Y Pedro Sánchez y Teresa Ribera partiéndose de risa
Sólo al que asó la manteca -y no hace falta mirar a nadie- se le ocurre detonar la crisis en el Gobierno valenciano el mismo día en que el mandado de Sánchez, el fiscal general del Estado imputado por revelación de secretos, se sentaba en el banquillo de los acusados del Tribunal Supremo. Y no nos estamos refiriendo a Carlos Mazón, que, por cierto, y con independencia de los errores de gestión que ha reconocido, ha tenido el valor político y humano de aguantar el tipo hasta que no ha podido más, sino porque un partido que aspira a ser Gobierno tiene que tener los recursos y resortes básicos para diseñar sus estrategias políticas en función de las circunstancias y el contexto.
Darle aire al adversario es, sencillamente, un error de bulto propio de aprendices. Mazón anuncia su marcha, el PP respeta su decisión y Pedro Sánchez y Teresa Ribera, uno en la Moncloa, otra en Bruselas, partidos de risa al comprobar cómo se las ponen votando.
Por cierto, ahora que Mazón ha anunciado su marcha, OKDIARIO no dejará de insistir en que los culpables primeros de la tragedia de la DANA fueron la Confederación Hidrográfica del Júcar y la AEMET, una porque ante la que se venía encima con el desbordamiento del barranco del Poyo miró para otro lado sin advertir en ningún momento al Gobierno valenciano, y el otro porque sus predicciones meteorológicas para el día de autos fallaron más que una escopeta de feria. Y, sin embargo, se ha impuesto en buena parte el relato de la izquierda, tal vez porque en el PP no han sido capaces de contraprogramar la interesada versión del Gobierno y sus terminales mediáticas.
Lo que resulta alucinante es que, de un tiempo a esta parte, todas las alegrías políticas de Pedro Sánchez vengan de las manos del PP. ¿Y para qué entonces llevar a Sánchez a la comisión de investigación del Senado? ¿Para esto?