Así se distingue un chorizo en herradura, sarta, vela o cular: casi nadie sabe diferenciarlos bien

El chorizo es uno de los productos más emblemáticos de la gastronomía española. Se puede tomar como tapa, en guisos, a la brasa o incluso solo con pan y un poco de aceite. Es una buena opción para el día a día o para cualquier celebración.
Si bien todo el mundo sabe comerlo, pocos pueden diferenciarlos bien. En este artículo explicamos qué tipo de chorizo es cada uno y cómo reconocerlos, porque no es lo mismo un cular que una sarta, y esa diferencia se nota en el plato.
Así se distingue un chorizo en herradura, sarta, vela o cular
Aunque todos parten de una base similar (carne de cerdo picada, pimentón, sal y especias), el tipo de tripa, el tamaño, el proceso de curación y la forma marcan una diferencia clara entre uno y otro.
A continuación se explica en qué se diferencia cada formato y qué lo hace único.
Chorizo en herradura
Este es el que casi todo el mundo tiene en mente cuando piensa en un chorizo curado. Se reconoce por su forma de U, ya que se ata con cuerda en ambos extremos y se cuelga durante la curación. Suele tener un calibre medio y se embute en tripa natural.
Este embutido se elabora con magros de cerdo, pimentón (dulce o picante), sal, ajo y otras especias. El secado se hace lentamente, lo que da como resultado un chorizo con textura jugosa y sabor potente. Sirve tanto para comer en crudo, en lonchas finas, como para cocinar: va bien en bocadillos, lentejas, tortillas o incluso a la parrilla.
Chorizo en vela
Este formato es más estrecho y alargado que el anterior, con una forma recta parecida a una vela, de ahí el nombre. Se embute habitualmente en tripa artificial de colágeno y tiene una textura más firme y uniforme.
El picado es más fino, el color es más brillante y el sabor suele ser más suave, aunque intenso. Se usa sobre todo en charcutería, tapas y bocadillos. No se recomienda para cocinar, ya que su curación está pensada para consumo en crudo. Se conserva bien y se suele vender ya cortado en lonchas.
Chorizo cular
Este es el más grueso de todos y se embute exclusivamente en el tramo final del intestino del cerdo, de ahí su nombre: cular. Tiene un calibre grande, entre 40 y 70 mm, y necesita un proceso de curación mucho más largo.
La textura es más seca, firme y con mayor presencia de magro. Su sabor es más profundo, con matices marcados de pimentón, ajo y curación. Es típico de embutidos ibéricos de alta calidad, sobre todo de Castilla y León. Se consume en finas lonchas, siempre a temperatura ambiente para que se aprecien bien sus aromas.
Chorizo en sarta
El chorizo en sarta es parecido al de herradura, pero suele ser algo más delgado y se presenta enrollado y atado con una cuerda que une los extremos. Se embute en tripa natural y es uno de los más versátiles: se puede comer en crudo o cocinarlo.
Tiene una textura tierna, jugosa y un sabor que puede variar mucho según la mezcla de especias. Hay versiones dulces y picantes, y también opciones ecológicas. Va genial en la brasa, frito o incluso cocido. Es el típico chorizo que se usa para cocinar lentejas o echar al cocido.
Comer chorizo lo sabe hacer cualquiera. Saber distinguirlo no tanto. Herradura, sarta, vela o cular no son nombres al azar, cada uno tiene sus características, su uso ideal y su sabor propio. Al final, entender estas diferencias ayuda a elegir mejor y disfrutar más.
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