Marlaska manda a Melilla al comisario de Cataluña para entregar la comisaría de Vía Layetana a los separatistas

Comisaría de Vïa Layetana
Policía Nacional en Vía Layetana.
Carlos Cuesta

La entrega de la comisaría de Vía Layetana al separatismo está decidida. ERC quiere una victoria simbólica y Pedro Sánchez se la va a dar. El comisario y jefe de Policía Nacional de Cataluña no quería protagonizar semejante rendición ante los separatistas, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha encontrado la solución: lo ha enviado a Melilla.

El nombramiento ha sido rápido. Porque rápida será la entrega de la emblemática comisaría de Policía Nacional de Vía Layetana. El comisario principal José Antonio Togores Guisasola, con tres años a la espalda al frente de la Policía en Cataluña, pasa a Melilla.

Se trata de un comisario mítico en el cuerpo de Policía Nacional. Fue jefe de la UIP y tuvo que lidiar en terreno catalán en plena agitación tras el referéndum ilegal del 1 de octubre del 2017. Su labor es indudable: ha ayudado de forma decisiva a favorecer la coordinación y cooperación con los Mossos d’Esquadra.

Pero ahora proseguirá con su trabajo en la ciudad autónoma de Melilla, aprovechando la jubilación de Francisco Rodríguez, jefe superior de Policía de la ciudad autónoma durante los últimos cuatro años. Togores llegó a Cataluña procedente de Extremadura y de las Unidades de Intervención Policial (UIP). De hecho, su cartel como gran profesional no dejó de crecer desde ese cargo en Extremadura y a raíz de las protestas callejeras posteriores al 15-M a las que tuvo que hacer frente.

Brillante hoja de servicio

Togores ha trabajado en las unidades de Desactivación de Explosivos. Y hasta en las jefaturas de la Sección de Caballería y Guías Caninos. Ha sido consejero de Interior en la Embajada de España en Colombia y jefe regional de operaciones en la Jefatura Superior de Andalucía Oriental.

Cuenta con seis cruces al mérito policial y siete medallas concedidas por Interpol y unidades operativas de Colombia. Y cuentas hasta con la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica. Pero, sobre todo, no pasaba por tener que ser él quien entregase la comisaría de Vía Layetana al separatismo.

Los independentistas hace tiempo que habían puesto su diana sobre la Jefatura Superior de Policía Nacional de Vía Layetana en Barcelona. La CUP, como instigadora, y ERC y JxCAT, como apoyos a su plan, han exigido la salida de los agentes del centro de la ciudad como muestra de su triunfo frente al Gobierno central y de su control de las calles catalanas.

De hecho, esta pugna por la comisaría saltó al Parlamento catalán el pasado mes de septiembre, cuando Vox buscó el apoyo de los partidos constitucionalistas para defender la emblemática comisaría. El resultado fue el apoyo del PP en defensa de la sede de Vía Layetana, y la espantada de Ciudadanos.

La moción de Vox, además, pretendía que el gobierno catalán manifestara su agradecimiento a la Policía Nacional por la labor en defensa del orden público en Cataluña. Y también ante ese punto se abstuvo Cs.

El portavoz socialista en esa ocasión, de hecho, aprovechó para cargar contra Vox por su moción por llevar a cabo una supuesta falta de respeto a la «memoria colectiva» y a la «institución parlamentaria». 
ERC, JxCat y la CUP se unieron para exigir la entrega de la comisaría. Y los socialistas aportaron su parte atacando a Vox y dejando clara su distancia frente a los de Santiago Abascal y el PP, y su cercanía a los independentistas en un asunto tan sensible como el de dejar vendida a la Policía Nacional cuando se plantea su abandono de la sede de Vía Layetana.

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