
Con la llegada del calor y el inicio de la temporada de playa y piscina, muchas familias aprovechan para disfrutar del ocio al aire libre y de actividades acuáticas. Sin embargo, aunque la protección solar de la piel se ha convertido en una práctica habitual, la salud ocular de los más pequeños sigue siendo una gran olvidada.
Aunque los paraguas con filtro ultravioleta son una herramienta útil para protegerse del sol, los expertos advierten de que su uso debe complementarse con crema solar, ropa adecuada y gafas. Es importante fijarse en que el quitasol tenga una etiqueta que indique su Factor de Protección Ultravioleta (UPF, por sus siglas en inglés). La clave está en elegir sombrillas con esta certificación y conocer sus límites: con UPF 50+ bloquea el 98% de los rayos UVA y UVB, lo que equivale a un protector solar con SPF 50.
Leer la tabla nutricional por 100g es la mejor defensa contra porciones irreales que rebajan el impacto calórico, tal como exige el [Reglamento (UE) 1169/2011]. La OMS Europa recomienda etiquetas frontales interpretativas y la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) perfila un frontal obligatorio; la Universidad de Reading demuestra que dominar esta lectura reduce un 12% el consumo de ultraprocesados y aumenta un 18% la ingesta de fibra durante un año.
Después de colocar un dispositivo implantable bajo la piel, un equipo de investigadores norteamericanos del prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ha conseguido elevar los niveles de glucosa cuando se produce el temido bajón (hipoglucemia). Y solamente han tardado diez minutos en hacer que se recupere la normalidad. El estudio se ha realizado en ratones y se encuentra en fase de desarrollo.