Aplicaciones Ropa de segunda mano

Trucos y consejos para comprar ropa de segunda mano de forma sostenible en aplicaciones y comercios

Alargar la vida de la ropa reduce las emisiones y el consumo de agua y residuos

Fabricar un vaquero puede requerir más de 7.000 litros de agua

Antes de comprar ropa de segunda mano, hay que analizar la calidad de las prendas

Mercadillo callejero de segunda mano.
Mercadillo callejero de segunda mano.

Comprar ropa de segunda mano hace ya tiempo que dejó de ser una moda para convertirse en una costumbre que siguen habitualmente personas de todo tipo y condición que buscan no sólo satisfacer sus necesidades de vestuario de manera asequible, sino también reducir el elevado impacto ambiental y social de la fast fashion.

De hecho, el sector de la moda es responsable de entre el 8% y el 10 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, consume enormes cantidades de agua y genera millones de toneladas de residuos cada año, según Naciones Unidas. Frente a este modelo de usar y tirar, la segunda mano se ha consolidado como una alternativa real al alcance de toda la población.

Con ello conseguimos obtener, además, resultados claros y contrastables. Según la ONG británica WRAP, dedicada a gestión de residuos y economía circular, extender la vida de la ropa nueve meses puede reducir su huella de carbono, agua y residuos en un 20%, lo que supone un ahorro de 5.000 millones de libras anuales (unos 5.700 millones de euros).

Agua y residuos

Ciertamente, la producción textil es una de las más intensivas en consumo de agua. Según diversas estimaciones, fabricar un solo vaquero puede requerir más de 7.000 litros, y una camiseta de algodón, alrededor de 2.700.

La segunda mano también contribuye a generar menos residuos y a dar utilidad a prendas que acaban antes de tiempo en la basura. Y es que, como señalan estudios de la UE, cada europeo desecha de media unos 12 kilos de ropa y calzado al año, gran parte de los cuales acaba en vertederos o incineradoras.

Para todos los públicos

El universo de la segunda mano ofrece un amplio abanico de alternativas que se ajustan a gustos y públicos muy diversos. Estas son las principales opciones:

  • Aplicaciones y plataformas online, que facilitan la compraventa directa entre particulares o a través de intermediarios.
  • Tiendas físicas de segunda mano, desde comercios independientes hasta redes gestionadas por ONG.
  • Mercadillos y eventos locales dedicados a segunda mano y antigüedades.

Aplicaciones

Empresas como Vinted, Wallapop o Milanuncios ofrecen aplicaciones móviles que se han convertido en referentes del mercado de segunda mano en España.

A la hora de emplearlas, conviene revisar las valoraciones del vendedor, exigir fotografías reales y leer con atención las políticas de devolución y protección de cara al comprador.

Estas apps facilitan la reutilización a gran escala, pero también plantean retos, como los envíos innecesarios, el sobreconsumo de prendas de segunda mano que tampoco acabamos utilizando, pero que adquirimos de forma masiva por su bajo precio, o la falta de control sobre la calidad.

Tiendas y mercadillos

Las tiendas de segunda mano gestionadas por entidades sociales ofrecen una de las opciones más coherentes desde el punto de vista ambiental y ético. Alternativas como Moda re- (Cáritas) y Humana garantizan la reutilización con fines sociales y la trazabilidad del excedente textil. Además, permiten probar la ropa, evaluar su estado real y recibir asesoramiento.

Otra opción es la de los mercadillos y rastrillos de segunda mano y antigüedades, las ferias de intercambio y los eventos de trueque impulsados por ayuntamientos, organizaciones y colectivos vecinales. Este tipo de iniciativas reducen la huella del transporte, fortalecen el tejido local y fomentan una relación más consciente con la ropa.

Entre estos mercadillos de segunda mano figuran los más populares y tradicionales, como El Rastro de Madrid, uno de los mayores mercados al aire libre de Europa; el Mercado de los Encantos de Barcelona, con una larga tradición vinculada a la reutilización a través de sus famosas subastas o el Rastrillo de Jerez de la Frontera (Cádiz), que cada domingo reúne centenares de puestos con ropa, antigüedades, libros y objetos vintage.

Fuente: Rastro de Madrid.
Fuente: Rastro de Madrid.

Prendas de calidad

Comprar ropa de segunda mano exige atención para evitar engaños o, simplemente, elegir algo que en realidad no nos viene tan bien. Estos son algunos puntos clave para identificar prendas de calidad:

  • Revisa las costuras y acabados: costuras rectas, refuerzos en zonas de tensión y ausencia de hilos sueltos suelen indicar mayor durabilidad.
  • Prioriza tejidos resistentes: lana, algodón grueso, lino o denim suelen envejecer mejor que los sintéticos de baja calidad.
  • Comprueba el desgaste real: zonas como axilas, entrepierna, cuellos y puños delatan el uso intensivo.
  • Lee la etiqueta: conocer la composición ayuda a anticipar cómo se comportará la prenda con el uso y los lavados.
  • Desconfía de los chollos: una prenda demasiado barata, incluso para la segunda mano, rara vez es una buena inversión, salvo que conozcas muy bien al vendedor y te puedas fiar.

Cambio de hábitos

La ropa de segunda mano no es la única solución frente a los impactos de la industria textil, pero sí una de las más eficaces y al alcance de casi cualquiera. Eso sí, sólo funciona si va acompañada de un cambio de hábitos que abogue por comprar menos, priorizar la calidad y cuidar de las prendas para que duren más.

En un contexto de crisis climática y saturación de residuos, cada decisión cuenta. Apostar por la segunda mano es mucho más que una forma de ahorrar o de encontrar piezas únicas: es una manera concreta de reducir impactos, apoyar proyectos sociales y avanzar hacia un consumo más justo y sostenible.

Porque, a menudo, la prenda más sostenible no es la que se fabrica con nuevos materiales, sino la que ya existe… y sigue teniendo mucho que contar.