Un boicot sin precedentes en la historia del deporte español
Bilbao fue un polvorín político que afectó a la seguridad del pelotón
La Vuelta sugirió la salida de Israel, pero no cedieron a las presiones
La Policía despliega un amplio dispositivo de seguridad en Asturias para evitar otro caos en la Vuelta

La Vuelta a España afronta una de las ediciones más tensas de su historia. Tras las protestas de los activistas propalestinos contra la participación del equipo Israel-Premier Tech, el mundo del ciclismo ha sufrido una gran conmoción a raíz del boicot que puso en riesgo la seguridad de los deportistas.
El primer gran incidente ocurrió el pasado 27 de agosto cuando un grupo de manifestantes bloqueó el paso de los israelíes en la contrarreloj por equipos en Figueres. Un día más tarde, en Olot, otra concentración trató de impedir la marcha, siendo desalojada por la policía. Sin embargo, el tercer golpe en Bilbao de este miércoles fue lo que desembocó en el caos absoluto.
Cuando apenas quedaban tres kilómetros para terminar la 11ª etapa, a la altura del Puerto del Pike, centenares de protestantes asaltaron el recorrido con banderas de Palestina, poniendo en grave peligro al pelotón que estaba afrontando la recta final. Una acción premeditada que obligó a la organización a tener que cancelar la carrera sin dar un ganador y tomar los tiempos que habían hecho antes de la interrupción.
Al poco tiempo, todo se había convertido en un desconcierto total. Las concentraciones cada vez eran mayores y no tardaron en llegar grandes asentamientos que bloqueaban la salida de los autobuses de los equipos para abandonar las inmediaciones. Fue entonces cuando la Ertzaintza tomó cartas en el asunto y desplegó hasta 587 agentes por las calles bilbaínas, pero fue insuficiente para resolver el conflicto por la vía rápida, ocasionando tres detenidos y cuatro agentes heridos hasta que la situación se terminó relajando.
Israel no cedió al boicot propalestino
A raíz del incidente en Bilbao, fueron varios los frentes que hicieron un intercambio de opiniones acerca de la continuidad de Israel en la Vuelta después de las amenazas de los protestantes propalestinos por seguir boicoteando las futuras etapas en caso de que siguieran participando.
Es por ello que la incredulidad llegó desde la organización cuando sugirieron ceder ante las presiones de los activistas: «Solo hay una solución: que el propio equipo de Israel se diera cuenta de que estando aquí no facilita la seguridad», declaró Kiko García, director técnico de la ronda española.
Incluso el evento deportivo trascendió a la política española cuando Izquierda Unida llegó a la conclusión de que «La Vuelta la había ganado Palestina». Discurso que más tarde fue apoyado por el líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi: «El País Vasco ha demostrado hoy una vez más que es un referente a escala mundial en la lucha por los derechos, la solidaridad y la libertad de los pueblos. ¡Viva Palestina y viva el País Vasco liberado!», dijo en redes sociales.
Un escenario que chocó de lleno con el mundo del ciclismo, donde señalaron que había que alejar esta clase de conflictos para garantizar la integridad de los corredores: «Así no se puede correr, la Vuelta quiere que sea un espectáculo y de esta manera no se puede correr. El foco donde estaba el lío. Son los típicos perroflautas que van a todas y lo único que buscan es peleas. Se estaban riendo, luego estaban agresivos. Es algo que no es normal que pase», declaró el exciclista Óscar Freire.
Aun así, Israel-Premier Tech demostró frialdad y contundencia ante las acusaciones y lanzó un comunicado defendiendo su continuidad pese a los intentos de dejarles fuera de la Vuelta a España: «El equipo sigue comprometido a competir en la Vuelta a España. Cualquier otra decisión sienta un precedente peligroso en el deporte del ciclismo, no solo para nosotros, sino para todos los equipos».
La próxima etapa será este jueves en Laredo y concluirá en Los corrales de Buelna con Jonas Vingegaard como líder de la clasificación. Aún así, la máxima preocupación sigue estando en no volver a repetir lo ocurrido en Bilbao para centrarse en lo estrictamente deportivo.