Preocupación de policías y hosteleros por las decenas de puestos ilegales de alcohol en Madrid
El centro de Madrid se convierte, bajo el consentimiento de Manuela Carmena, en un botellódromo cuando hay fiestas. Decenas y decenas de puestos ilegales de venta de bebidas alcohólicas y de comida se agolpan en las calles del centro sin que el Ayuntamiento haga nada.
Los policías locales están ciertamente preocupados por la situación y los posibles delitos contra la salud pública que se cometen por estos vendedores sin ningún control sanitario. Asimismo, los empresarios hosteleros también están alarmados.
«El fenómeno de los lateros y la venta clandestina de alcohol es una lacra para Madrid y es un problema durante todo el año», indican desde la asociación de hosteleros Plataforma de Ocio de Madrid. Se venden desde vasos de litro de alcohol mezclado previamente a pinchos de barbacoa preparado con bombonas de camping gas.
Por su parte, desde los sindicatos de la Policía Municipal avisan de un aumento de robos de carteras y móviles, de menudeo de drogas y de venta ambulante, en particular, durante las celebraciones de este año del Orgullo LGTB. El motivo, según CSIT Unión Profesional, es «la falta de agentes de paisano».
«Campan a sus anchas»
Este sindicato policial ha detectado que los vendedores ilegales han campado «a sus anchas». Venden desde bebidas hasta merchandising propio de estas fiestas.
«De ahí el resultado: plazas abarrotadas de basura, consecuencia del gran botellón y vendedores con carros repletos de cervezas, gorros y abanicos inundaron con precios muy bajos todas las esquinas. Un año más, no podemos olvidar las denuncias a comercios asiáticos por vender alcohol más tarde de las 22 horas o, incluso, a menores», se quejan.
Dentro de los pocos medios que tenía la Policía, algunos agentes llevaban hasta 15 días sin librar, sí que retiraba la bebida a algunos de los vendedores clandestinos, tal como pudo comprobar OKDIARIO. Sin embargo, el grueso de los vendedores ofrecían sus productos con toda la tranquilidad pese a no tener licencia.
Por eso, CSIT Unión Profesional quiere conocer las estadísticas de este año en lo relativo al número de actas de venta ambulante de drogas y hurtos. «Esperemos que no nos vuelvan a tomar el pelo y afirmen que las estadísticas han bajado porque el dispositivo era muy bueno, negando la existencia de los hechos señalados», adelantan.
Robos en aglomeraciones
Otros años la Policía local desplegaba un servicio de efectivos de paisano muy potente. Su objetivo también consistía en perseguir a aquellas personas que, aprovechando las grandes aglomeraciones, pretendían robar a viandantes (carteras y teléfonos móviles, entre otros objetos de valor).
«El año pasado se recuperaron decenas de teléfonos móviles sustraídos, algo que lamentablemente no pudo ser este año, pues la mala planificación por parte del Ayuntamiento, sumado al bajo número de agentes patrullando, permitieron a los ladrones actuar de forma más descarada, al percatarse de la falta de Policía camuflada. Lo mismo sucedía en relación con la incautación de estupefacientes (en fechas anteriores existían más de 30 intercepciones diarias solo por este concepto)», denuncian.