Clive Bates, ex asesor de la OMS, pide volver a la reducción de daños en la lucha contra el tabaquismo
La VIII Cumbre sobre Reducción de Daños por Tabaquismo, celebrada en Atenas, se centra en las estrategias de reducción del daño frente al cigarrillo
Expertos destacan el potencial del vapeo, tabaco calentado y bolsas de nicotina para reducir riesgos
Se aborda la necesidad de marcos legales basados en evidencia y comunicación científica rigurosa

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El debate sobre el futuro de las bolsas de nicotina está sobre la mesa de los organismos reguladores de muchos países. En el marco de la VIII Cumbre de Expertos en Reducción de Daños por Tabaquismo (8th Scientific Summit), celebrada en Atenas (Grecia) se abordaron en profundidad los retos regulatorios de los productos de nicotina sin combustión (como vapeadores, tabaco calentado o bolsas de nicotina) en distintos contextos internacionales, explorando la necesidad de marcos normativos ‘sensatos’ que equilibren protección frente al riesgo, acceso responsable y control del mercado negro.
El borrador del Real Decreto español al respecto contempla la prohibición total de estos productos, bloqueando a los fumadores el acceso a alternativas menos dañinas y favoreciendo indirectamente al mercado negro. Así, mientras Europa avanza hacia políticas de reducción de daños como herramienta eficaz en salud pública, España corre el riesgo de quedar rezagada y aislada en la lucha contra el tabaquismo.
Mientras España mantiene un enfoque prohibicionista que podría generar efectos no deseados, Grecia, por ejemplo, apuesta por la regulación proporcionada y basada en la evidencia científica y ha incorporado recientemente las bolsas de nicotina a su legislación de control del tabaco, fijando límites claros al contenido de nicotina (16 mg por bolsa), requisitos de envases seguros para menores y un sistema de acceso riguroso, además de permitir la comunicación de beneficios en reducción de riesgos tras evaluación científica. Este enfoque ha contribuido no sólo a un descenso acelerado del tabaquismo —un 6% entre 2021 y 2023—, sino también a la reducción del comercio ilícito en un 25% en apenas un año.
Resultados «modestos» del convenio de la OMS
En su ponencia sobre el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT) -el primer tratado internacional de salud pública promovido por la OMS, adoptado en 2003 y en vigor desde 2005, con el objetivo principal de reducir la prevalencia del tabaquismo y proteger la salud frente al consumo de tabaco-, el experto en reducción de daños Clive Bates advirtió que, aunque este tratado internacional de la OMS ha contribuido a disminuir el tabaquismo, sus resultados han sido más modestos de lo esperado y no han supuesto un cambio radical. El experto, líder en políticas de control del tabaco, asevero que el convenio «fue una buena idea que salió mal».
Bates, ex asesor del CMTC de la OMS -un convenio creado para abordar la crisis mundial del tabaquismo reduciendo su impacto sanitario, social, económico y ambiental, proporcionando a los países un marco que incluía prohibiciones de publicidad, impuestos más altos, restricciones a la venta y apoyo a la cesación,- subrayó que el surgimiento de alternativas menos dañinas -como los cigarrillos electrónicos, el tabaco calentado y las bolsas de nicotina- ofrecen una oportunidad única para acelerar la reducción del consumo de cigarrillos y transformar la forma en que se consume nicotina.
Sin embargo, criticó que el CMCT y la OMS mantengan una postura de rechazo o escepticismo hacia estas opciones, dificultando el aprovechamiento de su potencial. Para Bates, el verdadero objetivo debe ser convertir un hábito de alto riesgo en uno de bajo riesgo, reconociendo el papel de la reducción del daño como complemento clave en las estrategias globales de salud pública.
Desviaciones sobre el convenio de la OMS
Durante su ponencia, Bates se preguntó directamente: «pero, ¿ha sido efectivo?» y argumentó que el foco actual en la nicotina y la adicción ha desviado la atención del objetivo central de reducir los daños relacionados con el tabaquismo.
Con todo, el experto destacó cinco grandes desviaciones del objetivo original del convenio:
– Comparaciones de riesgo erróneas entre cigarrillos y productos novedosos.
– Foco excesivo en la nicotina y la adicción.
– Atención exclusiva a los jóvenes y no en el fumador adulto
– Preocupación por la industria del tabaco.
– Prohibición de alternativas de menor riesgo.
Y concluyó: «Tenemos que volver al objetivo». «Hay una y sólo una gran idea: transformar el uso de la nicotina de un comportamiento de alto riesgo a otro de bajo riesgo».
Cesación y prevención, las medidas más rentables
El Dr. Ignatios Ikonomidis, cardiólogo y jefe de la Unidad de Ecocardiografía y del Laboratorio de Cardiología Preventiva del Hospital Attikon de Atenas, en la apertura de la 8th Scientific Summit, presentó la conferencia inaugural. En su intervención, subrayó que la cesación y la prevención siguen siendo las medidas más rentables en salud pública frente al tabaquismo, pero remarcó que, cuando los intentos de dejar de fumar fracasan, ofrecer alternativas menos dañinas se convierte en una necesidad para proteger a los fumadores adultos.
