Elecciones Generales 2019

Podemos tiene manía persecutoria: cree que hay un boicot de los medios para silenciarlos

Podemos inicia un ataque contra los medios de comunicación acusándolos de silenciarlos, en vistas a justificar unos posibles malos resultados en las elecciones, como pronostican los sondeos.

Podemos
Irene Montero y Pablo Iglesias. Foto: Europa Press

Podemos ha colocado a los medios de comunicación en la diana de sus ataques pre-electorales. En un intento de justificar unos posibles malos resultados electorales -como apuntan los distintos sondeos- los de Pablo Iglesias han ideado una campaña de ataques a los grandes medios, a los que culpan de no darles visibilidad de manera premeditada.

Las críticas se lanzan a través de las redes sociales del partido; del secretario de Organización, Pablo Echenique, y de otros dirigentes. Y van dirigidas a Antena 3, Telecinco e, incluso, a la TVE de Rosa María Mateo.

Esta semana, la formación aprovechó la comparecencia de Mateo en la Comisión de Control de RTVE en el Congreso para denunciar el «bochorno» por la diferencia de cuota de pantalla con el PSOE. «Los 5 millones de personas que votaron a Unidos Podemos no se sienten representadas porque en los informativos de la 1 ni siquiera aparece muchas veces», reprochó la diputada del partido, Noelia Vera.

«El problema es que en TVE manda un partido, que es justo lo que no queríamos, y lo que estábamos intentando evitar. Se les ha vuelto a ver el plumero», denunció en su perfil de Twitter el también diputado podemita, Juanma del Olmo. Ello, pese a que Podemos negoció directamente con el PSOE la renovación de la cúpula del ente público, que acabó finalmente en manos de Mateo.

Pero los ataques se dirigen especialmente a las cadenas privadas, como Antena 3 y Telecinco, a las que llegan a acusar de un comportamiento antidemocrático.

Podemos quiere explotar el argumento de que «los informativos son propiedad de los bancos», según evidencian en distintos ‘tuits’ en los últimos días. Al mismo tiempo, perseveran en la idea de que la formación no se financia a través de créditos y que reclaman el dinero del rescate bancario.

En un acto, este domingo, Del Olmo insistía en que «en algunos países hay leyes que prohíben que los medios de comunicación estén en manos de los bancos, que los bancos puedan comprar medios de comunicación».

«Eso no pasa en nuestro país. En nuestro país, la mayor parte de medios de comunicación están en manos de los bancos. Llevamos tres semanas sin salir en los dos principales telediarios, de Antena 3 y de Telecinco. Si por silenciarnos en los telediarios de estas cadenas piensan que vamos a dejar de exigir que los bancos devuelvan los 60.000 millones de euros que les prestamos con dinero público, lo llevan claro», aseguró el diputado, que estos días arremetía contra Caixabank y BBVA. 

Contra las encuestas de los medios

No es el único caso. Podemos también cuestiona, a la mínima ocasión, las encuestas de intención de voto difundidas por los distintos medios de comunicación, y que les otorgan un pobre pronóstico.

«Ya ha empezado la campaña contra Podemos», decía recientemente Echenique en sus redes sociales, haciéndose eco de los pronósticos de tres diarios.

Como en el caso anterior, Echenique aprovechaba para explotar con demagogia el argumentario: «Es lógico, somos los únicos que defendemos a la gente trabajadora y plantamos cara a los buitres».

En la ofensiva contra las encuestas de los medios entró también el ideólogo podemita Juan Carlos Monedero: «No os dejéis engañar, tened por descontado que van  a intentar hacer desaparecer a Podemos. No les creamos, porque si creemos a los mentirosos nuestra democracia va a seguir vaciándose», alertaba a través de su Twitter.

No es la primera vez que Podemos ataca a los medios de comunicación y ve una «persecución» para tratar de empañar sus polémicas.

Ocurrió, por ejemplo, tras el escándalo por la compra del chalet de Pablo Iglesias e Irene Montero, revelado por OKDIARIO.

El partido remitió entonces un correo electrónico a sus militantes en el que denunciaba una persecución mediática contra sus líderes e ironizaba con la diferencia de trato a los políticos según su partido.

Si eligen «bien», decía la misiva, estos tendrán «jubilaciones doradas en consejos de administración de empresas del Ibex35, invitaciones al palco del Bernabéu, sobresueldos en B o trato de favor en los juzgados». «O, simplemente, que los medios de comunicación digan de ti que eres guapo e inteligente y te pongan primero en las encuestas».

Por el contrario, si los políticos eligen «mal» y se unen a Podemos, siempre según la opinión del partido, «entonces todo vale», entonces tendrán que «enfrentarse al acoso y la destrucción reputacional por la vía de los medios de comunicación».

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