entenderse que la instalación de este tipo de elementos de protección, además de costoso, puede suponer alteración de la estética o incluso problemas para la edificación, por lo que sólo estaría indicada como refuerzo de las medidas de protección ambiental perimetral.

Los expertos de Departamento de Control de Vectores de Madrid Salud explican que los excrementos de las aves generan daños en las edificaciones principalmente relacionados con:

    • El efecto directo de los componentes de la orina-excrementos de las aves sobre los elementos estructurales (por ejemplo, piedra, metal o mampostería). Este daño es, si cabe, mayor en el caso de las palomas urbanas, debido a las especiales características (mayor acidez) de sus excrementos, motivado por el tipo de dieta o alimentación urbana (restos de alimentos y otros residuos urbanos, en comparación con la dieta habitual (granívora) de las palomas en el medio natural.
    • El potencialmente muy grave daño indirecto asociado a la humedad (lluvia) y relacionado con el efecto de taponamiento de canalones y sistemas de drenaje causado por los depósitos de excrementos, plumas y cadáveres en canalones, azoteas, cubiertas, balconadas, etc.
    • El posible crecimiento vegetal sobre fachadas y cubiertas y el consiguiente daño directo (raíces) o indirecto (procedimiento de limpieza periódicos) generado, todo ello ocasionado en última instancia por el depósito de excrementos (a veces con semillas) de las palomas.
    • El efecto de ‘picado’ directo de las palomas sobre la piedra de monumentos, comportamiento alimentario típico de algunas aves urbanas como es el caso de las palomas bravías.

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