Rafa Nadal asciende al olimpo de Roland Garros tras un homenaje para el recuerdo

Rafa Nadal ya duerme en los libros de historia de Roland Garros como el mejor tenista que ha competido y que competirá en el templo de la tierra batida. El mejor deportista español de todos los tiempos ascendió al olimpo del segundo Grand Slam de la temporada como una leyenda humilde, grata y cercana en un homenaje que quedará en la memoria del tenis. No hay mejor manera de irse.

Toda la pista central de Roland Garros se tiñó de rojo con camisetas con el emblema de ‘Merci Rafa’. El tenista más grande de toda la historia del torneo regresaba a la que ha sido su jardín durante las últimas décadas y que le vio levantar la insólita cifra de 14 Copas de los Mosqueteros en la pista Philippe Chatrier.

Un emocionado Rafa Nadal, vestido completamente de negro, recibía el calor y cariño de unas 15.000 personas que abarrotaron el estadio y donde se podía distinguir a todo tipo de leyendas del tenis. Desde veteranos como Mats Wilander o Yannick Noah, a contemporáneos como Roger Federer o Novak Djokovic a futuras leyendas como Carlos Alcaraz o Jannick Sinner. Nadie se quiso perder un emotivo momento que ponía punto y final a una de las etapas más doradas de la historia del tenis.

Todo el mundo quiso hacer una reverencia ante Nadal en su último baile con la reaparición de su tío Toni después del último título que levantaron a medias en 2017. Un Rafa visiblemente emocionado no pudo contener las lágrimas mientras contemplaba el vídeo que la organización le había preparado para honrar la historia de su leyenda en el segundo Grand Slam de la temporada.

La grada le preparó un tifo increíble con las palabras ‘Merci Rafa’ y un corazón gigante, mientras Nadal se emocionaba en su discurso. «No sé como empezar haciendo este discurso, estoy completamente desbordado. Esta es la pista más importante que he pisado en mi carrera deportiva. Ha sido una historia preciosa que voy a intentar resumir, pero para mí esto es lo más especial que he vivido en mi vida», dijo el mejor deportista español de toda la historia.

Nadal quiso tener un enorme recuerdo para sus rivales más acérrimos con un gesto noble acordándose de Andy Murray, Novak Djokovic y por supuesto de Roger Federer: «Me llevaron al límite. No hubiese llegado tan lejos sin esas rivalidades. Roland Garros es único. Sobre todo por toda la gente que trabajáis aquí. Es un torneo único».

Tras acordarse uno por uno de todos los integrantes de su equipo y de su familia, Nadal quiso darle un especial cariño a su tío Toni mientras la grada coreaba su nombre: «Toni, eres la razón por la que estoy aquí. Gracias por dedicar una parte de tu vida a estar conmigo. Lo que hemos vivido no siempre ha sido fácil, pero ha merecido la pena. Has sido el mejor entrenador que jamás podría haber tenido».

El punto álgido

Y cuando parecía imposible que la cosa fuese más emotiva, Roland Garros consiguió convocar a los miembros del Big-Four para darle la despedida merecida a un Nadal que fue sorprendido por la presencia de todos ellos. La imagen de Rafa reuniéndose con los tres grandes rivales de su carrera deportiva despertó una lágrima en todos los que presenciaron el homenaje.

«El mensaje que le mandamos al mundo es que podemos ser grandísimo rivales, pero también amigos y respetarnos como hemos hecho en nuestra carrera y ahora retirados. Gracias por todo durante todos estos años. Que sigamos haciendo cosas positivas por el tenis. Os deseo lo mejor», dijo Nadal a sus compañeros de fatigas con toda la pista central entregada.

Finalmente, la organización del torneo quiso hacerle entrega a Nadal el primer y único trofeo de leyenda de Roland Garros. Además desenterraron una huella del tenista al lado de la red junto con un trofeo y el número 14 para que cada deportista que pise la Philippe Chatrier recuerde que es el jardín de Rafael Nadal Parera. Tras una despedida que no fuese la mejor en Málaga tras la Copa Davis, Roland Garros cumplió con creces con lo que se espera de una retirada. Las lágrimas de Rafa son la de toda España.