Ni lomo ni jamón: este embutido sólo lo hacen en Málaga y su receta está protegida para diferenciarse del español

El embutido es el rey de la gastronomía nacional y hay productos que se pueden encontrar en todos los rincones de España. Sin embargo hay alguno en concreto que sólo existe en Andalucía.
Uno de los ejemplos más claros es el salchichón de Málaga, que por su nombre no deja dudas de dónde es originario. No sólo destaca por su sabor y forma de elaboración, sino que tiene unas diferencias muy claras respecto al tradicional.
Es mucho más blando, tiene una forma distinta de curación y es más jugoso que cualquier otro salchichón de España. Gracias a ello es perfecto para aquellos que no suelen disfrutar del embutido.
El salchichón de Málaga que nació hace más de dos siglos
El salchichón de Málaga no es ninguna novedad gastronómica, ya que hay que remontarse hasta el siglo XIX para encontrar su origen. En esos años comenzó a prepararse en el municipio de Cártama, en el interior de la provincia.
Algunos defienden que estuvo influenciado por el salami genovés, pero la realidad es que la receta andaluza se adaptó muy rápido a los productos y necesidades locales, por lo que adoptó su propia identidad.
Los malagueños sienten un gran respeto por su salchichón y han protegido su receta original. Es decir, cada productor puede darle su toque personal pero existe una regulación para respetar los métodos tradicionales.
Ten en cuenta que este embutido ha ganado fama en las cocinas andaluzas por su versatilidad. Al ser más blando no sólo se puede comer en lonchas, sino que es perfecto para otros platos como un tartar.
¿Por qué este embutido malagueño es diferente al resto de salchichones?
La gran diferencia en la preparación que hace que el salchichón de Málaga sea un embutido único es una curación más breve. Este detalle provoca que sea menos seco, más jugoso y mucho más blando.
Además, en Andalucía todo se hace a lo grande así que las proporciones de tocino y de grasa que se utilizan son más generosas, para potenciar el sabor y que sea posible untar el salchichón cuando se corta.
Para que se considere salchichón de Málaga, debe cumplir una serie de requisitos. Por ejemplo, una proporción exacta de carnes troceadas o picadas de cerdo (o vacuno) junto a la grasa y el tocino. A ello hay que añadirle sal, especias y otros condimentos.
Cuando lo veas, vas a diferenciarlo muy rápido de cualquier otro embutido andaluz. La mayoría de salchichones de la zona son incluso más firmes que los habituales, con el malagueño ocurre lo contrario.
Ser tan distinto a cualquier otro embutido es precisamente lo que le ha dado tanto prestigio y lo ha convertido en un motivo de orgullo para los malagueños.
Los mejores platos para probar el salchichón de Málaga
Puedes cortarlo a rodajas, preparar una tabla con quesos y ponerte una copa de vino. Es la forma más sencilla de probar este embutido pero también una de las más gratificantes.
No obstante, hay otras alternativas que merecen la pena. Por ejemplo, aprovechar su textura para trocearlo y preparar un tartar. En Málaga también es habitual utilizarlo como relleno de hamburguesas caseras.
Al ser un salchichón más suave no se come el sabor de otros productos y es más fácil de digerir, lo que permite innovar con el embutido e incluirlo en platos que no te esperas. Atrévete con unas croquetas.