Le pide ayuda para pagar su compra en Mercadona y lo que pasa después ya es historia: «Tampoco soy…»
Una influencer demuestra la solidaridad de personas que ayudan sin dudarlo
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A veces lo extraordinario nace de algo muy sencillo. Por ejemplo, nace en la cola de supermercado, en una conversación que parece no tener demasiada transcendencia, más allá de implicar un gesto lleno de solidaridad. Eso fue lo que vivió Carolina Cazadora, una creadora de contenido muy conocida en TikTok e Instagram, cuando entró en un Mercadona para comprar algo tan básico como un cartón de leche. No sabía entonces que de allí saldría con una historia capaz de emocionar a miles de personas, hasta el punto de hacerse viral.
En su vídeo, podemos ver como decide poner a prueba la solidaridad de las personas en la cola de un Mercadona. Para ello, la influencer, que lleva un cartón de leche en la mano, hace creer que es para su hermano pero que no lo puede pagar porque se ha dejado la cartera en casa. La botella cuesta 88 céntimos de euro como ella explica, pero no lo puede pagar y es entonces cuando le pregunta a una señora que está pasando sus productos por la caja si sería tan amable de hacerle el favor de pagarle la leche. La señora accede y lo que pasa a partir de entonces, no te lo puedes perder.
Le pide ayuda para pagar su compra en Mercadona
Cuando menos te lo esperas, aparece alguien que empatiza y es solidario. Esta es la lección que se puede sacar del vídeo que conquista las redes. En él vemos como una anciana paga la leche a Carolina Cazadora y esta, sin que la señora se de cuenta, le paga toda su compra y no sólo eso, le lleva las bolsas hasta la parada del autobús.
Todo el mundo se emociona cuando ve el vídeo y es del todo comprensible. A todos nos puede pasar que tengamos que depender de la amabilidad de un desconocido y cruzar los dedos para que no te mire mal ni te deje con la palabra en la boca.
El giro que nadie vio venir
Pero como ya hemos explicado, la historia no acaba ahí. Lo que parece un simple favor esconde ese desenlace inesperado. Mientras la anciana guardaba con calma sus bolsas, la joven decide mostrar al mundo la solidaridad de quien le ha ayudado y entonces sin que se de cuenta, pasa su teléfono por el lector de tarjetas para pagarle todo lo que acaba de comprar.
Y cuando le dicen que ya está todo pagado. Su cara lo dice todo, entre sorpresa e incredulidad. No entiende qué estaba pasando hasta que la joven se lo explica. Le cuenta que estaba grabando un experimento social, que la idea era mostrar la bondad que aún existe en la gente.
La respuesta de la anciana es tan sincera que se convierte en la frase más recordada del vídeo: «Ayudo en lo que puedo, porque tampoco soy una persona que tenga de sobra». Esa confesión, cargada de humildad, toca la fibra de todos porque muchos hacen lo mismo. Ayudan cuando se les necesitan aunque tengan poco que aportar.
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Más que una compra, una lección
El final es tan sencillo como bonito. Como podemos ver en el vídeo, salen juntas de Mercadona, hablan un poco mientras caminaban hacia la parada del autobús y Carolina no duda en echarle una mano con las bolsas. Nada espectacular, pero de esos gestos que se quedan grabados. Al fin y al cabo, todo había empezado con un supuesto despiste al dejarse el dinero y termina siendo un vídeo emotivo que demuestra mucho.
Y es que aquí está lo interesante: no se trata solo de pagar una compra, sino de lo que significa. De ese momento de ayuda y confianza que surge entre desconocidos, la empatía que todavía aparece en los lugares que nadie espera. Hoy que tanto se habla de egoísmo o de ir cada uno a lo suyo, encontrarte con una escena así te recuerda que todavía hay gente que ayuda sin pensar si le sobra o no.
La ola de reacciones en redes sociales
El vídeo se hizo viral en cuestión de horas. Miles de usuarios dejaron comentarios, muchos de ellos recordando experiencias similares con sus vecinos que de repente les han ayudado, o con personas desconocidas, que de igual forma han dejado dinero o les han cedido por ejemplo, el turno en la cola de una tienda.
Lo que consigue esta joven influencer con esta publicación es poner en valor esos gestos que, aunque sencillos, pueden cambiar el día a alguien. Y no sólo el de la persona que recibe, sino también el de quien da. Porque al final, lo que más se repite entre los comentarios es la misma idea: ayudar, aunque sea poco, siempre deja una huella que no se borra.