Telecomunicaciones

Las opciones de la SEPI para invadir Telefónica: compras parciales, OPA, transferencia o créditos

El Gobierno va a tener muy complicado financiar y ejecutar la compra del 10% de Telefónica

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Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El Gobierno dio ayer la orden oficial para que la SEPI entre en el capital de Telefónica y elevó el porcentaje desde el 5% anunciado inicialmente al 10% para hacerse con un asiento en el consejo e igualar a la saudí STC, como adelantó OKDIARIO. Pero la operación se enfrenta a grandes dificultades de ejecución y financiación.

El 10% de Telefónica tiene un valor de mercado al cierre del martes de 2.031 millones de euros. Una compra gigantesca para el holding de participaciones empresariales públicas, que tiene varias opciones para llevarla a cabo, pero todas ellas tienen grandes dificultades e inconvenientes, así como un coste muy elevado. Algo con lo que probablemente no han contado Pedro SánchezYolanda Díaz, que desconocen el funcionamiento del mercado.

Pequeñas compras u opa

La forma más sencilla de ejecutar esta adquisición sería imitar a STC en la adquisición de su 10% (tiene un 4,9% en acciones y otro 5% en derivados a la espera de la autorización del Gobierno). Es decir, realizar compras de pequeños paquetes a lo largo de varios meses mediante uno o varios bancos de inversión -la compañía árabe lo hizo con Morgan Stanley-.

Esta fórmula pretende no disparar el precio de la acción, cosa que ocurriría si alguien pretende comprar un porcentaje tan elevado de golpe y porrazo. Y Morgan Stanley lo consiguió al hacerlo de forma muy discreta. Pero ahora la SEPI tiene una gran desventaja respecto a aquella operación: entonces, nadie sabía que había una mano fuerte acaparando acciones de Telefónica, mientras que ahora todo el mercado es consciente de ello gracias a la comunicación oficial del martes.

Eso implica que la SEPI va a tener muy difícil que no se le encarezca mucho la operación. En todo caso, pone un suelo a los títulos de Telefónica, que apenas van a bajar mientras exista la expectativa de estas compras, para alegría de los accionistas de la operadora. Para evitar que se le vaya mucho el precio, no tendrá más remedio que adquirir paquetes muy pequeños a lo largo de muchos meses (STC tardó seis en adquirir un 4,9%).

La alternativa es lanzar una opa parcial voluntaria sobre ese 10%. Hemos visto recientemente operaciones parecidas, como la de IFM sobre Naturgy o la de Carlos Slim sobre Metrovacesa. Al no ser obligatoria, no se exige un «precio equitativo», por lo que la SEPI podría pagar lo que quiera. Ahora bien, si quiere que los accionistas de Telefónica acudan a la oferta, tendrá que ofrecer una prima sobre los precios actuales. Lo cual también encarecería la operación.

Las ventajas de la opa son que se ejecutaría de forma mucho más rápida y que la SEPI se aseguraría el mismo precio para todas las acciones adquiridas. No obstante, fuentes cercanas al holding aseguran que «es muy complicado que la SEPI lance una opa sobre Telefónica, es una operación que le viene muy grande».

Transferencia presupuestaria o crédito

Si la ejecución de esta compra entraña una gran dificultad, no es menor en el caso de la financiación de la misma. Aquí también aparecen dos opciones. La primera y más sencilla es que el Gobierno haga una transferencia a la SEPI (que no tiene apenas recursos) de los Presupuestos Generales del Estado por los 2.000 millones citados.

Ahora bien, Sánchez tendría muy difícil justificar en Bruselas un gasto extraordinario de ese calibre cuando se ha comprometido a reducir el déficit público al 3% del PIB en 2024. Máxime cuando se trata de una inversión totalmente innecesaria e injustificable en la situación actual de las finanzas públicas españolas. Para comparar, entre los impuestazos a banca y energéticas, el Gobierno ha recaudado 2.900 millones este año.

La alternativa es financiar la operación con crédito bancario. Un crédito que tendría que ser sindicado entre varias entidades dado el tamaño de la operación. Esto tiene la ventaja de no incrementar el déficit público, aunque sí la deuda, y que al final sale más caro, puesto que tendría que pagar intereses. Pero permitiría alargar los plazos y periodificaría los pagos en varios ejercicios.

Por otro lado, la SEPI tendría que pignorar las acciones, es decir, ponerlas como garantía de ese crédito. Y si la cotización de Telefónica baja en el futuro, los bancos le obligarían a aportar garantías adicionales o le ejecutarían y se quedarían con los títulos. De nuevo, se trata de una operación muy compleja para la SEPI y que requiere de una enorme tramitación burocrática, según las fuentes citadas.

Como también informó OKDIARIO, los grandes bancos rechazaron la propuesta del Gobierno de acompañarle en la compra de Telefónica. Ahora serían más proclives a financiarla, ya que al final se trata de su negocio. Por último, no hay que olvidar que dos de ellos, BBVACaixaBank, son accionistas significativos de Telefónica y los principales baluartes de la presidencia de José María Álvarez-Pallete.

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