Guardia Civil

Guardias civiles denuncian que trabajan a 30º en la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha

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Un agente de la Guardia Civil en imagen de archivo.

Los agentes de la Benemérita que prestan servicio nocturno en el edificio de la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha, al frente de la que está el socialista Francisco Tierraseca, sufren prácticamente a diario unas temperaturas superiores a 30 grados, según ha denunciado la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC).

Según manifiestan los agentes, durante casi todo el día el sol da sobre la fachada del edificio, situado en la toledana Plaza de Zocodover, lo que provoca que la temperatura del edificio alcance cotas elevadas que se extienden al horario nocturno, sin que el sistema de climatización central que dispone la Delegación pueda producir un alivio. Según señalan los guardias civiles, «siempre permanece apagado entre las 23:00 horas y las 07:00, tanto en verano como en invierno».

Ante esta penosa situación en la que deben prestar servicio los guardias civiles en el edificio público, la AUGC ha enviado un escrito y un informe a la Oficina de Riesgos Laborales de la Delegación del Gobierno regional para que no se desactive por la noche el aire acondicionado ni la calefacción en invierno y, de no ser posible, se den las instrucciones pertinentes para la instalación de un aparato individual o portátil de aire acondicionado con bomba de calor.

Estrés térmico

Los agentes destinados en el edificio que trabajan en horario nocturno sobrellevan los meses más fríos con mantas y aparatos que llevan de sus propias casas, pero en los meses estivales -y máxime este año en el que las temperaturas diurnas y nocturnas han superado todos los registros- existe riesgo de golpes de calor o estrés térmico.

Según sospechan los agentes, la situación puede venir provocada por las  quejas de los vecinos acerca del ruido que emite el sistema de climatización cuando está en funcionamiento.

En todo caso, la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha tiene la obligación de velar por la seguridad de los trabajadores y el cumplimiento de la Ley de Riesgos Laborales. En este campo se incluye el deber de propiciar una temperatura adecuada conforme a la normativa vigente en materia de riesgos laborales.

El Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, regula las condiciones que deben cumplirse en los centros de trabajo cerrados, y establece que la temperatura de los locales donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas o similares estará comprendida entre los 17 y 27 grados y la temperatura de los locales donde se realicen trabajos ligeros estará comprendida entre 14 y 25 grados.

«Estrés térmico»

Por otro lado, la Guía técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relativos a la utilización de los lugares de trabajo señala que la temperatura óptima para locales cerrados donde se realicen trabajos sedentarios estaría entre los 20 y los 24 grados en invierno, y entre los 23 y los 26 grados en verano y, para el caso de actividades ligeras, los rangos se situarían entre los 21 y 25 grados para verano y los 16 y 22 grados para invierno.

Superar la temperatura estipulada por ley, denuncian los guardias civiles, puede provocar una clara situación de estrés térmico y, además, al carecer de equipos de climatización no se garantiza ni el nivel de humedad que se debe de mantener ni tampoco la renovación del aire, incumpliendo las recomendaciones vigentes de la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha para la prevención del Covid-19 que establecen «que la ventilación de los espacios interiores se realice con carácter permanente y con aire proveniente del exterior».

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