La regla 30-30-30 que se ha cumplido en España y que ha alimentado los megaincendios
Ya se han quemado más de 350.000 hectáreas en esta crisis de los incendios
La regla 30-30-30 es un indicador clave para la prevención y extinción
El fin de la ola de calor reduce el peligro de incendios, pero sigue habiendo riesgo elevado

Continúa la ola de incendios que está arrasando buena parte de España, especialmente en el noroeste del país y en Jarilla (Cáceres), donde se encuentran los fuegos de mayores dimensiones. En los últimos 15 días, han ardido unas 350.00 hectáreas de terreno, y cerca de 400.000 en lo que va de año, según Copernicus.
A pesar de que la situación sigue siendo preocupante, también hay señales esperanzadoras, como la bajada de las temperaturas, que está facilitando el trabajo de los servicios de extinción. Aemet dio ayer por finalizada una extensa ola de calor que se ha prolongado durante 16 días, lo que la convierte en la tercera más larga de toda la serie histórica.
La agencia meteorológica también destaca que el peligro de incendios ha descendido en España precisamente por el fin de este episodio de elevadas temperaturas. Sin embargo, estamos muy lejos de estar a salvo del fuego, advierte la misma fuente.
Precaución
«Quedan aún zonas con peligro muy alto o extremo, sobre todo en el oeste y sur de la Península, por lo que no hay que bajar la guardia. ¡Precaución!», ha señalado Aemet a través de un mensaje en su perfil oficial en la red social X.
Conviene, por tanto, permanecer en alerta a fin de evitar la aparición de nuevos focos que impidan poner fin a esta crisis medioambiental y social a la que han contribuido unas condiciones climáticas muy determinadas que favorecen la propagación del fuego.
En este sentido, multitud de expertos hablan de la llamada regla 30-30-30. Se trata de un indicador clave para la prevención y extinción de los incendios forestales. Si bien es cierto que no se trata de una fórmula científica exacta, sí que resulta útil para los gestores de emergencias y la población.
Mayor riesgo
La regla del 30-30-30 explica que, cuando se dan simultáneamente tres condiciones, el riesgo de que un incendio forestal se propague aumenta exponencialmente. Esas tres condiciones son:
- Temperatura superior a 30 grados: El calor intenso seca la vegetación, convirtiéndola en un combustible altamente inflamable.
- Humedad relativa del aire inferior al 30%: Un ambiente muy seco significa que hay menos agua en el aire y en la vegetación, lo cual facilita la dispersión de las llamas.
- Viento superior a 30 kilómetros por hora: Además de avivar el fuego, el viento también transporta pavesas a largas distancias, aumentando así la posible generación de nuevos focos.
Medidas preventivas
Una de las principales razones por las que conviene recordar esta regla es porque impide que tanto las autoridades como los ciudadanos nos descuidemos. Además, sirve de guía para la adopción de medidas preventivas como, por ejemplo, evitar las actividades que puedan generar fuego en el monte, limpiar los terrenos de vegetación seca y desarrollar planes de evacuación en áreas de riesgo.
Por otro lado, también ayuda a los servicios de emergencia a anticipar el comportamiento del fuego y a decidir la mejor estrategia para combatirlo. Hay que tener en cuenta que, en estas condiciones extremas, los incendios no sólo se propagan más rápido, sino que además se comportan de manera errática e imprevisible, lo que aumenta el peligro para el personal de extinción.
Otra cuestión interesante es que la regla resulta fácil de recordar, motivo por el que ayuda a comunicar y concienciar a la población acerca de todo lo que implica un escenario de alto riesgo de incendio, fomentando así la responsabilidad individual, de manera que sea menos probable la aparición de las llamas por imprudencias o negligencias.
Viento
Un estudio de la Fundación Civio, que analizó el comportamiento de cerca de 200 grandes incendios forestales (GIF) en España, concluyó que, de los tres factores que componen la regla, el viento es el más decisivo. De hecho, en 153 de los 196 incendios que se tuvieron en cuenta se registraron rachas que superaron los 30 kilómetros por hora.
La investigación también aclara que, cuando se cumple la regla, estamos sin duda ante el peor escenario posible, pero si se dan dos de las tres variables, igualmente se trata de una situación crítica. De hecho, esta última es la posibilidad más plausible.
Uno de cada tres
«Sólo en el 36,7% de los fuegos, 72 del total de 196, la temperatura, el viento y la humedad reinantes estaban dentro de los parámetros de la regla del 30», según los autores de este trabajo.
«Si sólo se tienen en cuenta dos de las tres variables meteorológicas, la doble combinación se dio en el 67% de los GIF», añaden los investigadores.
Es decir, la regla 30-30-30 es una hipótesis que no siempre ocurre en la realidad, pero nos ayuda a entender los principales mecanismos que intervienen en la generación de un fuego, así como a identificar los momentos de mayor riesgo y, por tanto, a no bajar la guardia durante los mismos.