Nueva Zelanda avanza en su objetivo de país libre de humo para 2025 con la ayuda del vapeo
El Ministerio de Salud neozelandés sostiene que "el vapeo tiene el potencial de ayudar a las personas a dejar de fumar y contribuir al objetivo de ser un país libre de humo para 2025"
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Nueva Zelanda avanza en su objetivo de país libre de humo para 2025 con la ayuda del vapeo, según publica Action for Smokefree 2025 (ASH), una sociedad anónima que lleva haciendo campaña desde 1983 para hacer realidad la visión de eliminar las muertes y los daños causados por el tabaco, que ha elaborado la encuesta ASH Year 10 en el país insular de Oceanía.
El pasado diciembre de 2022, el Parlamento de Aoteoroa (Nueva Zelanda en maorí) aprobó una ley para conseguir una generación libre de tabaco y prohibió la compra a los ciudadanos nacidos a partir de 2009. El plan de país libre de humo para 2025 se había puesto en marcha un año antes de la mano de la primera ministra Jacinda Ardern para poner fin al tabaquismo tras varios años luchando para reducir su consumo y las campañas antitabaco ya habían conseguido para entonces reducir a la mitad la cantidad de neozelandeses que fuman en la última década.
Así, el país, con políticas de control del tabaco integrales, tiene un objetivo gubernamental de convertirse en un país libre de humo para 2025 alentando principalmente a los fumadores a adoptar productos de nicotina sin combustión, como los cigarrillos electrónicos (vapeadores), en lugar de productos combustibles para fumar, como los cigarrillos. «La razón es que estos productos son mucho menos dañinos que la alternativa», sostiene la publicación de ASH ‘Vaping and Harm Reduction’.
Menos cigarrillos
«Ahora tenemos evidencia del impacto que ha tenido el vapeo en el consumo de cigarrillos. La Encuesta de Salud de Nueva Zelanda se publicó el 1 de diciembre de 2021 y evidencia que el consumo de cigarrillos está disminuyendo a medida que aumenta la opción de vapeo menos dañino», se destaca en la publicación.
Además, se añade que «es probable que crear un entorno en el que los fumadores puedan utilizar esta alternativa -el vapeo- mucho menos dañina para controlar la adicción a la nicotina tenga un impacto significativo en la prevención de enfermedades crónicas en Nueva Zelanda, especialmente para las poblaciones maoríes, del Pacífico y de bajos ingresos».
El Ministerio de Salud, según recoge ASH, dice que «el vapeo es mucho menos dañino que fumar» y que «puede ayudar a algunas personas a dejar de fumar». También agrega que «el vapeo tiene el potencial de ayudar a las personas a dejar de fumar y contribuir al objetivo de Nueva Zelanda de ser un país libre de humo para 2025».
En este sentido, el Gobierno ha elaborado información bajo el lema ‘Tú puedes con esto’ para ayudar a quienes fuman cigarrillos a realizar la transición al vapeo. «Vapear es mucho menos dañino que fumar y mucho más barato. Pasarse al vapeo facilita dejar de fumar y puede seguir siendo una actividad social», recalca.
Vapear, se explica en la campaña -que incluye una calculadora para saber los costos y consejos para el éxito, entre otros- se refiere al uso de un dispositivo electrónico que calienta un líquido convirtiéndolo en un aerosol (vapor) que el usuario inhala. Y se diferencia de fumar en que vapear calienta un líquido, lo que proporciona nicotina sin las toxinas que se producen al quemar tabaco.
Nicotina adictiva & humo dañino
Los cigarrillos convencionales son altamente adictivos debido a su contenido de nicotina y al mecanismo por el cual la nicotina se administra al cerebro a través de la combustión y la inhalación del humo, se sostiene en la publicación, en la que se constata que «muy pocas sustancias, si es que hay alguna, son tan adictivas como la nicotina cuando se administra a través de un cigarrillo».
«Este mecanismo de administración es extremadamente eficiente, modifica los receptores cerebrales y crea un nivel muy alto de dependencia. La nicotina en sí no es dañina cuando se administra de esta manera, aunque crea una dependencia. Pero es el subproducto de la combustión el que causa daño porque el humo contiene múltiples carcinógenos y deja depósitos en los sistemas respiratorios que afectan gravemente la función cardiovascular y respiratoria», se expone.
En este punto, se relata que la adicción al tabaco de combustión se evidencia en las tasas muy bajas de abandono exitoso y las altas tasas de recaída. Las tasas promedio de abstinencia sostenida para dejar de fumar de golpe al cabo de un año son de aproximadamente el 0,4 % de los que dejan de fumar, se constata.
Por otra parte, explica ASH, si bien las formas clínicas de nicotina, como parches, chicles y pastillas, han estado disponibles durante muchos años como ayudas para dejar de fumar, tienen una fracción de la eficiencia que tiene el tabaco a la hora de administrar nicotina. «Combinado con apoyo conductual, las tasas de éxito siguen siendo bajas, con una abstinencia sostenida de alrededor del 1,6 % de los que dejan de fumar», cuantifican desde la sociedad.
El vapeo carece de los componentes más dañinos de los cigarrillos convencionales. Public Health England concluyó a través de una ‘Revisión de evidencia de cigarrillos electrónicos y productos de tabaco calentados’ en 2018 que son un 95% menos dañinos que los cigarrillos, pero sustancialmente más efectivos en la administración de nicotina que los productos de nicotina medicinal. «Esto ayuda a controlar la abstinencia de nicotina con una fracción del daño del cigarrillo y se administra de una manera que es mucho más aceptable para muchos fumadores que quieren dejar de fumar», refuerza ASH.