Ridículo Popular
Las personas que consideramos que a España le iría mejor con Sánchez fuera de la Moncloa, tuvimos una mala noticia el pasado 28 de abril, pues quedo constancia de que no existe a día de hoy una mayoría alternativa al PSOE en el Congreso de los Diputados.
Otro aspecto reseñable fue la debacle del PP, cuyos malos resultados le han forzado un cambio radical de estrategia y de política de comunicación. Pablo Casado ha pasado de la connivencia con VOX, es decir, de anunciar días antes de las elecciones que no le importaría tener ministros de los populistas de derechas en su gobierno, a llamarles “extremistas” sin paños calientes.
Al mismo tiempo, han pasado de decir que las ideas de VOX eran un plagio de las del PP de toda la vida, a decir exactamente lo mismo ahora de las de Ciudadanos. Cambio de difícil credibilidad en tan corto espacio de tiempo. El nuevo rumbo de los populares se evidenció aún más con la comparecencia de Casado tras salir de la reunión con Sánchez en Moncloa. No tiene ni pies ni cabeza que el líder popular anuncie su voto en contra de la futura y previsible investidura de Sánchez, pero que al mismo tiempo insinúe que Ciudadanos debería abstenerse; si realmente cree que la abstención es necesaria para España, el primero que debería hacerlo es el propio Partido Popular.
Eso sería lo lógico para poder entender el nuevo discurso del líder del PP. La clave del cambio de discurso de los azules y de la confrontación directa que buscan ahora con los naranjas se entiende al constatar que Cs se quedó a muy pocos votos de quedar segunda fuerza política en nuestro país y de adelantar al partido popular. Lo triste es que Casado y su equipo piensen que los españoles somos ignorantes y que dicho viraje ideológico se puede producir de la noche a la mañana.
Dicho de otra forma, los populares se pasaron la campaña del 28A corriendo detrás de VOX y ahora se han dado media vuelta para correr detrás de Cs. Creo que van a llegar muy cansados a las urnas de tanto correr detrás de los demás si no tienen claro qué quieren para España y Europa. De hecho, su proyecto europeo se parece mucho al de los socialistas, que no es otro que el de buscar un retiro dorado a sus miembros más longevos. Todo lo contrario al proyecto del equipo que encabeza Luis Garicano (Cs), del que orgullosamente formo parte, donde las ideas y la formación de los candidatos prevalecen sobre las siglas o las compensaciones por viejos favores.
En definitiva, el próximo 26 de mayo los españoles tienen una nueva oportunidad para elegir si siguen apostando por fórmulas caducas o si quieren dar un paso hacia el progreso y la regeneración política.