El buque que Sánchez envía a escoltar a la flotilla lleva dos cañones fabricados por una empresa israelí
Israel avisa al Gobierno de PSOE-Sumar de que no dejará entrar al buque 'Furor' en "zona de combate activo"
Defensa se ve obligada a sustituir este BAM por el 'Cartagena' en un ejercicio internacional de salvamento


El Buque de Acción Marítima (BAM) Furor de la Armada española que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha mandado para escoltar a la Flotilla a Gaza en su campaña contra Israel monta precisamente dos cañones automáticos fabricados por una empresa israelí.
En concreto, los cañones MK 38 de 25 milímetros lo fabrican la británica BAE Systems y Rafael Advanced Defense Systems, que es una empresa israelí que desarrolla y produce tecnologías militares a gran escala para las Fuerzas de Defensa de Israel.
El envío de este buque de guerra español con material israelí se produce, por tanto, en pleno embargo del Gobierno de Pedro Sánchez sobre la venta de armas a Israel, con la prohibición también de importar productos de asentamientos ilegales en territorios palestinos.
Además, la norma aprobada el pasado martes por el Consejo de Ministros se extiende a todo el material de defensa y a la tecnología de doble uso e incluye la denegación de la solicitud de tránsito para los combustibles con posible uso militar. No obstante, el real decreto permite hacer excepciones «de interés nacional».
Entretanto, el Gobierno de Israel ha avisado al Ejecutivo de PSOE-Sumar de que no dejará entrar al buque Furor en «zona de combate activo». Así lo recoge la cuenta oficial de la Embajada de Israel en España en redes sociales, que habla de «provocación» tras el movimiento de Pedro Sánchez.
«Tenemos otra propuesta para la flotilla de Hamás-Sumud: si lo que hacen no se trata de una provocación ni de servir a Hamás, son bienvenidos a descargar cualquier ayuda que puedan tener en cualquier puerto de un país cercano fuera de Israel, desde donde pueda ser transferida pacíficamente a Gaza. Israel no permitirá que ningún buque entre en una zona de combate activo ni permitirá la violación de un bloqueo naval legal. ¿Lo que hacen es ayuda o provocación?», ha señalado la embajada de Israel.
El mensaje fue publicado en redes sociales poco después de que Sánchez anunciara en Nueva York, durante su visita a la Asamblea General de la ONU, el envío del buque militar Furor desde el puerto de Cartagena, en Murcia, para escoltar a los barcos que integran la Global Sumud Flotilla que se dirige a Gaza con el propósito de hacer llegar «ayuda humanitaria» a la población civil.
Tenemos otra propuesta para la flotilla de Hamás-Sumud: si lo que hacen no se trata de una provocación ni de servir a Hamás, son son bienvenidos a descargar cualquier ayuda que puedan tener en cualquier puerto de un país cercano fuera de Israel, desde donde pueda ser transferida…
— Israel en España 🇮🇱 (@IsraelinSpain) September 24, 2025
Sánchez manifestó este viernes que este buque de la Armada contaría «con todos los medios por si fuese necesario asistir a la flotilla y realizar algún rescate». De esta manera, dijo que la misión pasa por dar protección a los españoles que viajan a bordo de la Flotilla como integrantes de los 45 países que participan en esta acción. «Esperemos que no suceda», confió Sánchez sobre una posible intervención de este buque de guerra. A bordo de la flotilla viaja la ex alcaldesa de Barcelona Ada Colau.
A raíz de esta decisión comunicada por Sánchez, el Ministerio de Defensa se ha visto obligado a sustituir al buque Furor por el BAM Cartagena en el ejercicio internacional de salvamento de submarinos Cartago 25, previsto entre el 29 de septiembre y el 3 de octubre.
El Furor es un patrullero oceánico de la Clase Meteoro, construido por Navantia y entregado a la Armada en enero de 2019. Cuenta con una dotación de medio centenar de personas y a bordo porta un cañón Oto Melara 3 pulgadas y dos ametralladoras MK-38 Mod.2 25 mm de fabricación israelí.
Según explica la Armada, sus características le permiten operar en una gran cantidad de escenarios, no sólo en operaciones convencionales de vigilancia marítima, sino también en misiones humanitarias, de «mantenimiento de la paz, antidrogas o control de tráfico ilegal de personas», entre otras. Tiene una dotación de 52 personas (alrededor de 60 si se suma a los sanitarios).