10 años de Lamucca: deuda cero, 15 millones de facturación y más de 200 empleados

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María Villardón

Los números son tozudos. 10 años de Grupo Lamucca: 7 restaurantes funcionando a pleno rendimiento en el corazón de Madrid, 15 millones de euros de facturación anual, 3 millones de euros de Ebitda y 230 empleados. Una compañía sin endeudamiento en la que toda aventura se ha comenzado y mantenido a pulmón. 

En la penumbra de Lamucca de la calle Prado, aún cerrada en público, me esperan Álex y Ofelia Marín, hermanos y propietarios de la compañía. El lugar me es familiar, está al lado de casa y a tiro de piedra de todos los museos madrileños que me gusta visitar.

Ofelia vestida de negro riguroso y fantásticos pendientes en un dorado mate acabando con la austeridad. Álex más casual que su hermana aún con el abrigo puesto, una prenda, por cierto, de la marca ecológica Ecoalf. Y Nuria, la encargada del local de Prado, peinada con raya al medio al más puro estilo Frida Kahlo, un look que siempre querría para mí y para todos.

Ambos hermanos proceden de Lérida y comenzaron con un restaurante que abrió sus puertas en la calle Pez. Pero ojo, no en la calle Pez de ahora que lo mola todo lo más fuerte, no. En la calle Pez aledaña a la Plaza Luna donde la violencia campaba a sus anchas. Ese fue el primer local que abrieron y ahora, tras una década y entre risas, reconocen que no conocían el barrio, “pero sí”, explica Álex, “al principio nos dijeron que estábamos locos y que no entraría nadie”.

La Pescadería de Lamucca

Tras las burlas iniciales de ubicarse en un barrio (entonces) peligros, ahora son un grupo y tienen un total de siete restaurantes inaugurados entre 2008 y 2017 ubicados en las mejores zonas de Madrid: 5 Lamucca’s, La Pescadería y Club Fishermans.

Piensen, piensen unos segundos. Seguro que han quedado a cenar con una cita o unas risas en uno de sus locales, eso sí, ellos seguro que no han tenido nada que ver en que aquella cena/comida tuviera más o menos triunfo. Lamucca hace platos con la mejor materia prima elegida por Ofelia y un local monísimo, pero no es la Virgen de Fátima.

El grupo ha pasado de emplear a 34 personas a tener en plantilla a 230 trabajadores que suponen uno de los mayores costes para la compañía. Álex explica que “debería ser personal y materia prima, pero en nuestro caso se nos dispara un pelín”. Por ello, señala que controlar estos costes es uno de nuestros retos, porque se nos va muchísimo”.

Escuchan por redes sociales a sus clientes

El empresario cree que “hay que estar muy atentos, ser reactivo e intentar no obsesionarte porque siempre quieres ser mejor y, una cosa es lo que tú quieres ser y otra cosa es cómo te perciben”. Además, añade, “ser humilde porque cometes 1.300 millones de errores que es lo que las redes terminan destacando, pero creo que son una fuente de información buenísima”.

Desde el punto de vista financiero, los hermanos Marín llevan el barco ‘a pulmón’, es decir, sin endeudarse o pedir financiación a las entidades bancarias. Álex, como capitán de la parte financiera, afirma rotundo: “Sí, siempre ha sido así, desde el principio”.

¡Qué amos!, ¿no?, les espeta una servidora. (Reímos) Álex me explica que “esto es ser un poco catalán”. Ofelia interrumpe y comenta: “No sé si esto es bueno o malo”. No obstante, su hermano prosigue con su argumento: “Yo siempre lo llamo pequeño burgués catalán porque al final es ‘no estirar más la mano que la manga’. No se duerme igual de bien endeudado”.

Además, explican “esto no es una renta fija, al final, nadie te garantiza un retorno, por lo que endeudarte demasiado, la verdad, es que prefiero evitarlo”.

Ofelia se fía de Álex, y éste se fía de Ofelia. Uno lleva los números y otra está en la cocina. “Mi hermana pasa de números”, comenta él. Ofelia, que ríe con ganas, afirma que ni siquiera pregunta, “prefiero no hacerlo, es tener otra preocupación en mi cabeza que tampoco voy a manejar, así que tiene total libertad”.

“Al final, bueno, son bares, pero sí”, concluye burlón Álex. Eso es que el empresario no se ha planteado que los perfiles creativos son malísimos con los números. Ofelia está en la cocina y se encarga de “las calidades, los cambios de carta, en las aperturas, etc”.

Inversión por local entre 700.000 y 1,3 millones de euros

Lamucca Foto. Facebook

No compran locales, alquilan las mejores ubicaciones que encuentran e invierten por local entre 700.000 y 1.300.000 euros anuales. “El alquiler suele llevarse de un 5% a un 10% de los costes totales”, comenta Álex.

Además, aseguran que ahora la competencia aprieta más que cuando empezaron y que encontrar locales “chulos y buenos” están muy complicado en el Madrid de 2018. Ofelia cree que antes la hostelería era para el hostelero, “pero ahora ya no es tan vocacional como antes, sino con gente de mucho dinero que lo pone en negocios”.

2018: Abiertos a tener socios

La empresaria me lo pone en bandeja. ¿Habrá inversión externa en próximos años? Grupo Lamucca está en ese punto de inflexión en el que dan ganas voraces de crecer y están abiertos a tener un socio o un inversor que irrumpa en la compañía. “Probablemente estaría muy bien tener un aliado o profesionalizarnos a nivel de estructura propia”, asegura Álex, aunque reconoce que “siempre” han sido “bastante adversos a tener socios, pero en este momento sí que puede ser interesante”.

Eso sí, aclara: “No vender, pero sí incorporar a alguien que te pueda aportar”. Ofelia va más allá y confiesa que les gustaría dar el salto a una gran ciudad como Londres. En 2018 esperan – y piden – un crecimiento moderado, que la competencia se relaje un poco y tener oportunidades de entrar en algún local bueno.

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