Ikonomidis aportó datos científicos que respaldan esta estrategia: dejar de fumar reduce la mortalidad en un 36% y el riesgo de infarto en un 32%, pero las recaídas siguen siendo frecuentes incluso con fármacos como la vareniclina o la más reciente citisiniclina. Por ello, destacó experiencias internacionales como la de Suecia, donde el uso del snus y las bolsas de nicotina han reducido de manera significativa las enfermedades cardiovasculares y oncológicas respecto a la media europea.
Además, defendió que productos como los cigarrillos electrónicos y el tabaco calentado eliminan gran parte de las sustancias tóxicas del tabaco convencional, mejoran la función vascular y reducen biomarcadores de daño, recordando que la nicotina no es el principal agente dañino. Según Ikonomidis, estas alternativas, ya reconocidas en las guías europeas y recomendadas por organismos como el NHS británico (sistema nacional de salud del Reino Unido), deben formar parte de la respuesta cuando otros tratamientos no logran resultados.
En su intervención, el Dr. Konstantinos Farsalinos, médico y experto en salud pública vinculado a la Universidad de Patras y a la Universidad del Oeste de Ática (Grecia), puso el foco en los desafíos políticos y regulatorios que frenan los avances en reducción de daños. Señaló que, pese a décadas de evidencia científica acumulada, muchas normativas siguen rezagadas o incluso en contradicción con los datos, en ocasiones influenciadas por la desinformación. Un ejemplo claro es la desconfianza hacia el uso dual de cigarrillos y productos menos dañinos, a pesar de que esta práctica reduce de manera significativa el consumo de tabaco combustible.
Farsalinos criticó también la incoherencia de algunos gobiernos europeos, que han optado por prohibir las bolsas de nicotina en países como Bélgica y Francia, mientras los cigarrillos continúan en el mercado. Recordó que estos productos cuentan con una sólida base de evidencia epidemiológica, heredada del caso del snus en Suecia, que ha demostrado ser eficaz en la disminución de enfermedades cardiovasculares y cáncer. Para el experto, «se deben aplicar políticas pragmáticas basadas en evidencia, que reconozcan tanto la reducción del daño, como el cese, como herramientas para reducir enfermedades relacionadas con el tabaquismo».
La experiencia de Suecia
El Dr. Karl Fagerström, psicólogo clínico experto en adicciones y referente mundial en investigación sobre tabaquismo, expuso en su ponencia ‘Historia y futuro de la nicotina, y lecciones aprendidas del caso sueco’ cómo la experiencia de Suecia demuestra que los productos de reducción del daño son una herramienta eficaz para disminuir la mortalidad y las enfermedades relacionadas con el tabaco. Con una prevalencia de fumadores del 5%, la más baja de la Unión Europea, Suecia ha logrado estos resultados gracias al uso extendido del snus y las bolsas de nicotina, que presentan niveles de toxicidad similares a los productos de reemplazo aprobados en salud pública, como los chicles o pastillas de nicotina.
Según Fagerström, la clave está en comprender que el verdadero problema no es la nicotina en sí, sino la mezcla tóxica del humo del cigarrillo, y que políticas fiscales como abaratar los productos de menor riesgo y encarecer los cigarrillos pueden ser decisivas. Los datos respaldan esta estrategia: los hombres suecos presentan una tasa de cáncer un 41% menor que la media europea. De hecho, los tres países nórdicos (Suecia, Noruega e Islandia) que apoyan el uso de los productos orales de nicotina, como las bolsas de nicotina o el snus, ocupan los tres puestos más bajos de Europa en cuanto a mortalidad relacionada con el tabaco.
Conceptos erróneos
En la mesa redonda celebrada el 1 de octubre, titulada ‘Conceptos erróneos de los consumidores y los profesionales sanitarios sobre los efectos nocivos de la nicotina’, el Dr. Konstantinos Farsalinos denunció el uso selectivo de datos por parte de instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS), que alimenta titulares sensacionalistas y confunde a la opinión pública, citando como ejemplo el caso de la enfermedad EVALI, inicialmente atribuida a los cigarrillos electrónicos regulados cuando en realidad estaba causada por productos ilegales de THC con acetato de vitamina E.
Por su parte, el Dr. Li Volti, catedrático de la Universidad de Catania, subrayó que incluso dentro del ámbito científico persiste la desinformación: el 80% de los residentes sanitarios en Europa asocia erróneamente la nicotina con enfermedades relacionadas con fumar y el 60% con cáncer. Frente a esta percepción, recordó que la evidencia clínica y epidemiológica de décadas, como la obtenida en consumidores de snus o bolsas de nicotina, demuestra la seguridad cardiovascular de la nicotina y la falta de asociación con cáncer, lo que refuerza la necesidad de comunicación científica rigurosa y libre de mitos.
España ha sido uno de los países representados en esta octava cumbre junto a Albania, Argentina, Armenia, Austria, Bielorrusia, Bélgica, Bután, Botswana, Bulgaria, Brasil, Canadá, Croacia, Chipre, República Checa, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hong Kong, Hungría, India, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Kazajstán, Kenia, Kuwait, Lituania, Malasia, México, Marruecos, Rep. de Macedonia del Norte, Pakistán, Filipinas, Polonia, Portugal, Rumania, Federación Rusa, Serbia, Singapur, Eslovaquia, Sudáfrica, Corea del Sur, Suecia, Suiza, Países Bajos, Túnez, Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido, EE.UU. y Uzbekistán.
Temas:
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