Sánchez bate su propio récord tras Màxim el breve: la delegada del Gobierno extremeña dura 50 minutos

Sánchez bate su propio récord tras Màxim el breve: la delegada del Gobierno extremeña dura 50 minutos
Belén Fernández y su marido saludan efusivamente al presidente extremaño Guillermo Fernández Vara.
Carlos Cuesta

Pedro Sánchez bate su propio récord tras Màxim el breve -duró seis días-: la nueva delegada del Gobierno extremeña dura 50 minutos. El cargo de delegada del Gobierno en Extremadura iba a ser para Belén Fernández, ariete de Pedro Sánchez en Extremadura y persona destinada por la cúpula a ir minando el camino del barón socialista Guillermo Fernández Vara. Pero el presidente extremeño se ha plantado y ha neutralizado el movimiento del presidente del Gobierno. Belén Fernández, además, enchufó a su marido en una empresa pública nada más casarse. Lo hizo en Gisvesa que acabó tan saturada de enchufados que literalmente quebró.

Tras comunicarse el nombramiento a la agencia pública EFE, se ha desatado el terremoto en el PSOE de Extremadura, sabedor de que se trataba de un refuerzo de Sánchez para acabar dinamitando a Vara. La polvareda y queja oficial ha sido tan airada que el cargo ha durado 50 minutos.

Si el primer comunicado surgía a las 14:42 horas. El segundo nombramiento aparecía a las 15:30, pero ya, eso sí, con otro nombre: el de Yolanda García Seco, actual directora general de la Política Agraria Comunitaria de la Junta de Extremadura, ingeniera técnico agrícola e ingeniera agrónoma, funcionaria del cuerpo de titulados superiores de la Junta de Extremadura en la especialidad de Ingeniero Agrónomo y que entre 2009 y 2012 fue subdelegada del Gobierno en Badajoz. Es decir, que se trata de un cargo más técnico y menos teledirigido políticamente.

 

Para Fernández Vara tampoco ha debido ser demasiado difícil desmontar el nombramiento de Belén Fernández. Y es que ésta aprovechó un chiringuito de enchufes familiares creado por los socialistas por medio de una empresa pública extremeña.

Belén Fernández el día de su boda.
Allí, el recién casado marido de Belén Fernández, Andrés Licerán, encontró rápidamente ubicación laboral a los tres meses de contraer matrimonio. Belén Fernández no ha tenido problemas con este tipo de escándalos. Y es que, aunque el debate fue conocido en su círculo, ella ha sido desde hace tiempo un alto cargo directamente respaldado por Pedro Sánchez en la Ejecutiva del PSOE.

Enchufes del PSOE en Gisvesa

En esa empresa pública han aparecido, además, otros 19 cargos directos regionales y locales del PSOE. Andres Licerán, ha sido, además, persona de afiliación política clara: concejal del PSOE en Cáceres. Y con ese cartel y el matrimonio no hubo problemas para entrar en Gisvesa. Él fue contratado como administrativo en la empresa pública desde agosto de 2016, y se había casado en mayo de 2016 con Belén Fernández, también concejala por aquellas fechas en el Ayuntamiento de Cáceres, secretaria local del PSOE y miembro del máximo órgano nacional de los socialistas, la Ejecutiva federal del PSOE.

Belén Fernández ascendió, de hecho, dentro del partido hasta ser la secretaria ejecutiva de Cooperación al Desarrollo con Pedro Sánchez, una de las carteras de mayor auge dentro del Partido Socialista.
El marido fue contratado en Gisvesa sólo tres meses después de casarse. Todo un regalo de bodas que provocó que el PP solicitase la creación de una comisión de investigación por el escándalo Gisvesa.

Hay que recordar que, tal y como adelantó OKDIARIO, otro de los enchufados allí fue Ventura Sánchez Amor, contratado en la empresa como auxiliar administrativo. Ventura es el hermano de una de las personas más influyentes en el área de Exteriores del equipo personal del secretario general de los socialistas: Ignacio Sánchez Amor, diputado y portavoz de Asuntos Exteriores del Grupo Socialista en el Congreso en la etapa Sánchez.

La empresa pública Gisvesa figuraba a cierre de 2017 en situación de “quiebra” con un “agujero económico” un 330% superior al del ejercicio anterior. El PP había solicitado hasta en seis ocasiones a la Junta de Extremadura, concretamente a la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales, que informase de las contrataciones, encargos y encomiendas de gestión que se han estado realizando a Gisvesa.

Pero el resultado hasta esa quiebra había sido siempre el mismo: ni una explicación. Ni una respuesta. Entre los nombres de la lista de “excargos socialistas” y “amiguetes” como los ha calificado el portavoz del PP Sánchez Juliá, figura Francisco Saavedra Santos, ex diputado autonómico; Concepción Cáceres, concejala en Talayuela; Vanessa Macías, primera teniente de alcalde en Navas del Madroño; José María Paredes, coordinador de IS-PSOE en Mérida; José Antonio Pajuelo Casado, concejal en Badajoz; Noelia Durán Galapero, exjefa de gabinete de la Consejería de Presidencia; Juan Carlos Jiménez Parejo, concejal en Zorita; Andrés Licerán González, concejal en Cáceres; Ana Isabel Pérez, exalcaldesa en Valverde del Fresno y hermana de la diputada Eva Pérez; o Javier Sevilla de la Montaña, exjefe de gabinete de Carmen Heras, entre otros.

Y todos ellos, no justificados legalmente como “puestos de personal de confianza”, sino como contrataciones puras y duras en una empresa pública que el Tribunal de Cuentas señala que “deben regirse por los principios de igualdad, mérito y capacidad”.

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